Manuel Mora y Araujo

“Creo que va a haber correcciones”

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Cristina Fernández de Kirchner, entre la transversalidad y el peronismo, y el desafío de acometer cambios en lo económico.

Foto: EFE

El analista consideró que el gobierno nacional deberá iniciar una serie de cambios a nivel económico tras el triunfo del domingo pasado. También opinó que la aparición del Frente Amplio Progresista no debe atarse a los personalismos en la conducción.

 

Germán de los Santos

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Corresponsalía Rosario

Manuel Mora y Araujo, analista y consultor político, opinó que el desafío más próximo del gobierno nacional tras las elecciones es iniciar una serie de “correcciones” a nivel económico, para evitar según el especialista que la coyuntura lo lleve a tomar medidas “drásticas”.

Mora y Araujo, quien disertó en Rosario, invitado por el Centro de Estudios Económicos y Regional de la Fundación Apertura, sobre “Argentina después de las elecciones de octubre”, sostuvo también que, desde la oposición, Hermes Binner “tiene que evitar el personalismo” en el Frente Amplio Progresista.

El consultor dialogó con El Litoral sobre el escenario político que se desgranó tras la victoria de Cristina Fernández en las elecciones del último domingo.

—¿Es más sencillo o más complicado analizar desde el punto político al país después de estas elecciones?

—Es igual, porque estaba todo definido. No cambió nada. Esto se definió el 14 de agosto. Lo que quiero aclarar es que este no es un gobierno hegemónico, que fuerza y acumula poder como lo hacen Hugo Chávez, en Venezuela, o Evo Morales, en Bolivia, porque en Argentina el poder que acumuló el kirchnerismo lo hizo por medio de los votos, lo cual no es hegemónico sino legítimo.

—El gobierno nacional ha tenido reacciones dispares cuando acumula o pierde poder. En 2007, cuando asumió Cristina lanzó la resolución 125 que originó el conflicto con el campo, y en 2009, tras perder las legislativas, anunció la Asignación Universal por Hijo. ¿Esta nueva etapa puede ser más equilibrado y más previsible?.

—En circunstancias de repliegue, el kirchnerismo siempre ha tomado medidas más audaces, como la Asignación Universal por Hijo, o la ley de medios. En esta etapa no sabemos cómo va a actuar. Podemos pensar que el gobierno está muy cómodo para gobernar tras estas elecciones. Puede alinearse a favor de la corriente o puede ser que innove. Hay dos factores que al gobierno lo han llevado a innovar. Uno es el contraste. Y el otro es la realidad misma, y ahora el aumento del gasto y el sobrecalentamiento de la moneda van a influir en la toma de decisiones. Creo que los primeros pasos del gobierno van a ir por ese costado. Creo que va a instrumentar cambios a nivel económico, pero sin estar presionado por una crisis o por factores políticos externos.

—¿Usted cree que en los próximos meses la gestión de Cristina Fernández va a tomar medidas para enfriar la economía?

—No creo que vaya a enfriar la economía de manera ortodoxa. Pero creo que se están tocando límites en materia de gasto público y caída de superávit, por ejemplo. El exceso del calentamiento de la economía genera indefectiblemente inflación.

—Hasta ahora el incentivo al consumo fue una columna vertebral del kirchnerismo.

—Y lo va a seguir siendo. Pero creo que va a haber correcciones, porque, si no toman medidas, las decisiones después van a tener que ser más determinantes y más drásticas.

—La oposición cuando tomó protagonismo a partir del 2009 no supo articular ni aglutinar poder para transformarse en alternativa de gobierno. ¿Cómo ve ahora el escenario con la aparición del Frente Amplio Progresista?

—El Frente Amplio Progresista tiene que recorrer un largo camino para constituirse en un polo opositor. Es una fuerza joven, con sectores políticos que no son nuevos. Tiene algunas ventajas, como es que posee estructura partidaria como es la del Partido Socialista. Y no es un frente que se organiza bajo una sola figura. Ha tomado una posición progresista. Pero en las elecciones se dio mucho corte de boleta. Gente que votó en Capital Federal a Federico Pinedo y a Hermes Binner. Es decir no hay un aglutinamiento ideológico. Esto es bastante novedoso y hay que ver cómo sigue. Es una oferta opositora coherente, que transmitió que tiene futuro y no se ancla en el pasado. Y tiene una base interesante para convocar de cara al futuro.

—Con la experiencia de estos dos últimos años, Binner busca salir de esa mirada en blanco y negro. ¿Será una tarea compleja frente a un gobierno que necesita tener un blanco de disputa?

—Creo que el personalismo le va a jugar en contra a Hermes Binner. Él tiene que buscar una institucionalización del Frente Amplio Progresista.

—¿Cómo cree que el kirchnerismo articulará la transición del liderazgo?

—El oficialismo siente que le va a costar mucho pasar a repetir algunas experiencias del peronismo, como en el 83 y el 89. Los mejores momentos en el peronismo fueron cuando hubo disputa interna del poder. Pero, hasta ahora, esto no existió nunca en el kirchnerismo. Y a nivel interno nadie se imagina cómo va a ser la transición hacia un nuevo liderazgo, porque no existe nadie hoy que pueda ocupar ese espacio. Nadie puede pensar estos escenarios dentro del kirchnerismo porque es una estructura muy vertical.