La Mancha de Rolando junto a Amado Boudou

Ministerio del rock

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Distendido: Boudou le sonríe al “Negro” Manuel Quieto, mientras Franchie suma su guitarra.

Foto: Flavio Raina

En una rara combinación de folclore rockero y político, la banda de Manuel Quieto volvió a actuar en la ciudad, de la mano del titular de la cartera económica y candidato a vicepresidente.

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Arte y política siempre tuvieron relacionados, y el rock nunca se quedó atrás. Adversario de dictaduras y muchas veces crítico de los gobiernos de la democracia, la multiforme escena rockera siempre tiene algo para decir. Y son varios los referentes (del Indio Solari a Fito Páez, de Andrés Calamaro a El Otro Yo, de León Gieco a Vicentico o Estelares) los que han manifestado simpatías con el proceso político iniciado en 2003.

El caso de La Mancha de Rolando es diferente: a ellos, especialmente a Manuel “Negro” Quieto (vocalista, compositor y cabeza de la banda) los une una amistad personal con Amado Boudou, actual ministro de Economía y candidato a la vicepresidencia. Para Manuel, la política entró duramente en su vida cuando de niño fue testigo del secuestro de su tío, Roberto Quieto (otrora líder de las FAR, y posteriormente número dos de Montoneros). Y para el ministro la música tampoco es ajena: tocar rock y coleccionar guitarras es uno de sus berretines, junto con las motos.

Así se gestó una amistad y una unidad que para ellos parece no tener complicaciones, más allá de los comentarios de algunos de afuera. Por eso, La Mancha aceptó el convite para cerrar la jornada de Boudou en Santa Fe, y unirse nuevamente en el escenario.

El show

Después de un breve y caluroso (por la temperatura) acto en el salón de la Vecinal Sargento Cabral, el último de una agenda nutrida entre Rafaela y Santa Fe, se anunció que la banda tocaría en la cancha de básquet que se encuentra detrás. “Trapos” y banderas amenizaron la espera y demostraron que tal vez no haya distancias entre el folklore rockero y político: tal vez cambien un poco las consignas y cánticos, eso sí...

Finalmente, Manuel (voz y guitarra), Franchie (primera guitarra), Carlitos (bajo), Conde (teclados) y el Tano (batería) pisaron el escenario y arrancaron el show con “La planta” y “Sincera”. Cuando arrancó el hit “Calavera”, apareció finalmente el ministro, en jeans y remeras superpuestas, con una guitarra réplica de una Fender Telecaster pero seguramente de luthería: la bandera argentina con el sol entre las bobinas y la palabra “Boudou” sobre el diapasón indicaba que fue confeccionada para él (un coleccionista como el propio funcionario detectaría ciertos detalles en el clavijero). Con ella se sumó a la canción, e incluso se animó a entonar aquello de “Ey man, calavera/dices que esto se parece a Lou Reed/no man, no man/no te quedes en silencio si te digo que sí”.

Luego pasarían “Chino”, “Hey cabrón” y una versión de “Alta suciedad” de Calamaro, que se fusionaría con “Los viejos vinagres” de Sumo. El homenaje a Norberto Aníbal Napolitano llegó de la mano de “El viejo”.

En el final

Luego de “Me estas atrapando otra vez” y “Mago de la lluvia (Ese tren)”, arribó el emblema de la banda, el mismo que le ha granjeado algunas peleas con políticos opositores (como Mauricio Macri y José Corral) tentados a usarlo como jingle: así, Manu comenzó lentamente a entonar “Arde la ciudad”, canción que hizo explotar y saltar a los espectadores. No al ministro, que nunca dejó de saltar y mandarse alguna pose a lo Keith Richards.

La despedida sería con un enganchado de “Ruta 66” (el clásico compuesto por Bobby Troup, popularizado en el país por Pappo) con “Un trago para ver mejor” de La Mississippi, para cerrar con otro viejo hit de La Mancha: “Antes”.

Luego del saludo conjunto de músicos y dirigentes que hicieron posible el evento, el que se quedó sentado en el borde del escenario saludando y sacándose fotos no fue ningún otro que Boudou, encantado de sacarse el traje de ministro y candidato por una noche, y sentirse por un rato una estrella de rock.