Una de las instalaciones afectadas es el flamante anfiteatro
Pintadas y destrozos en la nueva costanera
Como en otros casos similares, el municipio volvió a pedir la colaboración de los vecinos para cuidar el patrimonio público entre todos.
Vandalismo. Las obras de remodelación del anfiteatro Martín Miguel de Güemes ni siquiera han sido oficialmente inauguradas, pero el paseo ya fue pintado con aerosol.
Agencia Santo Tomé
Ariel Durán-Sergio Ferrer
Muy pocas veces se lo vio tan enojado al arquitecto Ricardo Méndez, secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Santo Tomé. No es para menos, ya que en los últimos días aparecieron varias pintadas en el sector del restaurado y reubicado anfiteatro Martín Miguel de Güemes, una obra que ni siquiera ha sido oficialmente inaugurada, puesto que forma parte de la nueva costanera y es uno de los puntos sobresalientes del tramo comprendido entre el Puente Carretero y el Club de Caza y Pesca El Julepe.
“Esto que está pasando es una barbaridad y nos preocupa mucho, porque los continuos actos de vandalismo contra los espacios que en realidad son de todos ya constituyen un problema reiterado’’, manifestó el funcionario, visiblemente afectado por las agresiones perpetradas al paseo costero. El lugar todavía se está construyendo como coronación de la defensa de la margen derecha del río Salado, una de las zonas más perjudicadas por la inundación de origen fluvial del año 2003. “Lo llamativo es que se trata de un espacio que no está habilitado y que se tiene que inaugurar en breve; aún así, ya tenemos que lamentar la visita de estos sujetos, que dejaron su impronta -por decirlo de alguna manera- con pintura en aerosol y sobre hormigón visto, un daño que será muy difícil de reparar, especialmente por el carácter poroso de este último material’’, confió amargamente Méndez.
Antecedentes similares
“Estamos molestos porque desde el municipio trabajamos permanentemente para mantener los espacios públicos; por eso observamos con preocupación estos atropellos, los que se producen en detrimento de lugares como el mirador de la laguna Juan de Garay, el club El Julepe, el propio Palacio Municipal y las esculturas situadas en el paseo ribereño, por citar sólo algunos ejemplos’’, redondeó el concepto anterior. De los casos mencionados por Méndez, tal vez el más notorio fue el ataque al paseo mirador Juan de Garay -aparición grosera de marcas y grafitis identificatorios de un grupo de jóvenes skaters, los LPS-, perpetuado en el sector de la ex Laguna Bedetti que fuera restaurado en 2010 y reinaugurado para la Fiesta del Bicentenario.
Ya en esa oportunidad, el titular del área de Obras Públicas del municipio había hecho un llamado a la reflexión general, para que la comunidad santotomesina en su conjunto entendiera que los espacios públicos como los citados son “como el gran patio abierto de la casa de cada vecino de la ciudad’’, es decir el sitio donde “la gente puede reunirse y disfrutar del contacto con la naturaleza, que también implica la relación con el río y el paisaje de la costa’’. Diario El Litoral reflejó esta agresión patrimonial en su edición del miércoles 2 de mayo de 2011, bajo el título “Indignación por vandalismo contra el paseo mirador”.
