Higuaín lo empató en el peor momento

Colón despertó con silbidos e insultos

Darío Pignata

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Colón está cuarto con 17 puntos, hace seis fechas que no pierde, mantiene una posición expectante respecto de un puntero al que todavía no enfrentó —Boca, a siete unidades— y está entre los equipos que menos perdieron, con un solo partido. Sin embargo, casi siempre termina silbado en Santa Fe.

Lerche se la pasó cortando cintas en los últimos tiempos: el hotel, el predio, la cancha, la Copa América y está firmemente posicionado como el sucesor de Grondona en AFA. Sin embargo, siempre termina insultado en la primera de cambio.

Los jugadores se muestran conformes con el punto ante Estudiantes y con la campaña. Sin embargo, el que los dirige -Mario Sciacqua- se para ante los micrófonos y habla de “crisis futbolística”. Como si se hablara de dos equipos distintos y no tuvieran nada que ver el uno con el otro.

Hasta el mismo Braña, jugador de Estudiantes, se anima a decir que no entendía demasiado como rival lo que le estaba pasando a Colón enfrente. “Uno ve desde afuera que la campaña no es mala, que tienen buenos jugadores, pero se nota que les cuesta mucho de local”.

Mientras Colón no da tres pases seguidos que puedan lastimar en serio al oponente de turno, en el banco se queda sentado Carlos Martín Luque, figura estelar del Sub 20 de Argentina y la mejor aparición técnica de los últimos tiempos. Es rápido, encarador, tiene frescura. Nadie explica el porqué, pero en cualquier lado sería titular y acá es suplente.

Cuando Colón sale a la cancha, después de Fuertes, el jugador más aplaudido es Chevantón, el uruguayo que había jugado un tiempo y algo contra All Boys en la lejana segunda fecha. Cuando sale a calentar, en el medio del desconcierto del primer tiempo, vuelven los aplausos y el uruguayo se muestra tribunero: levanta la mano y saluda.

El 0-1 apura el cambio: Chevantón por González. A los diez minutos, no está más en la cancha y pide el cambio por lesión. Sus lágrimas no alcanzan para frenar los insultos de los mismos que lo aplaudieron tanto como a Fuertes.

La cancha es un hervidero. En el césped, Colón intenta jugar al fútbol, con más corazón que ideas. En las plateas y palcos, todos imitan al “Chino” Maidana: vuelan las trompadas.

El primer insulto es para Lerche, el segundo para Sciacqua y el tercero para los jugadores. Bajan hirientes los silbidos, duele el cantito “por qué no ponen huevos si no juegan con nadie”. En realidad, no es que sea nadie, pero es el peor Estudiantes de la década sin discusión. Por eso lo deja vivo a Colón. Y este Colón usa los silbidos y los insultos para despertarse un ratito. Se da cuenta de que es tarde para dormir la siesta un domingo a la noche.

El fútbol profesional de Colón vive a contramano: jugadores conformes con la campaña, entrenador preocupado por la crisis y dirigentes insultados en la primera de cambio. No está mal pensar en Batistuta... en el que jugaba en La Fiorentina. Uno de ésos hace falta: que sea caro pero que sea bueno. ¿Cuánto hace que Colón no acierta en la contratación de un refuerzo?

El principio de autoridad que deben ejercer los dirigentes aparece, por momentos, desdibujado. Lo que pasó con la Virgen es el mejor —en realidad, el peor— ejemplo. Pero no el único. Cualquiera hace lo que se le antoja: uno riega la cancha, otro tira sal en el banco visitante para “mufarlo”, Garcé hace dos meses que está en recuperación, Chevantón lo mismo y un profesional que anoche fue titular ni siquiera se quedó en el vestuario para poner la cara junto a sus compañeros para apoyar al entrenador (se bañó y se fue a su casa). Es acá donde el dirigente debe ponerse los pantalones largos para ejercer el principio de autoridad que venimos reclamando. Uno no entiende el verdadero porqué, pero algunos se están pasando de la raya de manera tan absurda como gratuita.

