Colón hizo todo mal y se salvó por Pozo

Pecados capitales

Llenó la cancha y armó la fiesta para llegar a la punta, pero apenas empató con el humilde equipo sanjuanino. Venía de bajar a dos grandes y se fue silbado.

Pecados capitales

No lo pudo acomoda. Sciacqua da indicaciones. Los que escuchan atentamente son Tomás Costa e Iván Moreno, que terminó parado de volante central en lugar del lesionado Prediger. A pesar de lo que intentó mejorar en la charla del entretiempo y con los cambios que metió, esta vez desde el banco de Colón no pudieron. Foto: Flavio Raina

 
Darío Pignata

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Si algo sobra en Colón es ansiedad, eso está claro. Mucho más cuando pasa lo que pasa siempre que el equipo gana un par de partidos, aprovecha la mediocridad generalizada del campeonato y queda a un pasito de dar el esperado salto para subirse a lo más alto en la tabla. Los siete puntos de los últimos nueve, con dos grandes masticados de manera seguida (primero San Lorenzo y después Independiente) parecían abrirle la puerta a dos cosas: 1) que Colón se agrande en confianza; 2) que el envión lo tranquilizara para empezar a jugar un poco mejor a la pelota, con más recursos y mecanismos más trabajados.

Pero nada de eso y Colón volvió a quedarse parado en el andén. Le pasó el tren por las narices y no lo vio. Y, como reza el dicho, el tren no pasa siempre. Es más, si no descarriló es por responsabilidad de un nombre y un apellido: Diego Pozo. Lo del arquero de Colón, en calidad, fue determinante: tapó cuatro llegadas netas. Lo de los delanteros de San Juan, en cantidad, fue lamentable: el corazón de Graf le tiraba para no hacerlos, la pierna de los otros —Ayala, Poggi y compañía— directamente no tenían jerarquía para hacerlos. Por eso el cero. Y por eso la frase clara de Mario Sciacqua: “Ganamos un punto”. Entonces, la conclusión surge sola: si Colón va a festejar como negocio empatar de local con San Juan —tres derrotas consecutivas y varios partidos sin hacerle un gol a nadie—, los sueños de protagonismo de la multitud que lo sigue partido a partido se romperán en mil pedacitos.

En Colón pasan cosas increíbles e inexplicables, que vienen de afuera y afectan directamente lo de adentro. Ejemplo: si alguien decide regar deliberadamente la cancha tiene que entender que el rápido de Luque va a sacar ventajas, pero que Raldes para hacer pie se va a tener que encomendar a la Virgen de Copacabana y pedirle horas extra a la Pachamama. Entonces, sobran las imágenes paganas: Luque se cae solo, el boliviano no hace pie, Pozo se la quiere dar a Pellegrino pero la tira afuera, Curuchet parece patinar sobre hielo.

Conclusión: se terminaron cayendo mucho más los jugadores de Colón que los de San Juan. Hace tiempo que hay cosas al revés y van más allá del entrenador de turno. Para sacar ventajas de un excelente proyecto de jugador distinto como es el zurdo Carlos Martín Luque hay que inundar al equipo de fútbol, no regar la cancha. Porque a pesar de que sobran grifos, el fútbol de Colón está en sequía.

Colón tiene uno de los mejores volantes centrales del fútbol argentino (Prediger), un carrilero desequilibrante en Luque (ayer le tiró a un sanjuanino la pelota por un costado y la buscó por otro) y un tremendo goleador en vigencia como es el “Bichi” Fuertes. Sin embargo, los tiene a todos desconectados y así se opacan, no lucen ni brillan.

A esta edad, tirarle pelotazos al “Bichi” es como usar el Fernet para curar un mate o armar una salsa de vino con un tinto de Luigi Bosca guardado 18 meses en barricas nuevas de roble francés. Un desperdicio. Correr, las va a correr a todas igual, pero no sirve.

Ese, el del pelotazo, es uno de los pecados capitales de este equipo. Candia tiene para pasar y no pasa: no se trata de querer, no puede, no está para eso... es zaguero. Urribarri tiene técnica para subir y no puede: pasa siempre Luque y se queda sin barrera en el medio.

Jugar en línea y mal escalonado como lo hicieron los del fondo en el primer tiempo es otro pecado capital: ¡menos mal que estaba San Juan enfrente y no otro equipo! Y menos mal que estaba Pozo.

Es cierto que el cero es mentiroso: el de anoche lo fue. Era un partido que debía terminar con goles y con los puntos viajando a San Juan. Los silbidos de la multitud le pusieron la cortina a una noche que arrancó floreciendo en las tribunas y terminó con un equipo verde en fútbol.

El otro pecado capital de Colón es pensar que las soluciones mágicas para pelear un campeonato son externas: descolgar la Virgen, regar la cancha y ver fantasmas donde no los hay. Llegó el momento de confesarse: sobran puntos en la tabla —tiene razón Sciacqua: 15 unidades es una buena cosecha—, falta fútbol en la cancha.

