Llegan cartas

El final

 

Pablo Roitberg.

¡Volaron los años...! la vejez tocó el timbre,/ los hijos se fueron... ¡la casa muy sola...!/ los ecos retumban, en su soledad.../ la mesa vacía... el patio muy triste/ y el parral que dio frutos, también se secó.../ aquello que otrora, fuera algarabía/ ¡hoy yace mustia y fría, sin ritmo ni son...!/ no hay nada que hacerle,/ la ley de la vida impone su rol.../ ¡aceptemos contentos... lo que nos tocó...!// Paciencia viejita... y ‘ pan criollo‘ a la mesa,/ abramos las manos, sin culpa ante Dios.../ cumplimos la etapa, que nos marcara el destino/ tomando el camino, que el Señor señaló.../ Criamos los hijos, fuertes y sanos/ y hoy por el mundo, nos llenan de honor.../ Mañana, seguro, vendrán los nietitos/ y también a ellos, les daremos amor.../ Es ley de la vida... no hay otra cosa.../ en verso o en prosa, la vida pasó...// Cumplimos viejita., estamos premiados./ No haya más llanto ni más aflicción/ regalo del cielo, la Bendición Divina/ que con paz genuina nos ha de abrigar.../ No llores, no temas... te seguiré cuidando/ hasta que desde lo Alto me digan: “¡Pará!”/ mientras el mundo siga, rodando y rodando/ con luz alumbrando tras el antifaz/ levanta tu copa... brindemos “¡Salud!”/ igual que aquella noche... debajo del tul...

Barquitos de papel

 

Dolly Campana.

L.C. 1.049.195.

La lluvia golpea la ventana / y los recuerdos golpean mi ser. / Tras los vidrios mojados, / veo tres barquitos de papel.// Llueve; / y recuerdo a mis hermanos, / cuando de niños jugábamos.// En un barco, la princesa, / en otro, el pirata / blandiendo la espada / para salvar a su amada.// Llueve, y escucho una voz / que con cariño llama / —¡Niños, es tarde!// —¡Espera un poco madre! / A la princesa se la lleva el agua / —¡Soy el corsario y debo salvarla!// No importa el tiempo transcurrido; / la lluvia siempre trae / recuerdos muy queridos.