No se puede hablar de club politizado con la paliza de las últimas elecciones y con tres años de mandato por cumplir para el oficialismo. No puede estar politizado un club cuya oposición NO EXISTE: fueron 60 tipos a cada cruzada, un dato que por sí sólo causa gracia.

No hay que imaginar enemigos donde no los hay. No hay que ver tantos fantasmas. Nadie inventa el disconformismo de una mayoría importante en medio de la multitud con 25.000 personas. Hay que tener un poco más de humildad y menos soberbia. Adentro y afuera de la cancha. El libro del fútbol ya fue escrito hace años y está todo inventado: nadie nos tiene que vender una página más.

Al incendio de Chevantón... Otra vez lesionado... ¿otra vez desgarrado? El tremendo goleador uruguayo, Javier Chevantón, es lejos el jugador más caro de todos los refuerzos que llegaron a Colón. Jugó contra All Boys, se desgarró, fue al banco con Independiente y anoche en menos de diez minutos se volvió a lesionar. Sería otro desgarro en el mismo lugar. Foto: Pablo Aguirre

... Lo apagó el bombero Higuaín. El empate de “Pipita” llegó justo. Un buen centro del pibe Luque, el rechazo defectuoso en el área pincharrata y el muy buen movimiento de Higuaín, que le pegó muy bien y la clavó contra el caño de Albil para poner el 1 a 1. Justo cuando llovían los insultos a Lerche, Sciacqua y los jugadores.

Foto: Pablo Aguirre

BAJO LA LUPA

MARCOS DÍAZ (7): volvió a ser una de las figuras del equipo, tapando magistralmente una pelota abajo de Braña, antes del gol. En el 1-0, lo dejaron solo y no llegó. Sacó dos pelotas complicadas más en el complemento. Una grata sorpresa.

CANDIA (4): si encima que resigna la posibilidad de tener salida porque es zaguero y no lateral, no puede dar ventajas en la marca. Sin embargo, ayer las dio. Se caía solo.

PELLEGRINO (5): perdió orden y ubicación cuando salió lejos de la zona a buscar a la “Gata” Fernández que se mostró activo y desequilibrante. De arriba, impasable.

RALDES (4): está realmente muy bajo el nivel del boliviano, fundamentalmente en Santa Fe, cuando Colón no tiene en claro qué hacer o cómo jugar. Se va a las Eliminatorias.

URRIBARRI (6): el mejor jugador de campo de todos los del fondo, por actitud para marcar y criterio para anticipar. Al haber tres volantes y tres puntas, se mandó poco al ataque.

COSTA (4): cometió un error increíble que terminó en el gol de Estudiantes, cuando se encerró solo en un rodeo, se dejó presionar, le quitaron el balón y Braña completó la obra. Se espera mucho más, por algo vino como refuerzo.

PREDIGER (5): sigue estando, por momentos, demasiado expuesto en la mitad de la cancha, máxime si sale mucho a los costados. Ya no es impasable, a pesar de que pone como siempre.

MORENO (5): aún desordenado y condicionado por la amarilla, fue uno de los que más empujó. Está lejos del juego y lejos del gol, que era una de sus virtudes como mediocampista.

GONZÁLEZ (4): no logró desequilibrar con ninguna pelota de ataque y se fue reemplazado en el descanso para el ingreso de Chevantón. Muy poco ante su ex club.

FUERTES (4): lo marcaron muy bien, con mucho oficio, los zagueros de Estudiantes de La Plata. No le quedó ninguna. Uno de sus partidos más flojos en los últimos tiempos.

HIGUAÍN (5): se salvó y salvó a todo Colón del incendio generalizado con un lindo gol, haciendo todo bien en dos tiempos: la paró y la clavó de zurda.

CHEVANTÓN (-): entró aplaudido y se fue insultado. No duró más de diez minutos en campo. Le pasó lo mismo de la otra vez.

LUQUE (-): otro de los síntomas de lo mal que se hacen algunas cosas en Colón. Es el mejor jugador, la figurita buscada y sin embargo va al banco. El centro del gol y un par de desbordes.

MUGNI (-): el zurdo entró sobre el final por un cansado y golpeado Iván Moreno. Muy poco tiempo para demostrar cosas.