Vivían acosados por los narcos


La familia de Aldo Montagno ahora tiene custodia policial

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Montagno, asesinado por denunciar a la banda que intentó matar a su hijo mayor junto a su madre, el día que ascendió Unión. Foto: Familia Montagno

Anoche robó una cartera en la garita de la Ruta 168 y _según los vecinos_, fue detenido un pibe que formó entre los matadores de Montagno.

 

José Luis Pagés

jpages@ellitoral

Anoche, un adolescente que se vio involucrado en el cobarde asesinato de un vecino de La Guardia, fue detenido por una patrulla policial. La captura _al decir de los alarmados vecinos_ se practicó a poco que, bajo amenaza de muerte con arma de fuego, robara la cartera a una mujer que esperaba un colectivo en la garita de la Ruta 168.

Al asesinato de Aldo Montagno, _un oficial albañil y padre de familia que con su denuncia mandó a la cárcel al hombre que el 27 de marzo intentó matar a su hijo mayor_, siguió el dolor de los suyos y la enardecida reacción de sus allegados y vecinos.

Desde la noche del crimen en el apacible distrito costero se produjeron cambios notables, cuatro casas fueron quemadas y reducidas a escombro, a la vez que dos adolescentes fueron capturados y otras personas, entre menores y mayores de edad, abandonaron la zona precipitadamente.

Uno de los cuatro o cinco pibes que la lluviosa noche del lunes atacó a Montagno frente a las instalaciones del Macro _el hombre iba en busca de una bebida hidratante para un hijo enfermo_, gritó a un vecino que le reprochó la cobarde acción: “Tenía que vengarme”.

El vengador sería aquel que fue detenido después de tirotear _en el Día de la Madre_ la casa de los Montagno. También éste sería el primero en ser puesto a disposición de la Justicia por este crimen, luego, a esa captura siguió la de otro de los fugitivos que anoche robó una cartera en la garita de la Ruta 168.

A dichas novedades se agregó la aparición de la policía tantas veces requerida por los vecinos. Nancy Gómez, esposa de Montagno, dice amargamente, “recién ahora tengo la protección policial que venía pidiendo, pero para eso tuvo que morir el padre de mis hijos”.

Ahora un móvil de patrulla vigila el frente de la casa de Nancy de día y de noche. Por lo demás otros vecinos amenazados por la banda dedicada al tráfico ilegal de drogas peligrosas dijeron que “desde que pasó lo que pasó”, ahora sí se ven policías.

Nancy Gómez viuda de Montagno quedó sola al cuidado de sus seis hijos de 18, 16, 14, 13, 9 y 2 años. El sostén del grupo de familia ya no está, pero Nancy agradece a su familia, a la familia de Aldo, a sus amigos y vecinos, la ayuda que le brindan.

Para muchos pobladores, La Guardia era otra hasta que tres años atrás los pibes que ahora mataron a Montagno formaron en banda alrededor de un núcleo compuesto por personas mayores que hicieron del tráfico de drogas su medio de vida, los pibes se conviertieron en sus agentes de venta.

Desde entonces empezaron los tiros entre ellos mismos o entre ellos y los otros, esos desconocidos que entran y salen del distrito a cualquier hora del día o de la noche en motos y autos _algunos lujosos_, para hacer sus negocios al margen de la ley.

Con la droga la impunidad se negocia, ¿quién la vende, quién la compra? Otros cambiaron abruptamente para desgracia de algunos chicos. Por ejemplo el mayor de los Montagno fue alcanzado por un disparo en la nuca cuando visitaba a su novia, vecina de los narcos.

¿Por qué habrían de tirarle?, porque les dio la gana, porque con ese acto marcaron territorio. El perfil del muchacho Montagno es el de cualquier chico de la costa, iba a la escuela de La Loma en San José del Rincón, eso hacía en horas nocturnas, ésa era su salida diaria. Pero desde entonces dejó la escuela porque paradójicamente el estudio podía costarle la vida .

Por otra parte, entre otros episodios criminales, como consecuencia de un tiroteo entre los unos y los otros, una bala perdida dio en el cuerpo de una nena que jugaba en la plaza del pueblo, desde entonces vive con un ano contranatura. Hija de una familia trabajadora, Flopy tiene turno para una nueva operación en el mes de diciembre.

La banda en dispersión no fue lejos, al menos algunos de ellos _los más chicos_ parecen haber buscado refugio en la zona de islas o en los bañados cercanos, como lo permite imaginar que uno de los buscados apareciera anoche robando una cartera en la garita de la Ruta 168.

Los mayores debieron haber buscado sitios más seguros, nuevos vecindarios y agentes de venta para seguir con los turbios negocios que comenzaron en la costa algunos años atrás.

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Hierros retorcidos, vestigios de un día de furia vecinal. Foto: Guillermo Di Salvatore