En las antiguas bodegas Giol

La presidenta inauguró el Polo Científico Tecnológico

Funcionará allí el Ministerio de Ciencia y Tecnología. En su discurso dijo que le hubiera gustado conocer a Steve Jobs. Pidió una asociación inteligente entre lo privado y lo público.

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La jefa de Estado en la inauguración del edificio que también albergará a la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica; en el futuro al Conicet y otros organismos de cooperación.

Foto: DyN

De la redacción de El Litoral

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La presidenta Cristina Fernández inauguró el Polo Científico Tecnológico en Palermo y confesó que le hubiese gustado conocer personalmente al cofundador de Apple Steve Jobs, que murió en la víspera.

“Este es un día memorable para la ciencia”, subrayó la jefa de Estado y ponderó que representa “un orgullo para toda la historia científica del país” la inauguración del Polo, ocupado anteriormente las bodegas Giol y donde se emplazará, entre otros, el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

En su discurso, la Presidenta aseguró también que “tenemos una gran deuda los que somos egresados de las universidades públicas y nacionales, no se da en muchas partes del mundo que podamos acceder a una educación universitaria y gratuita”.

Por otra parte, a propósito de la presencia en el acto del primer ministro de Baja Sajonia (Alemania), David Mac Allister, la jefa de Estado explicó que ese Estado “es accionista de (la empresa automotriz) Volskwagen” ya que “el 20 por ciento” de esa firma pertenece a ese gobierno.

“Eso es para los que aquí se horrorizaban de que el Estado tuviera participación a través de la Anses, en algunas empresas. Miren esa Alemania tan admirada”, aclaró la mandataria, en el acto del participaron cientos de trabajadores de la Uocra, que construyeron el edificio.

En esa línea, pregonó una “asociación inteligente entre Estado, empresas privadas, la economía, lo privado y lo público”.

Al hablar de los hombres de ciencia, recordó a Steve Jobs, a quien definió como “uno de los hombres que más ha investigado, realmente una de esas personas que a uno le hubiera gustado conocer, porque son cabezas importantes”.

“Esto antes eran viejas bodegas abandonadas, de lo que una vez fue un establecimiento industrial, que por los avatares de la historia argentina, se convirtió en ruinas llenas de roedores”, recordó, para afirmar que “el conocimiento ocupa en este gobierno un lugar fundamental”.

La construcción del edificio contempla criterios de sustentabilidad ambiental que involucran al propio diseño funcional y a las instalaciones, con el objetivo de reducir los consumos estándar de diferentes recursos, como por ejemplo, la economía en el uso del agua.

La obra incluye en el edificio Rojo, la nueva sede del Ministerio, que conduce Lino Barañao, y en el edificio Blanco, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y de Institutos Internacionales Interdisciplinarios para la Innovación, tales como el Instituto de Biomedicina asociado con la Sociedad Max Planck de Alemania.


“Una metáfora”

El ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, dijo que el Polo Tecnológico “es una metáfora de lo que se quiere hacer con la ciencia argentina, que es insertarla a la sociedad”.

Recordó que los científicos argentinos “fueron aislados sistemáticamente por mucho tiempo y hasta fueron catalogados de peligrosos en la dictadura. La realidad es que estábamos aislados de la sociedad y a partir de refaccionar la estructura de este edificio se traza un camino, permitiendo albergar equipos de última generación y un lugar de investigación, pero que estará abierto al público; y es que los investigadores son casi gente común y así lo podrá ver la gente”, ironizó el ministro.

En ese sentido, detalló que el plan prevé una fuerte interacción de los científicos a partir de la funcionalidad del Polo, donde la gente podrá ver el trabajo, los descansos y el intercambio entre los profesionales. Por otra parte, Barañao se refirió a la puesta en marcha de un plan paralelo al de la repatriación de científicos, por el cual regresaron al país más de 850 profesionales, que en este caso implica los mismos beneficios para los cónyuges.

“Decidimos aplicar el mismo plan teniendo en cuenta que muchos se fueron solteros y se casaron en su mayoría con científicos en otro países, por eso el plan de radicación para ellos también implica el pago de subsidios, refacción de laboratorios y demás beneficios”, detalló.

Según Barañao, el acompañamiento a los científicos tanto argentinos como extranjeros “es un importante capital intelectual con intereses”, y resaltó el hecho que “la gran mayoría de ellos pertenecen a universidades públicas”.

“Esto nos demuestra el valor supremo de la universidad pública y gratuita que tiene Argentina, donde el 95 % de la población financia la carrera de los estudiantes (...). Implica una deuda ática y moral, de ser útiles para la sociedad que les paga mejorando la calidad de vida... Y ese compromiso es el que tendremos que discutir”, puntualizó.