Al margen de la crónica

Cien años de retroceso

La Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) acusó a las novelas “Lolita” del ruso Vladímir Nabókov y “Cien años de soledad” del colombiano Gabriel García Márquez de promover la pedofilia.

“En esas novelas se idealizan las pasiones depravadas que hacen infeliz a la gente”, señaló Vsevolod Chaplin, representante de la IOR, citado por las agencias rusas.

Chaplin opina que “la popularización de esas novelas en la escuela no contribuyen a la salud moral del pueblo, de la que depende el futuro de la sociedad”.

El religioso criticó “los cínicos y monstruosos intentos de justificación de la pedofilia que tienen lugar en la Rusia actual” y añadió que la IOR tiene “derecho a juzgar desde el punto de vista moral cualquier expresión artística, nueva o antigua”.

“Al día de hoy es necesario revisar con decisión la relación con la moral social, en particular con el desenfreno sexual. Sin esta revisión, la sociedad rusa simplemente dejará de existir dentro de cien años. Esto está claro”, comentó.

Estas afirmaciones fueron muy criticadas por el escritor, historiador y opositor político, Eduard Limónov.

“¿Qué hacemos con Nabókov y Márquez? ¿Prohibimos sus libros? Esta gente no entiende que parecen personas que se han bajado del árbol del progreso”, dijo.

A su vez, el periodista y presentador Nikolái Svanidze aseguró que, en caso de que la IOR esté en lo cierto, habría que analizar por su contenido de violencia, pedofilia y otras cosas inaceptables, toda la literatura universal desde Homero, incluida la rusa. “De ahí a quemar libros en las plazas hay un paso”, dijo.

La IOR ha incrementado notablemente su influencia en la sociedad desde que llegó al poder en 1999 el actual primer ministro, Vladímir Putin, que anunció el sábado pasado que regresará el Kremlin el próximo año.

En “Lolita”, publicada por primera vez en 1955, Nabokov relata la desenfrenada relación entre un maduro profesor y una jovencita. Hoy podría pasar por un cuento de hadas.

Qué decir de “Cien años de Soledad”. Especialmente por esa novela, Gabriel García Márquez obtuvo el Nobel de Literatura en 1982.