I CONVENCIÓN SOCIAL PLURICULTURAL

Todos somos uno

Hombres y mujeres de 13 países y 10 provincias argentinas se autoconvocaron en La Redonda durante 3 días para aportar sus saberes ancestrales, compartir experiencias comunitarias y disfrutar de la energía unificadora del baile, el canto, las ceremonias espirituales y los rituales sanadores.

Todos somos uno

Sucedieron tres días de convivencia de pensamientos, expresiones artísticas, modos de vida y cosmovisiones. FOTOS: FLORENCIA FARIOLI Y LATIF VICENTE JESÚS

 

Homero Caffaratti y Gabriela Redero

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“Necesitamos una visión ampliada del momento evolutivo actual del planeta. Necesitamos construir una nueva cultura de reconocimiento a los saberes ancestrales y de respeto a la vida”. Esta frase de Claudia Gómez, representante de la Red Arte Planetario, es una de las posibles síntesis de las necesidades colectivas que impulsaron la realización de la I Convención Social Pluricultural, que invadió el complejo La Redonda -rodeado del Parque Federal- con la magia, el misticismo, la poesía y los conocimientos de diversas culturas del mundo.

Entre el 11 y el 13 de octubre pasados, bajo la consigna “Por una conciencia universal de paz, buen vivir y una confederación de pueblos y naciones libres”, confluyeron experiencias, debates y cosmovisiones en rondas grupales organizadas en torno a los elementos: el círculo de aire concentró miradas sobre educación, formación, niñez, arte y ciencia; el de fuego sobre espiritualidad, salud, equilibrio y armonía; y el de tierra giró alrededor de la identidad, territorio, organización política, soberanía preexistente, derecho, economía y pluriculturalidad.

En vísperas de 2012, uno de los objetivos fue diluir los mensajes apocalípticos que cotidianamente se multiplican a través de los medios masivos de comunicación, generando miedo, desconcierto y mayor desintegración social. Por el contrario, este encuentro buscó provocar “un acercamiento popular, que facilite un genuino entendimiento de culturas que nunca fueron comprendidas, razón por la cual sufrieron el sometimiento y la degeneración de sus virtudes. Al reconocer a los segmentos más negados de nuestra sociedad actual, podremos abordar soluciones más acertadas y, sobre todo, consensuadas. La idea es construir una identidad humana universal que enaltezca la infinita pluralidad cultural que somos, y a la vez, que nos permita unificar esa gran diversidad mediante el reconocimiento de las mismas necesidades básicas comunes a todos, para luego compartir la búsqueda de los métodos que nos ayuden a poder satisfacerlas colectivamente”.

Recuperar la armonía con la naturaleza y los valores espirituales como núcleo esencial de la vida, facilitar el reencuentro entre las naciones originarias de América, crear una ciudadanía latinoamericana voluntaria basada en los principios del buen vivir; promover la economía social y solidaria como alternativa a la economía actual; unificar las visiones de los distintos movimientos sociales, indígenas, espirituales; consensuar una legislación que incluya a todas las cosmovisiones en búsqueda de un equilibrio de convivencia intercultural mundial, son algunas de las finalidades.

Así, el movimiento circular presente en la arquitectura de La Redonda abrigó estas jornadas de convivencia, alegría y hermandad entre diferentes etnias (mocovíes, tobas, guaraníes, kollas, toltecas, mayas, diaguitas, wichis, mapuches, abipones y comechingones), colores, creencias y banderas. Pluralidad de voces que se hacen escuchar.

RONDA DE COSMOVISIONES

Un integrante de la Comunidad Amatreya de Alta Gracia, Córdoba (Estrella Madre) explicó: “Sostenemos la vida en comunidad como la búsqueda de una salud alternativa y espiritual para integrarnos en un ecosistema en hermandad. La organización se da desde arriba hacia abajo, mediante la vida en el entorno natural para aprender a escuchar a la tierra, saliéndonos del esquema de la educación formal. Sabemos que somos hermanos, pero pocos vivimos como tales, ése es el desafío a pesar de las dificultades. Integramos gente de todos los países porque el planeta es de todos, la Madre Tierra no selecciona. Nuestra visión es la de un plano integrado en todas las energías a partir de la estrella de cuatro puntas, que plantea que para poder vivir necesitamos espiritualidad, si no estamos desconectados-, tierra donde poner los pies y trabajar, y el nacimiento, que es la transformación constante. Nuestra comunidad está organizada en seis áreas, con una estructura circular en forma de espiral, en la que la energía surge del centro, así no sabemos cuál va a ser el resultado. Eso es maravilloso”.

