EDITORIAL

Una jugada riesgosa

Los docentes de la provincia de Santa Fe están yendo demasiado lejos y con el correr de los días se acrecienta la sensación de que comienzan a enredarse en sus propias redes. A pesar de recibir los mejores sueldos en el contexto nacional -sólo superados por quienes trabajan en el sur del país, donde perciben un salario diferencial por cuestiones geográficas-, acaban de realizar cuatro días de huelga en reclamo de mejores condiciones jubilatorias.

Las tensiones dentro del gremio de Amsafé son indisimulables y desde hace tiempo afectan, de manera directa o indirecta, los recursos de la provincia en su conjunto. No resulta fácil hacer valer la racionalidad y el equilibrio responsable cuando un sector interno del gremio fogonea un clima de permanente reclamo y crispación, proponiendo paros en los que los maestros nada tienen para perder. Este clima se extiende, de manera inevitable, sobre el resto de los sindicatos que representan a la docencia. Es una carrera con destino riesgoso e incierto.

El gobierno insiste, con razón, en que el pedido de los maestros de retirarse antes de tiempo afecta directamente a la Caja de Jubilaciones, de la que se nutren los pasivos de toda la provincia y de la que se nutrirán quienes actualmente se desempeñan en la administración pública.

La tensión es inocultable y creciente. UPCN llegó, incluso, a recriminarle a las autoridades el hecho de no haber actuado desde un principio con la firmeza necesaria para poner límites a este sector. Aunque con otro tono, fueron similares las apreciaciones vertidas por los máximos dirigentes de la Asociación de Trabajadores del Estado. El resto de los gremios observa con preocupación lo que viene sucediendo con los docentes.

Reconocen que existen otros sectores en condiciones de imitar a los maestros en sus reclamos, pero saben que si se extendieran estas demandas serían absolutamente inviables y podrían en jaque a la Caja de Jubilaciones.

Frente a la tozudez de los docentes, el gobierno resolvió modificar el escenario de negociaciones y convocó a todos los gremios que representan a empleados del Estado provincial a constituir la Comisión de Asesoramiento Previsional. Allí se analizará la situación financiera de la Caja y se evaluará la factibilidad de eventuales reformas. Al menos treinta sectores se verán las caras en torno de esta mesa.

La jugada política fue inteligente. Sin embargo, no está exenta de riesgos, pues el resto de los gremios tampoco quiere quedar atrapado en la incómoda posición de ser quienes establezcan límites a los reclamos de los maestros.

Si el objetivo de esta convocatoria a la Comisión de Asesoramiento Previsional no se alcanzara, el resto de los sindicatos daría un paso al costado y el gobierno quedaría, nuevamente, cara a cara con los maestros que ya anunciaron estar dispuestos a regresar a los paros.

En definitiva, se trata de una jugada con final abierto y en la que se deberán tomar las medidas necesarias para que la insensatez no termine imponiéndose sobre el sentido común.