Al rescate de la historia

Comenzó la recuperación del “Quincho de Juan Maglier”

Manuel Mudry

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Hace pocos días comenzó a circular en el ambiente bohemio la iniciativa de recuperar este lugar tan caro al sentimiento musiquero de la región. Hace unos 15 años, el lugar se detuvo en el tiempo junto con el corazón de su dueño y nunca más se volvió a abrir, allí quedaron encerradas para siempre mil anécdotas que enriquecen los recuerdos de quienes tuvieron la dicha de disfrutarlo en plenitud.

Se dice -y es cierto- que, bajo su techo, cada viernes, la vida transcurría mágicamente hecha música, al amparo de una parrilla siempre generosa y el infaltable vino que regaba la reunión sin descanso.

La presencia de figuras importantes -como Tránsito Cocomarola, Ramón Merlo, entre otros- le dio jerarquía al lugar y no hubo cantor ni guitarrero que desde cualquier lugar del mundo no conozca su existencia o despierte su curiosidad por conocerlo.

Todos eran bienvenidos y sin pedir nada a cambio, sólo había que estar predispuesto a compartir la mesa donde el condimento especial era la sana amistad.

Quedan testigos y herederos de aquel tiempo que, dispuestos a rescatar su protagonismo, han iniciado su recuperación; está todo como ayer, el horcón, el asador, sus paredes con la nostalgia pintada y las puertas de par en par como siempre.

Mario Caballero es uno de ellos, parte de la familia que tomó la decisión a la que se sumó algún amigo para ponerlo en valor.

“Yo mamé la bohemia de este lugar al que vine desde muy chico, aprendí la música de la mano de gente muy talentosa que eran personajes habituales de los viernes”, dice Mario Caballero y agrega: “supe de voces sabias y noches largas que hicieron de aquellas vivencias un verdadero culto a la amistad sin límites”.

En esa historia hay nombres de personajes que viven en la memoria colectiva como Carlitos Sánchez, Tito Ávalos, Vicente Callea, el Negro Borovachi, Joselo Fíz, Chachón Acosta, Yiyi Mudry, Luis María Villa y tantos otros.

Con los recuerdos y los duendes de los que jamás se irán, el Quincho de Juan Maglier está dispuesto a cobrar vida, lo que no deja de ser un aporte al capital cultural de una ciudad que debe tener en su haber este tipo de expresiones que la identifican muy bien.

Juan de Dios Maglier. De profesión albañil pero músico por excelencia, se caracterizó por su responsabilidad en su tarea, que se complementaba con un trato afable y cordial, para convertirse los viernes en el músico más completo, porque cualquier instrumento le caía bien, todo un maestro del que muchos aprendieron.

Querido y admirado por propios y extraños, pertenece a la galería de los personajes mejor recordados y su nombre ya está inmortalizado en una calle de la ciudad.