I ENCUENTRO NACIONAL DE TRAPECISTAS Y ARTISTAS DEL AIRE

Hacia arriba siempre

Santa Fe fue sede del primer Encuentro de Trapecistas y Artistas del Aire de todo el país. Una valiosa experiencia para el crecimiento de cada uno y para el colectivo de participantes que logró aprender, intercambiar y explorar nuevos límites del cuerpo.

Hacia arriba siempre

1 /El Marconetti fue aprovechado para los espacios de taller: lira, telas, trapecio y palo chino, entre otros, contaron con la experiencia en el manejo de las técnicas y estéticas de vuelos de los docentes a cargo.

Foto: LUIS CETRARO

Ana Laura Fertonani

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El jueves fue el turno de las acreditaciones, la ubicación de la gente de afuera (que acampó en el predio de Amsafe) y el acto inaugural y el viernes por la mañana ya arrancó el encuentro con una dinámica de talleres que contempló los distintos niveles de los participantes.

Llegaron jóvenes de distintas partes del país -Córdoba, Catamarca, Bahía Blanca, Rosario, Paraná, Jujuy (entre otros)-y durante tres días pudieron intercambiar y aprender de la mano de docentes expertos en las alturas, en las técnicas y estéticas de los distintos vuelos.

El molino Marconetti fue la sede y el marco del despliegue de talleres en todos los territorios posibles: el trapecio fue el protagonista en diversas versiones: el fijo; el de vuelo que en pleno movimiento y a una considerada altura propone un desafío mayor; y el volante que maravillosamente atenta contra la gravedad. Hubo telas, lira, ramka (la escuadra aérea que requiere de un portor que está sostenido en la estructura y un volante), báscula (elegido más por los hombres que da la posibilidad de dar saltos importantes) y palo chino (el duro tubo de acero que cada vez tiene más adeptos). Aunque dada la lluvia inicial se generaron otros espacios de aprendizaje como un taller de parada de manos, ya que parte de la estructura se encontró en el exterior del edificio.

Hubo espacios para principiantes, intermedios y avanzados en la mayoría de las disciplinas; hubo convivencia, intercambio, el aprendizaje de nuevas formas, de técnicas y la corrección de formas conocidas; hubo mates, charlas, entradas en calor y eloganciones, cuerpos conociendo nuevos límites y posibilidades.

El que coordinó el encuentro fue el artista y entrenador de trapecistas Gustavo “Mono’’ Silva siempre presente y de humor (salvo en ciertas circunstancias que requirieron otra actitud como la desaparición inexplicable de objetos a participantes y artistas), que contó con los docentes (por mencionar algunos Iván, Sebastián, Celina, Sabrina, Lorena, Serena, Juancito, Paula) que estuvieron atentos a las posibilidades grupales e individuales propiciando no sólo instancias de conocimiento, sino también de autoconocimiento e intercambio.

ALTO VUELO

La noche del sábado contó con la gala de trapecistas y allí los participantes y el público en general pudieron ver en acción a los coordinadores de los talleres y expertos en el arte de volar. No hubo un escenario, hubo varios, el centro de atención fue viajando por los rincones del Marconetti. Se comenzó en una punta, y luego todos a la otra, y así sucesivamente hasta desembocar, ya al final, en las afueras del edificio.

Todos pudieron ser testigos de lo que sucedió en las alturas pero se complicó bastante cuando el despliegue artístico tenía lugar en el suelo: a pesar de la insistencia del “Mono” -que con micrófono en mano fue presentando a los protagonistas- para que la gente se sentara, no hubo caso, un importante número de personas quedaron sin la posibilidad de disfrutar el número que merecía la totalidad de los espectadores y aplausos (como los payasos, la rueda alemana, el palo chino y un número de tango).

Las atrevidas performances aéreas en trapecio fijo (hubo también una puesta colectiva muy bella), de vuelo, ramska (sucedieron dos números arriesgados, el segundo con toques de humor), palo chino y báscula, tuvieron de cierre un vertiginoso espectáculo de la mano de la Compañía Vaivén de trapecio volante con red.

Los ritmos corporales de varios espectadores volvieron a la normalidad recién cuando el último de los acróbatas estuvo en tierra firme (o suelo -aparentemente- seguro).

Responsables

Esta experiencia fue organizada por la Compañía Vaivén, la Escuela de Circo La Arena y la Municipalidad de Santa Fe en el marco del Centro de Artes Circenses y Urbanas de Santa Fe. El “Mono” Silva es parte del cuerpo de profesores de La Arena, da clases en La Plata para la Comedia Provincial, en San Martín para la Unsam, y en el Centro de Artes Circenses y Urbanas de esta localidad.

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La báscula fue otro taller de desafío que encontraron los participantes en la exploración de otras posibilidades físicas.

Foto: LUIS CETRARO

Hacia arriba siempre

La noche de gala dio a conocer a todos los interesados un poco de lo que sucedía entre las altas paredes del Marconetti. La compañía Vaivén fue una de las protagonistas de la noche con impactantes acrobacias en altura. Foto: MAURICIO GARÍN

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Las caras del circo en una noche con sonrisas, emoción, cuerpos en movimiento, cuerpos en el límite, coordinación, fuego, llamaradas de fuego, belleza... Foto: MAURICIO GARÍN

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Coordinó el encuentro el artista y entrenador de trapecistas Gustavo “Mono’’ Silva que contó con los docentes expertos en las técnicas. Fotos: LUIS CETRARO