Reunión a las brasas para enfriar una relación difícil

Antonio Bonfatti y Mario Barletta en un asado por el consenso

Las necesidades políticas de radicales y socialistas forzaron el encuentro. Costillas y ministerios, malbec y estrategias frente al PJ, formaron el menú. Para digerir achuras sin contratiempos, no se habló de la elección nacional.

 

Luis Rodrigo

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Sólo falló el resultado del partido de Argentina. Por lo demás, del asado a lo conversado, Antonio Bonfatti y Mario Barletta se fueron satisfechos de la reunión en Colastiné.

Anoche, en una quinta, un grupo de radicales encabezados por el intendente recibió al gobernador electo y a un grupo de colaboradores muy cercanos al próximo titular del Poder Ejecutivo Provincial.

De parte de ambos sectores, los comensales llegaron con los ánimos dispuestos a pacificar el flanco interno de la próxima gestión.

Bonfatti fue con dos dirigentes muy cercanos: Mario Drisun, su número dos en Gobierno, y su secretario privado, Esteban Lenchi. También estuvo un hombre de extrema confianza del gobernador Hermes Binner, Rubén Galassi, secretario de Comunicación Social de la provincia.

En la casa de descanso del diputado provincial Darío Boscarol, el anfitrión en términos políticos fue el llamado “radicalismo de la escarapela”, es decir, el sector partidario que participó en las primarias sin jugar a la estrategia del socialismo y que creó para su boleta un símbolo celeste, blanco y rojo.

Además de Barletta y Boscarol hubo más radicales (y de peso): el presidente del partido y senador electo por La Capital, Hugo Marcucci; el concejal de Rosario, Jorge Boasso; el intendente de Avellaneda y senador electo por General Obligado, Orfilio Marcón; el diputado provincial Carlos Fascendini, el senador provincial que renovó su banca por San Justo, Rodrigo Borla, y el senador por San Lorenzo, Eduardo Galaretto, que dejará su banca en diciembre pero siempre será un experto en la negociación política.

Achuras y costillas se mezclaron con ministerios, estrategias de poder frente al justicialismo y análisis sobre el poder en la provincia, regados con malbec. De postre, la Selección (y su tan bolivariana derrota).

Mesa del Frente

De la cuestión nacional no se habló. Sí de cómo será Santa Fe después desde que asuman las próximas autoridades y las mayorías que logró el peronismo unido en las cámaras de Diputados y Senadores. La idea de consenso es que cuando termine el proceso electoral nacional haya una reunión de la mesa del Frente Progresista, para su institucionalización.

Por otra parte, el sector de la UCR propicia una participación radical mayor en el gabinete que en el actual. Se habla de respetar el 30% de votos que logró Bareltta en la interna, pero los porcentajes no le gustan al gobernador electo, quien prefiere hablar de nombres.

Los radicales que invitaron al sucesor de Hermes Binner esperan que esa proporción se “refleje” en la composición del gabinete. El ministro de gobierno no respondió.

Otro aspecto no habla de números sino de calidades. Los radicales quieren que los funcionarios que trabajen en el próximo Ejecutivo tengan “una participación activa, real”, y con presupuesto.

Buena parte del asado se lo llevó una lectura sobre lo que depara el futuro. Socialistas y radicales no quieren que el peronismo y su lógica del movimiento -que no tiene problemas en unir a ex antikirchneristas con recientes conversos K e históricos pingüinos- obligue al próximo gobernador a una catarata de vetos por leyes que quiten financiamiento a la provincia.

Nos fue mal

Esta mañana, consultado por El Litoral, Antonio Bonfatti confirmó el encuentro. “Estuvimos mirando el partido de la Selección argentina con Venezuela. Y nos fue bastante mal”, expresó. Ante a la repregunta, dijo que les había ido mejor en el plano político. “Siempre nos va bien porque dialogamos con todos los sectores”, sostuvo. Y negó que se haya hablado sobre el futuro gabinete. “¡No! Cómo vamos a hablar de esas cosas... Eso en noviembre, diciembre”, afirmó.

Pezz no fue

Las fuentes rinconeras que relataron la reunión de radicales y socialistas a El Litoral, dijeron no haberlo visto al primer candidato a diputado nacional por la UCR, Federico Pezz.

Es fácil imaginar la razón: parte del objetivo del encuentro fue asegurar que un duro comunicado contra Hermes Binner, redactado por el senador norteño, nunca tuvo la firmas de los demás dirigentes del radicalismo.

Es que para colmo, Pezz dijo primero que el documento existía y que tenía la firma de sus correligionarios y luego debió argumentar -ante la rotunda desmentida de los involucrados- que todo se debía a “un error” de sus militantes.

Pezz tenía anoche en agenda un acto en el interior provincial, lo mismo que Felipe Michlig, senador por San Cristóbal, otro dirigente relevante del radicalismo en el norte.

El candidato a la Cámara baja del Congreso pasó una semana complicada, porque desmintieron haber firmado su comunicado la vicegobernadora Griselda Tessio, los senadores Michlig, Galaretto y Borla, además del diputado provincial, senador por La Capital electo y presidente del Comité Provincial de la UCR, Hugo Marcucci. (En El Litoral de este fin de semana se ha dado cuenta, en detalle, de lo ocurrido).

Es probable que de las llamadas telefónicas radicales a Bonfatti (para advertir que Pezz se había cortado solo) haya surgido el asado de anoche.