Artes visuales

Desde la luz a la sombra-anverso y reverso

2.jpg

Una de las obras que integran la muestra de Carolina Porral. Foto: Amancio Alem

Domingo Sahda

Sendas muestras de arte visual se están exhibiendo en la ciudad de Santa Fe desde días atrás. Abiertas al público, ambas, en distintos espacios, se vinculan de modo un tanto inesperado y providencial. La ligazón expresiva y conceptual está dada por la preeminencia de la luz y sus consecuencias sobre el plano de la imagen. Es una verdad de Perogrullo sostener que no hay visión, no hay mirada sin la presencia del fenómeno de la luz, sea ésta natural o artificial. Mas, en este caso se trata de la luz como fenómeno compositivo ligado a la producción de la imagen plástica propuesta en cada una de las exposiciones que se mencionan. Así, Roberto Guidotti expone una colección que denomina “Retratos-Fotografías 1993-2001” en el Salón 3er. piso de la Fundación Osde, Av. Rivadavia 3238 con curaduría de Alberto Monge, en tanto que en AG/Arte - Galería de Arte de Bv. Gálvez 1616, Carolina Porral exhibe una colección de pinturas sobre el plano y “artefactos” que nuclea con el nombre de “Reverso”.

Ambas colecciones nos colocan frente a la protagonista esencial del fenómeno de la visión: la luz, actuando como factor compositivo desde distintos ángulos, con diversa resolución técnico-operativa en el contexto de calificadas resoluciones que no son complementarias ni subsidiarias, sino que ensanchan el horizonte creativo de la ciudad, y por ende, la región con sus particularidades, y solapadamente, con sus semejanzas.

El texto firmado por la reconocida artista de la imagen fotográfica Sara Facio en el impreso de mano de la muestra de Roberto Guidotti viene a cuento en tanto señala, textualmente: “... algunos fotógrafos argentinos entienden que la forma de identificarse y diferenciarse es mostrando su realidad, su entorno, su gente, su paisaje. Es un cambio de mentalidad producido en los últimos años. Se ha dejado de lado la imagen puramente estética, sin especificación del aquí y el ahora, o el retrato muy bien encuadrado para dar paso a imágenes comprometidas...”.

La cita se hace extensiva a ambas colecciones a la vista. El rigor del oficio, sin dar lugar al artificio gratuito, apela al escalonamiento ascético, dramático de la luz, sea esta fotografiada, pintada o proyectada según se trata de cada exhibición aludida. En ambas muestras, la luz acromática recorta instancias de un ayer capturado en el tiempo a un palpitante hoy que señala al “hombre y sus circunstancias”.

“Retratos” de Guidotti

Los “Retratos” de Roberto Guidotti se enlazan en su recorrido temporal y expresivo, admitiendo la cisura de tres etapas, de tres ciclos diferenciados entre sí en tanto se definen por la “cuestión” tratada. En un ítem, el tópico central es “la mirada” de aquel que ha sido fotografiado, aquí la centralidad expresiva está dada por la intensidad de la pupila detenida y registrada sobre el plano. La requisitoria entre el modelo y el registrador-creador de la imagen definitiva captura la fugacidad del momento desmaterializando el gesto, transformando la expresión en articulación de luces y sombras que expresan. Que nos miran al ser miradas. En un segundo ítem de la colección expuesta, la desmaterialización se ha impuesto y la imagen del retratado es sólo sombra de sí misma proyectada sobre el muro, sobre el terreno, por sobre accidentes topológicos diversos. Es el autor que se indaga a sí mismo, retaceándonos su mirada develadora. La tercera instancia gira en torno a imágenes estudio de la condición humana situada, aquella que se define por su lugar en el mundo y recorta ese espacio como propio y significativo. Luces y sombras arquitecturadas develando planos y volúmenes, gestos y sentires diversos. El autor deviene en explorador, autoexigiéndose paso a paso. Es la luz que resbala sobre las superficies, que contrasta texturas, que define gestos, que subraya sentimientos y que de la mano del expositor se convierte en llave de la expresión, de puente entre imagen y persona.

La precisión de Porral

Carolina Porral convoca espectros que la luz trae a superficie y los retiene en el plano pintado sin concederse a la sensualidad del cromatismo. Es el despojamiento absoluto distante de toda connotación sensual. Sus personajes son sombras que desde su desmaterialización, desde el absoluto despojamiento convocan al sueño de un ayer congelado con la precisión del deslumbramiento repentino. Sus “artefactos”, bajorrelieves iluminados arquitecturan sobre superficie diversa idéntico propósito. La intangibilidad de la luz es la protagonista que en su duelo constante registra, señala, detiene. Imágenes capturadas de un ayer innombrado que deviene, por voluntad de la artista plástica, en registro existencial, en dato social.

Y aparece el otro vínculo impensado entre una y otra muestra. Ambas nos remiten a la condición humana situada. Es el sujeto de la historia el protagonista que recogido por el fotógrafo, por la pintora, nutrido en ambos casos por el anverso y el reverso de la luz se erige en protagonista sostenido por la eterna fugacidad desmaterializada.

Porral construye paso a paso y deliberadamente sus hipótesis visuales midiendo en cada instancia causa y efecto. Su actitud es la búsqueda constante de sentido ajustada a una precisión filosa, como la de la luz sobre el vidrio.

Dice Francois Soulages en su “Estética de la Fotografía” (La Marca. Edit/Bs. As. 2005): “Como una cosa no adquiere sentido sino en función de las relaciones que mantiene con las otras cosas, el arte fotográfico debe ser estudiado en función de sus relaciones con las otras artes, relaciones de creación conjunta, de transferencia, de referencia y de registro. De este modo, la fotografía en su totalidad se encuentra en el corazón del arte contemporáneo.


1.jpg

“Retratos-Fotografías 1993-2001” es el título de la exposición de Roberto Guidotti. Foto: Archivo El Litoral-Pablo Aguirre