Festejaron en Auckland

Wallabies de bronce

Vencieron a Los Dragones Rojos merecidamente y se adueñaron del último escalón del podio mundialista.

Wallabies de bronce

Ben McCalman se apresta a apoyar el último ensayo australiano, estableciendo una diferencia que en ese momento asomó indescontable. Foto: EFE

César Miño

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Con una producción que aún sin demasiados destellos resultó más que suficiente como para justificar su superioridad, Australia venció esta mañana (hora de nuestro país) a Gales por 21 a 18, ubicándose de ese modo en el tercer puesto final de la VII Rugby World Cup que el domingo culminará con la final que a partir de las 5 protagonizarán Nueva Zelanda con Francia.

El desarrollo

Desde el inicio, los Wallabies denotaron su capacidad para imponer el ritmo de las acciones, en base a un creciente predominio en la obtención y el control de la pelota, posicionándose además en territorio adversario.

Por ende, más allá de la solidez defensiva galesa, no extrañó que el primer ensayo llegara sobre los 10 minutos, a través de una jugada impregnada de vértigo y precisión que culminó con Berrick Barnes apoyando bajo los postes europeos.

Justamente, el joven y versátil back, se transformaría de manera inexorable en la figura del encuentro, por lo que la distinción de Man of the Match recayó sobre él con absolutos merecimientos.

Los Dragones Rojos no se amilanaron, y aferrados a las bondades que los proyectaron a este estamento de la competición, fueron encontrando caminos como para al menos “discutir” el patrimonio del desarrollo. Sin embargo, algunas imperfecciones y la mala noche de sus pateadores conspiraron en el aspecto numérico.

Mientras tanto, esa especie de “maldición” que acompañó a los Wallabies desde antes del comienzo del certamen, provocó nuevas deserciones. Primero se lesionó el excelente fullback Kurtley Bealey; luego el apertura Quade Cooper (quizás hoy jugó sus mejores minutos del torneo) y finalmente, el experimentado Nathan Sharpe, quien hoy cumplió su centésimo partido con la camiseta dorada.

El complemento

El cerrado 7 a 3 del parcial no hizo más que perfilar un desarrollo que pareció abrirse hacia ambos protagonistas, pese a que la sensación generalizada continuaba siendo que los aussies eran algo más.

Cuando el diminuto Shane Williams apoyó el try que colocó a Gales al frente por primera vez en el marcador, en una acción en la que hubo un evidente forward pass no advertido por el referee inglés, pareció fortalecerse la posibilidad compartida.

Sin embargo, Australia no tardó en “acomodarse” y merced a un par de penales de James OºConnor -que con apenas 21 años fue de lo mejor del equipo en todo el torneo- estableció una diferencia que luego se amplió con un drop de Barnes, ya definitivamente transformado en sapiente conductor del equipo, desde la posición de apertura.

La rúbrica llegaría luego de un penal galés, a través del ensayo de Ben McCalman, estableciendo un 21 a 11 que lució definitivo: no sólo por la diferencia, sino también por el contenido.

Pero al entretenido partido le quedaba aún una especie de premio merecido para Los Dragones Rojos, que a través de un movimiento que se acercó a las 30 fases, culminó con el try de Leigh Halfpenny, que amén de acotar la diferencia final, fue una especie de tributo a todo lo bueno que “el equipo del futuro” demostró a lo largo de toda la competición.

17

partidos

jugaron Australia y Gales. Los Dragones Rojos sólo ganaron dos en Cardiff: fue en 2005 y 2008.

En París

La final que el domingo venidero, a las 5 de Argentina, protagonizarán Nueva Zelanda con Francia, podrá ser observada en directo en una pantalla gigante ubicada en el Stade de France de Saint Denis, con entrada gratuita, pero previa reservación por Internet. De este modo, los galos emularán lo ocurrido en el Millennium Stadium de Cardiff, donde el sábado pasado se reunieron más de 60.000 personas para observar por la misma vía la semifinal que Gales disputó ante Les Bleus.

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/// SÍNTESIS

Australia 21

Gales 18

Estadio: Eden Park de Auckland.

Referee: el inglés Wayne Barnes.

Jueces de touch: el francés Romain Poite y el irlandés Alain Rolland.

TMO: el sudafricano Shaun Veldsman.

Australia: James Slipper, Tatafu Polota Nau (Saia Faingaa) y Salesi Ma’afu (Ben Alexander); James Horwill (capitán, luego Radike Samo) y Nathan Sharpe (Robert Simmons); Scott Higginbotham, David Pocock y Ben McCalman; Will Genia (Luke Burguess) y Quade Cooper (Anthony Faingaa); Digby Ioane, Berrick Barnes, Adam Aslhey-Cooper, James O’Connor y Kurtley Beale (Robert Horne).

Head Coach: Robbie Deans.

Gales: Gethin Jenkins, Huw Bennett (Lloyd Burnes) y Paul James (Ryan Bevington); Bradley Davies y Luke Charteris (Alun Wyn Jones); Danny Lydiate (Andy Powell), Tangaki Faletau y Ryan Jones; Mike Phillips (Lloy Williams) y James Hook (Stephen Jones); Shane Williams, Jamie Roberts, Jonathan Davis (Scott Williams), George North y Leigh Halfpenny.

Head Coach: Warren Gatland.

Primer tiempo: 11, try B. Barnes y goal de OºConnor; 18, penal de Hook.

Segundo tiempo: 10, try de S. Williams; 14 y 17, penales de OºConnor; 27, drop de B. Barnes; 30, penal de S. Jones; 37, try de McCalman; 41, try de Halfpenny y goal de S. Jones.