El triunfo costó mucho más de lo previsto

Deslucido, pero suficiente

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Felipe Contepomi, afectado en su lesión a los pocos minutos de juego, aportó no sólo 13 puntos, sino también la sapiencia que lo distingue como conductor inequívoco del plantel. Foto: EFE

Los Pumas están por tercera vez entre los ocho mejores del mundo. El domingo venidero se medirán con los All Blacks, en cuartos de final.

 

César Miño

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Cumpliendo la actuación más modesta en lo que va del certamen, el Seleccionado Argentino venció anoche a su par de Georgia por 25 a 8, asegurándose el pasaporte a los cuartos de final de la VII Rugby World Cup, instancia en la que el domingo venidero, a las 4.30 de nuestro país, deberá medirse nada menos que con el anfitrión y principal candidato al título: Nueva Zelanda.

Como ineludiblemente suele ocurrir en el deporte, cuando las circunstancias transforman el favoritismo en una paradójica situación adversa, Los Pumas tuvieron un irresoluto comienzo de partido.

Las imprecisiones fueron el común denominador de un contexto donde el desorden cobró demasiado protagonismo, propendiendo a que el rústico elenco georgiano se transformase en beneficiario principal de lo que estaba ocurriendo.

Sin embargo, pese a no poder hilvanar acciones propias de su génesis, Los Pumas mantuvieron la serenidad y marcaron con orden y precisión. Esto determinó que prácticamente no cometiesen infracciones y, de ese modo, mantuvieron a sus rivales bajo control.

Cuando habían transcurrido algo más de treinta minutos olvidables, bastó para que llegase la primera acción cohesionada, para que la jerarquía de Juan José Imhoff se encargara del resto, apoyando el primer ensayo argentino.

Después, cuando todo parecía acomodarse hacia un devenir lógico, un descuido hizo que el buen try de los europeos cerrara el parcial con un adverso 5 a 7, que de cierta manera reflejaba las dificultades antes descriptas.

El complemento

Uno imagina un entretiempo con gestos adustos y palabras enérgicas, buscando la reacción que rápidamente dejaron traslucir los minutos iniciales del segundo tiempo, pese a que el desorden persistía.

La sensación de pensar en la fase subsiguiente del juego, antes de amalgamar la anterior, es quizás la mejor manera de describir un accionar que distó de ser el ideal. Sin embargo, con la escueta mejoría, la superioridad argentina fue forjando un resultado (y contenido) que, más allá de ser demasiado estrecho, era absolutamente previsible.

Pese a que esta vez no hubo festejos “desde el alma”, es oportuno ensalzar este nuevo logro del rugby argentino, alcanzado con la dignidad y entereza que distinguen su historial.

* Estar entre los ocho mejores equipos por tercera vez en la historia de la RWC (segunda consecutiva), no es poca cosa: todo lo contrario, posee un valor difícil de mensurar con exactitud.

* Haberlo conseguido con un plantel impregnado de novatos en estas lides (20 de los 30 integrantes del Seleccionado, no tenían experiencia mundialista), realza aún más el objetivo primario alcanzado.

* Las actuaciones de algunos de esos “inexpertos”, ratifican las bondades del material humano existente. Como válido ejemplo, podrían citarse a Juan José Imhoff y Marcos Ayerza, que anoche fueron los Men of the Match de Argentina.

El párrafo final, cabe focalizarlo en el desafío que se viene, ya que será absolutamente distintivo. Es que nunca antes Los Pumas se midieron con los All Blacks, en una instancia definitoria de esta competición.

Hacerlo en su propia tierra y en circunstancias semejantes, constituirá una prueba de fuego más y para la que seguramente habrán de prepararse de la manera más conveniente.

/// SÍNTESIS

Argentina 25

Georgia 7

Estadio: Arena Manawatu de Palmerston North.

Referee: el irlandés Alain Rolland.

Jueces de Touch: el inglés Dave Pearson y el neozelandés Vinny Munro.

TMO: el italiano Giulio De Santis.

Argentina: Marcos Ayerza, Mario Ledesma (Agustín Creevy) y Juan Figallo (Martín Scelzo); Mariano Galarza (Tomás Vallejos) y Patricio Albacete; Julio Farías Cabello, Juan Manuel Leguizamón y Leonardo Senatore (Genaro Fessia); Nicolás Vergallo (Alfredo Lalanne) y Santiago Fernández; Juan José Imhoff, Felipe Contepomi (capitán, luego Agustín Gossio), Marcelo Bosch, Horacio Agulla (Martín Rodríguez Gurruchaga) y Lucas González Amorosino.

Head Coach: Santiago Phelan.

Georgia: Vasil Kakovin (Goderdzi Shevelidze), Akvsenti Giorgadze (Jaba Bregvadze) y David Zirakashvili (Vasil Kakovin); Levan Datunashvili y Vakhtang Maisuradze; Giorgi Chkaidze, Viktor Kolelishvili y Mamuka Gorgodze; Irakli Abuseridze (capitán, luego Bidzina Samkharadze) y Lasha Khmaladze; Alexander Todua, Tedo Zibzibadze, David Kacharava, Lekso Gugava (Lasha Malaguradze) y Malkhaz Urjukashvili (Merab Kvirikashvili).

Head Coach: Richie Dixon.

Primer tiempo: 32, try de Imhoff; 38, try de Khmaladze y goal de Urjukashvili.

Segundo tiempo: 11 y 17, penales de Contepomi; 27, try y goal de Contepomi; 31, try de Gosio y goal de Bosch.

Deslucido, pero suficiente