En el noroeste provincial
Abigeato, un flagelo sin solución
El alto valor de los animales, la dificultad para controlar vastos sectores despoblados de nuestra provincia y cierta permisividad en las sanciones, colaboran para el retorno del abigeato, un negocio que deja a sus perpetradores mucho dinero. Foto: archivo el litoral
Eloy Rodríguez
Nuevamente el departamento 9 de Julio ha sido noticia por sucesivos casos de abigeato, como si los cuatreros se tomaran un tiempo para que se calmen las aguas y luego volver al ilegal y pingüe negocio del robo de hacienda.
Entre fines del año pasado hasta la fecha se produjeron algunos hechos que inducen a pensar en que estos pueden repetirse con frecuencia. A fines de 2010 se perpetró el robo de 33 animales, destinados a inseminación, propiedad de Amalia Toniutti de Ferrero.
Otro caso refiere a la sustracción de 32 animales, en abril de este año, pertenecientes al establecimiento “La Angélica”, de la firma Gregoria Numo y Noel Werthein, ilícito estimado en $100.000, habiéndose entregado el acusado, Jorge “Pellejero” Rey, quien en su oportunidad formó parte de la banda encabezada por el tristemente célebre “Quico” Bárcena.
En este mes de setiembre, el productor Ricardo Vaira denunció el faltante de 40 animales de invernada del campo de su propiedad “El Relincho”, perjuicio estimado en $ 130.000.
Un poco de historia
Gran repercusión alcanzó el abigeato producido el 28 de diciembre de 2006 de 430 novillos del “Establecimiento Don Enrique”, propiedad de Enrique Vicentini, y que arrojó ciertas particularidades, como que el predio estaba en las cercanías de la sede de la Guardia de Seguridad Rural Nº 12 de Villa Minetti; la dudosa muerte del peón de campo, Jorge Daniel Junco, caratulada por “homicidio”; los cambios de jueces a cargo de la causa; las marchas efectuadas en Villa Minetti pidiendo esclarecer el hecho; la detención de las tres personas involucradas; la reunión de productores y ciudadanos con funcionarios provinciales; el relevamiento de Jefes Policiales de Villa Minetti y la liberación de los detenidos, en julio de 2007, ordenada por el Juez de San Cristóbal, Dr. Hugo Tallarico, a cargo de la feria judicial. Este caso fue pasado a sentencia en noviembre de 2008.
En marzo de 2006 en el Establecimiento “Los Bayos” se robaron 55 animales, recuperándose sólo 17.
Entre 2005 y 2006 los damnificados fueron los productores Del Soto (Establecimiento “Las Chuñas”), a quien le sustrajeron 230 animales; Aramburu y Giailevra (“La Soledad” y “El Quillà”), 100 cabezas; Vaira (“El Rodeo”) 80 animales y Corvi, perjudicado con el hurto de 40 vacunos.
En enero de 2007, mientras proponían acciones de seguridad en la reunión entre productores y funcionarios, en Villa Minetti, al ganadero José Asan le sustraían 16 animales destinados a inseminación artificial de su establecimiento “La Dulce”, daño valuado en $ 30.000. Este mismo productor fue perjudicado, en noviembre de 2009, con el robo de 72 vacunos para exportación, del establecimiento “Isleta Linda”.
Siempre en la misma zona
Estos ilícitos fueron y son llevados a cabo en el distrito San Bernardo, y adyacencias, en un rectángulo comprendido por la R. P. Nº 32 al sur; la R. 31 al norte; la interprovincial Nº 13 al este y la R.P. Nº 77 al oeste. Los establecimientos, casi a mitad del recorrido entre la RP 77 y la Nº 13, se ubican al sur de la región conocida como “El Salitral”. Se trata del límite del distrito San Bernardo con Gato Colorado, por una línea divisoria configurada por el canal Stetcher -Medrano. En esta zona, según muchos productores actuaría una banda, mientras que en el paraje “El Salitral” operaría otra.
La oscura trama del abigeato
Existen varias modalidades para cometer el ilícito: la faena clandestina, vendiéndose el producido en las carnicerías de los pueblos; el robo de Jaulas (para lo que se necesita una manga) que, según afirmaciones de productores, son derivadas a Santiago del Estero y a Chaco; a través de puesteros, que no tienen animales pero venden terneros aprovechando que no tienen marca.
Un elemento importante en esta cadena delictiva es el “reducidor”, que vive en campos vecinos, comprando y vendiendo en complicidad con las autoridades de turno, como también se da el caso de ganaderos que marcan casi el doble de terneros con relación a las vacas de su propiedad, pudiéndose agregar la modalidad de efectuar el robo de animales luego de la vacunación, para evitar la aftosa.
Vías de escape
Hacia el norte se busca territorio chaqueño y hacia el sur, el tráfico se direcciona hasta la Ruta Nacional 98, también la antigua ruta 40, desembocando en la Ruta Nacional 11, a la altura de Vera y Los Saladillos. A este modus operandi se suma la ubicación tripartita entre Santa Fe, Chaco (Ruta 30 a 7 km. del paralelo 28) y Santiago del Estero (a través de la Ruta Interprovincial Nº 30).
El reclamo generalizado es que en las rutas mencionadas no se controlan los despachos de hacienda ni el tránsito de jaulas, demorándose las respuestas ante las denuncias efectuadas.
Desde siempre, son innumerables las reuniones de productores y dirigentes con las autoridades. La fuerza natural de control del flagelo son Los Pumas, pero a veces no alcanza.
Foto: archivo el litoral
El reclamo generalizado es que en la región no se controlan los despachos de hacienda ni el tránsito de jaulas, demorándose las respuestas ante las denuncias efectuadas.
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