Oriel Visintini, integrante de la organización de Bioconstrucción Ñembyati, de Reconquista, sugirió: “Debemos rescatar la dignidad de la vivienda. Reivindicar la construcción con tierra, valiéndonos de materiales naturales como la arcilla y la arena, la madera y el bambú. El cemento portland es cancerígeno y las pinturas vinílicas también. Los ingleses conocieron el cemento en la India y lo patentaron como propio. Y si miramos las construcciones realizadas por los gobiernos, no tienen en cuenta lo que la gente necesita, se construyen viviendas y ciudades dormitorio como los monoblocks que terminan generando graves traumas. Como alternativa, la bioconstrucción se inicia con el rescate da las culturas milenarias; el adobe se conoce desde muchísimo antes de la conquista y el bambú, por ejemplo, tiene una resistencia mayor al acero”.

Mariano Pautasso, de la Cooperativa de Trabajo de Bioconstrucción Teko, aportó sobre el rol de las ONGs y la universidad en el vínculo con las comunidades originarias: “Tenemos que analizar cómo operamos los blancos y cómo el Estado capta indios que trabajan de indios y no viven con su comunidad -dijo-. Existe una burocracia aborigen corrompida por el poder. Debemos rescatar la importancia de la asamblea como órgano de gobierno de las comunidades”.

Diego Viegas, conocedor de las llamadas “plantas maestras”, como la ayahuasca, se refirió en la convención a los aspectos científicos y a los conflictos legales. “Es necesaria una construcción genealógica. Hay desconocimiento, invisibilización y reconquista hacia las comunidades originarias, su postergación es inadmisible en un Estado que pretende generar la defensa de los derechos humanos. Debemos pensar en la creación de una constitución multicultural donde se reconozca la identidad jurídica de las comunidades originarias desde sus propias cosmovisiones”.

Carácter humanístico

Representantes de la Fundación de Investigación Científica de Culturas Ancestrales Mesaverde (Rosario), explicaron: “Nuestra organización es de carácter humanístico y funciona desde hace 16 años. Llevamos adelante un reconocimiento de la medicina alternativa de la selva amazónica basada en la planta maestra ayahuasca. La ayahuasca se utiliza para la recuperación de adictos, no es una droga sino una medicina ancestral. Los chamanes son quienes llevan a cabo las enseñanzas y tardan décadas en convertirse. Hay que respetar y formular códigos de ética para mantener las enseñanzas originarias”.

Antonio Anconetani habló sobre Turismo Comunitario: “Proponemos la posibilidad de desarrollo para que las comunidades sean sustentables en relación a la agricultura, la ganadería y el turismo. Esto se manifiesta a través de una triple sustentabilidad basada en que la actividad turística no afecte el medioambiente; que se promueva una sustentabilidad sociocultural que tiene que ser autóctona y no un circo, para mostrar la identidad y la autenticidad sin que los licitantes contaminen la cultural local; que se garantice la sustentabilidad económica para generar recursos para las familias y los individuos sin depender del Estado, excepto para iniciar la actividad”.

Inti Huasi, quichua de Santiago del Estero, sintetizó: “Lo que fluye desde el alma es muy lindo. Mi abuela, que tiene 107 años, y mi madre están en el monte. De allí venimos y queremos mostrarles lo que es nuestra bendición con la danza. Mi taita, mi abuelo, ha sido despojado de sus tierras y hoy danzaremos por todos los que como él han perdido su lugar. Pero antes, le pedimos permiso a la Pachamama. Pedir permiso es nuestra costumbre y es el lenguaje nuevo que tenemos que adoptar’’.

El sincronario maya

La cosmovisión maya estuvo presente, física y espiritualmente, durante todo el encuentro. Tanto que una de las sugerencias salidas de esta convención fue “utilizar el sincronario galáctico maya, para sincronizarnos con la nueva frecuencia de tiempo”, que propone la culminación del ciclo de 26 mil años, previsto para el 2012.

Dos de los maestros que llegaron hasta Santa Fe para sumarse a esta Convención fueron el sanador chiapaneco don Lauro de la Cruz, maestro maya galáctico, y Oscar Tinajero, el chamán caminante que lleva la bandera de la paz por todo el mundo sin más provisiones que la sincronía.

