El trabajo detrás del juego

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Patricia del Pozo

Es probable que llame la atención de algún transeúnte o automovilista que transita por barrio Ciudadela. Allí se la puede ver, pintando metegoles, lustrando maderas o puliendo el metal de un juego de sapo.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. FLAVIO RAINA

MÁS MAÑA QUE FUERZA. “¿Qué hago? Poner paños en las mesas de pool, lavar los metegoles, arreglarlos, pintarlos, todo lo que pueda colaborar en el trabajo. Lo hago, siempre y cuando lo sepa hacer. Manejo todas las herramientas chicas; todo menos el taladro. y sobre todo pongo en práctica un poco de ingenio. Para una mujer es indispensable darse maña y saber arreglar cosas. El hombre tiene fuerza por naturaleza; yo me las tengo que ingeniar para hacer lo mismo, porque no me da la fuerza para algunas cosas”.

DE TODO UN POCO. “Un día me llamaron para atender al público, después pasé al taller con el resto de mis compañeros; también estuve 8 años a cargo de la cobranza. Ahora sigo en atención al público, pero también lijo, pinto, lustro madera... Hago lo que sea necesario. Y mientras, atiendo a la gente”.

UNA ALTERNATIVA. “La mayoría de la gente, en especial los padres, vienen en busca de juegos familiares para sacar a los chicos de la computadora. Si es para una nena, eligen el metegol; para un varón, el pool. O porque en veranos se van a las quintas y quieren ir armando un sector de juegos, o porque los colocan en sus quinchos”.

LOS PROPIOS LÍMITES. “Hago de todo pero no soy buena masillando y tuve que aprender, porque siempre ponía un montón de masilla y como me tocaba lijar, estaba mucho tiempo haciéndolo. Siempre me dieron para pintar casi todo por el hecho de ser mujer, porque el hombre, en general, esquiva el tema de los detalles de pintura. A mi el trabajo de ellos fue lo que más me costó: lijar, lustrar... También aprendí a desarmar los metegoles de fundición y cancha: se desarman, se arenan y se vuelven a armar. Los chicos hacen el armado del piso de chapa y yo me encargo de lo demás”.

POR LA CAMISETA. “En el caso del metegol, el cliente elige las camisetas que quiere para los jugadores y se pintan de esos colores. Me han tocado algunas medio raras porque yo de fútbol se poco y nada. Así que averiguaba cuál era de tal país o de tal equipo. Hay épocas para todo, momentos en que eligen un juego o el otro, y el Mundial de Fútbol influyó también”.

EL PREFERIDO. “Para mi, el pool siempre, toda la vida. Ya antes de trabajar en ésto me gustaba. Acá no tenemos tiempo de jugar, pero es lo que más me gusta. El ping pong también me gusta mucho. Más allá de eso, me tuve que poner al tanto en los juegos de cartas pero normalmente en lo que tengo que asesorarme es en los materiales preguntando a la gente que trabaja acá, informándome, como para saber contestar si me hacen una pregunta”.

USO DE RAZÓN. “Empecé en ésto por mi papá, la necesidad y la curiosidad. Al lado de mi padre aprendí muchas cosas y, sin querer, todo me sirvió mucho. Pero lo principal es el razonamiento. Me pasa con mis amigas que me dicen: ‘mirá, la pata de la mesa se mueve’. Y yo les digo: ‘es fácil, se saca este tornillo, se pone un pedacito de madera y ya está’. El conocimiento general es importante, incluso cuando tengo que llamar por trabajos más complicados, para que no me engañen”.

UNA PASIÓN APRENDIDA. “Este es un trabajo como cualquier otro. Mi viejo me enseñó desde chica a no ser la típica nena. A mi papá le encantaban los autos, vivía arreglándolos y yo me metía. Él me decía: ‘alcanzame la prusiana; fijate que si presiono acá, pasa ésto’. Fue la pasión de él por hacer cosas la que me transmitió desde que era chica. Nunca consideré que fuera algo anormal, al contrario. Creo que una mujer, salvo la parte de fuerza que es innata al hombre, puede hacer cualquier cosa”.

DE SANTA FE

Patricia del Pozo nació en Santa Fe, y estudió en la escuela primaria y secundaria de esta ciudad.

CARRERA TRUNCA

En la Universidad Tecnológica Nacional -regional Santa Fe- empezó a estudiar la carrera de Ingeniería en Construcciones, pero le faltaron los dos últimos años para recibirse.

DEFINICIÓN

“No considero que una mujer tenga diferencias con el hombre: mientras tengas manos y cerebro, y un poco de inteligencia, podés hacer lo mismo”.

así soy yo