/// SÍNTESIS

COLÓN 0

SAN MARTÍN (SJ) 0

Colón: Diego Pozo; Salustiano Candia, Ronald Raldes, Maximiliano Pellegrino, Bruno Urribarri; Iván Moreno y Fabianesi, Tomás Costa, Sebastián Prediger, Martín Luque; Federico Higuaín y Esteban Fuertes.

DT: Mario Sciacqua.

San Martín de San Juan: Luciano Pocrnjic; Marcos Galarza, Cristian Grabinski, Lucas Landa, Emmanuel Más; Cristian Alvarez, Martín Wagner, Lucas Oviedo, Federico Poggi; Néstor Ayala y Claudio Graf.

DT: Daniel Garnero.

Cambios: en el segundo tiempo, a los 12 minutos, Facundo Curuchet (C) por Prediger; a los 23, Leandro González (C) por Luque; a los 33, Diego García (SM) por Ayala; a los 34, Adrián Bastía (C) por Costa; a los 41, Lucas Oviedo (SM) por Poggi y, a los 46, Gastón Caprari (SM) por Graf.

Cancha: Colón.

Árbitro: Fernando Rapallini.

Contra Unión se regó la cancha y perdió. Contra San Juan se regó la cancha y no ganó. ¿No es tiempo de pensar que la manguera es “mufa”?

Pecados capitales

Así no se puede... Sobredosis de pelotazos. Una postal de lo que fue la noche: el improductivo juego aéreo de Colón y la facilidad con la cual el arquero sanjuanino —con sus zagueros— sacó todo de arriba. El sabalero dejó agrandar a un rival que llegaba con tres derrotas consecutivas, casi nada de gol y la cabeza de Garnero en bandeja. Foto: Flavio Raina

Pecados capitales

... Y así tampoco. Solito contra el mundo. El “Pipita” Higuaín, que venía de marcar dos bonitos goles y en mejoría, volvió a esa insoportable levedad de pases equivocados y pelotas perdidas. En la foto, intenta pasar entre varias piernas de los defensores de San Juan. Imposible.

Foto: Pablo Aguirre

BAJO LA LUPA

 
 

POZO (7): claramente la figura de Colón y de la cancha. Le sacó dos a Graf de cerca, una a Poggi de al lado y otra al “Toro” desde lejos en un tiro libre. Gracias a su arquero quedó un puntito en Santa Fe.

CANDIA (5): complicado innecesariamente cuando tiene que salir jugando porque no es lateral y se queda sin recursos. Pone todas las ganas para marcar, pero se anula en lo otro.

PELLEGRINO (6): lejos, el mejor defensor neto, por más que se descuidó en una jugada en el inicio del complemento y Graf casi lo vacuna a Pozo. Debería jugar alguien rápido a su lado.

RALDES (4): de lo peor del boliviano, que entre el mojado piso del césped y lo mal escalonado, se la pasó dando ventajas en el mano a mano. Menos mal que jugó su peor contra San Juan.

URRIBARRI (5): es interesante su manejo pero cuando está Luque adelante pasa muy poco o no pasa nunca directamente. Debería trabajarse mejor ese tándem porque los dos juegan bien pero no hay variantes.

MORENO (5): empezó jugando por afuera y terminó jugando de “5”, cuando se fue lesionado Prediger. Pone muchas ganas y nunca da por perdida ninguna pelota. Está bajo en juego.

PREDIGER (5): lo complicaron más de la cuenta los volantes cuyanos, lo obligaron a salir demasiado de su zona. Otra vez terminó lesionado y pidiendo el cambio en medio del partido.

COSTA (4): perdió casi las mismas pelotas que recuperó de manera sacrificada. Entonces, el esfuerzo se desvanece. Tiene buena pegada y panorama, pero no lastima.

LUQUE (5): armó dos o tres apiladas con su sello pero fue siempre bien encimado por los sanjuaninos. Muchas veces, en soledad, se equivocó por querer hacer todo junto.

FUERTES (4): debe ser el de anoche el partido que menos opciones le quedaron en los últimos tiempos. Apenas un par de remates entrando por derecha. Lo marcan bien y lo asisten mal.

HIGUAÍN (4): volvió a esa insoportable levedad. Todos apostaban al “agrande” con dos goles de seguidos pero equivocó pases y se nubló en varios ataques. Improductivo.

CURUCHET (4): tampoco pudo el pibe de las inferiores, con su velocidad, cambiar la historia por derecha. Lo esperaron bien.

GONZÁLEZ (-): fue más de lo mismo que se estaba viendo en la cancha. Impotencia.

BASTÍA (-): entró deliberadamente a tirar patadas y se quedó en campo por un regalo del árbitro. Debió irse expulsado.