El sistema solar gira alrededor de Alción, estrella central de la constelación de las Pléyades. A nuestro Sol le lleva 26 mil años completar una órbita alrededor de Alción, y ése es el ciclo que finaliza el año próximo. Una oportunidad única para sincronizar la medición del tiempo y adaptarla a un modo natural.

En los “tiempos modernos”, el calendario gregoriano mide el año, el mes, el día, a través de la hora, los minutos y los segundos.

Crecemos, vivimos y morimos dentro de la frecuencia de tiempo 12.60 (12 meses, 60 minutos, 60 segundos). Esta medición del tiempo es real y lineal (pasado, presente, futuro), mide “cantidad’’ y es ajena a los ciclos naturales de los movimientos cíclicos y sincrónicos de la Luna, la Tierra, el Sol y las galaxias. Es una medida limitante, que nos condiciona a vivir exclusivamente en un plano físico y en la tercera dimensión (lo que conocemos como “realidad’’ palpable).

Pero existe otra dimensión temporal. La que crearon los mayas: una dimensión noósferica, que se basa en la “cualidad” y se mide tomando 2 coordenadas matemáticas: una de 13 unidades o “tonos” asociadas a una acción específica y 20 unidades o “sellos” asociados a una cualidad esencial o poder.

Ambas coordenadas del 13-20 generan una matriz de 260 unidades, que miden el tiempo cuantitativa y cualitativamente, cíclica y sincrónicamente. Así, en el Tzolkin (o sincronario maya), Cuenta Sagrada de los Días, la frecuencia 13.20 nos permite ingresar a una multidimensionalidad, donde el tiempo es una frecuencia de información.

Simultáneamente, estas 260 unidades están sincronizadas con la medición cíclica del año lunar-solar: 13 meses, de 28 días cada uno. Esto hace que esta medición sea natural, por lo que nos sincroniza y armoniza con la vida.

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“Por una Conciencia Universal de Paz, el Buen Vivir y una Confederación de Pueblos y Naciones Libres”, es la consigna que reunió a ciudadanos de distintas culturas


Todos somos uno

Durante el primer día del encuentro, representantes de pueblos originarios debatieron acerca de sus realidades, modos de organización y elaboraron propuestas metodológicas, reformistas y estratégicas, para mejorar sus condiciones de vida.

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Hacedores

Esta I Convención Social Pluricultural, declarada de interés cultural provincial, fue organizada por un grupo de personas autoconvocadas, a partir de la iniciativa de la Fundación RID (Red de Integración y Desarrollo) y Ciudad de Luz; con el apoyo del Gobierno de la Provincia de Santa Fe (a través de los Ministerios de Innovación y Cultura, y de la Producción); Bandera Universal de La Paz; Fundación Bica, Universidad Nacional del Litoral; Gobierno de la Ciudad de Santa Fe, Aguas Provinciales, Espacio Azul, Zenit, Basani y El Arca.

Propuestas

-Los pueblos originarios propusieron la creación de un Consejo de Ancianos, integrado por todas las etnias, para la recuperación y difusión de sus distintas culturas.

-Crear un Consejo Pluricultural que incluya diferentes comisiones para la continuidad de la propuesta pluricultural de esta convención.

-Gestar una Red de Intercambio de información y gestión de apoyo, que alerte sobre problemáticas territoriales y de derecho de los pueblos originarios, comunidades o grupos culturales diversos. Como así también incentive la difusión de las distintas culturas, a través de medios de comunicación, congresos, encuentros, talleres, festivales etc.

-Desarrollar clases didácticas de culturas nativas en las escuelas.

-Asumir la educación directa de los niños como pilar para la trasformación, generando polos educativos nuevos con el arte como base.

- Educar en la Naturaleza, activando campamentos didácticos en los que se manifieste la convivencia y la interacción entre personas de diferentes edades.

-Crear una escuela itinerante para entregar una nueva cosmovisión a la educación formal.

-Apoyar las reivindicaciones de los pueblos originarios y ayudar en la búsqueda de soluciones para necesidades primarias, como el agua.

-Cuidar cada uno su propio cuerpo a través de la alimentación consciente, poniendo atención a los campos electromagnéticos que actúan sobre nuestro campo corporal (escuchar al cuerpo).

-Dar apoyo a las actividades de curación y sanación basadas en los saberes ancestrales (como temascales, por ejemplo).

-Adquirir una espiritualidad práctica desde la acción.

-Organizar un nuevo encuentro para fortalecer estas propuestas en el 2012.