Llegan Cartas

Agradecimiento

Héctor Cuffia, Alicia Mezzetti, Facundo Cuffia, Fernanda Cuffia, Nadia Almada y Dr. Rodrigo Díaz.

Señores directores: La familia y el esposo de la Dra. Florencia Cuffia y su beba Alma Díaz, quieren agradecer profundamente al Equipo Profesional del Servicio de Guardias y Urgencias, así como al resto de los profesionales intervinientes de Coronaria, Terapia, Obstetricia, Neonatología, enfermería, personal administrativo del hospital Dr. José María Cullen y a la unidad de Traslado del 107, por haber asistido el día 10 del corriente mes a sus seres amados, con inmediatez, profesionalidad y sobre todas las cosas por la notable calidez humana de todo este grupo de grandes profesionales y grandes personas. Gracias.

El costo de un día de bombas en el Día del Empleado de Comercio

Luis Emmer.

DNI. 12.355.357, ciudad.

Señores directores: Reconozco que yo no tengo la suerte de tener un gremio que logre los objetivos que consiguieron los empleados de comercio, más bien mi sindicato no existe, es triste y aburrido, cero en lograr algo para los trabajadores, pero hay algo en que no estoy de acuerdo en este reclamo. Yo les pregunto a la gente del gremio, en este caso el Cuec: ¿No hay otra forma de intimidar a un supermercado? Bombas durante todo el día no respetaron la realidad de que a pocos metros haya un sanatorio. Hay gente enferma, que necesita tranquilidad para su recuperación, descanso, comprensión. A pocas cuadras, en un radio de cinco manzanas hay más sanatorios.

Realmente incomprensible esta actitud para lograr un objetivo. Y no quiero imaginar lo que costó un día de bombas, porque realmente fueron muchas.

Hay algo que deben aprender los dirigentes y los empleados: que el derecho de cada uno termina donde comienza el de los demás. Y aquellos que quieran o no festejar su día también pueden decidir por voluntad propia. En el futuro que se respete el derecho de los demás, en este caso, los enfermos.

Confío que éste es el comienzo de la caída de “la esclavitud moderna”. Y un llamado de atención a aquellos gremios privados tristes y aburridos, como dije al comienzo.