Adiós al invicto de visitante y amargo festejo para Fuertes...

¡Qué lejos está Victoria de Córdoba!, ¿no Colón?

El equipo jugó mal el primer tiempo, mejoró algo en el segundo pero no fue suficiente. Se complicó con la salida de Pellegrino y no tuvo ideas cuando fue a buscar el partido.

¡Qué lejos está Victoria de Córdoba!, ¿no Colón?

El gol que no fue suficiente. Iván Moreno y Fabianesi ya le pega, cayéndose, a la pelota que fue “peinada” en el primer palo para marcar el descuento sabalero. Un minuto antes, el chiquito Carrasco había puesto el 2-0 que duró poco. Foto: Matías Nápoli

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Es cierto que Colón jugó dos tiempos distintos, que lo del segundo es en cierta forma rescatable, que lo planteó un poco más arriba, que superó al rival e hizo ajustado el resultado del partido. Pero lo que no se puede discutir es que el Colón de Victoria poco tuvo que ver con el de Córdoba. Sólo seis días pasaron pero la diferencia pareció abismal. Aquél Colón del juego asociado, preciso y de extremo cuidado de la pelota que vimos ante Belgrano, se transformó en un equipo —el de ayer— timorato, muy leve a la hora de atacar, complicado en defensa y superado por un adversario más confiado en el juego. Para colmo, sufrió la salida de su mejor jugador (Pellegrino) y tan sólo tres minutos después de esa incidencia, llegó el primer gol. La recuperación en el segundo tiempo se dio por un adelantamiento de las líneas y por el retroceso del rival, que pareció querer plantear un partido de contragolpe. El mejoramiento existió, pero no fue lo suficiente como para merecer otra cosa. Hubo, en los vestuarios, un reclamo casi masivo de los jugadores respecto de la “injusticia” del resultado. Pero Tigre fue más y se llevó lo que mereció. A Colón no le dio para otra cosa que no sea para perder con dignidad y ajustadamente. Pero no es rebatible la justicia del resultado. Al menos desde mi óptica.

¿Qué intentó Sciacqua desde el mismo arranque del partido?, por empezar, manejar algunas cuestiones tácticas a la hora de atacar. Por ejemplo, la posición de Graciani a las espaldas de Leone. Con esto se consiguió el propósito de evitar también que Leone tuviese libertad para atacar por el lateral. Si bien el pibe sabalero le ganó un par de veces las espaldas y en una de ellas tuvo una buena chance (espectacular habilitación de Fuertes), pero Leone también hizo de las suyas por ese costado.

El problema de Colón, además de contratiempos defensivos y la salida de Pellegrino, fue la ausencia de juego. Que se hizo más evidente frente a un equipo de buen manejo como el de Tigre. Y allí se dieron las diferencias más notorias, sobre todo en el primer tiempo. Ni Costa ni Moreno le dieron al equipo la cuota de fútbol necesaria. Se extrañó la incidencia de Prediger y también la de Urribarri. Con los dos entrerrianos, Colón habría dispuesto de mayores argumentos para controlar el juego. Pero en esos primeros 45 minutos no funcionó el circuito de juego de la misma manera que en Córdoba. Imprecisiones, pelotas divididas, ausencia de claridad y de convicción en casi todos, porque no sólo el problema pasó por Costa y Moreno, sino que se prolongó en un Higuaín que buscó por todos lados pero no encontró ni la posición para tomar la pelota ni tampoco las variantes.

Formado el equipo como ayer, ni Candia ni Lima son jugadores aptos para pasar al ataque, en tanto que Moreno y Costa parecieron muy preocupados en darle una mano a Bastía para que no tenga que lidiar ante el buen manejo de Pío, Morales y Luna, más la trepada por los costados de Díaz y de Leone.

El segundo tiempo fue otra cosa pero tampoco lo suficiente para dar vuelta el trámite claro a favor de Tigre del primer tiempo. El equipo se adelantó, Sciacqua echó mano al banco y además de poner a Caire por el costado —cuando entró por Pellegrino— para que el equipo pueda tener alguna opción de salida por el lateral, también realizó cambios ofensivos (Chevantón por Graciani y Leandro González por Higuaín), con el objetivo de terminar metiendo la mayor cantidad de gente en el área rival.

Está claro que no por sumar delanteros se consigue mayor potencia ofensiva. Colón terminó abusando de los pelotazos frontales y facilitó el trabajo de defensores altos y de buen juego aéreo como Casteglione, Echeverría y Blengio, que se cansaron de sacar pelotas de arriba más allá de que el gol de Moreno entrando por el segundo palo arrancó en una jugada de pelota quieta.

Pero Colón fue un equipo que “avanzó” más de lo que “atacó”. Es decir, el dominio terminó siendo virtual, más óptico que efectivo, con muchos pelotazos y sin el necesario desborde para abrir la defensa.

Uno se pregunta, por ejemplo, ¿por qué Lima los 90 minutos si no podía aportar otra cosa que colocar algún buen centro? El ex Vélez es un jugador de experiencia pero que no tiene la convicción ni tampoco la respuesta física de Urribarri, por ejemplo, para encarar y provocar un desequilibrio válido ante un rival que retrocede y se para para contragolpear, como pasó en muchos pasajes del segundo tiempo con Tigre. Por allí Luque le podría haber dado, en la parte final, el desborde que se estaba necesitando para que Fuertes y Chevantón intenten ganar en el lugar donde mejor se sienten: adentro del área. Son pensamientos que difieren puntualmente aunque no tanto en lo conceptual: Sciacqua eligió otros para poner y sacar, pero nadie le puede discutir al técnico sabalero la intención de buscar el partido que tuvo en el segundo tiempo.

Si Colón pudiese repetir lo de Córdoba, estaría a la altura de cualquiera de los equipos de este torneo. Pero esa es la razón por la que Boca está adónde está y seguramente se quedará con el campeonato. Porque tiene la regularidad que no dispone el resto. Boca juega igual y medianamente bien (o bien) en todos los partidos; el resto tiene altibajos. Colón venía de ser superado ampliamente por Boca, le ganó jugando bien a Belgrano y el primer tiempo de ayer fue una reiteración de viejas y repetidas actuaciones en este torneo. Esa falta de claridad y precisión en el juego, fue el “fantasma” que atormentó a este equipo en gran parte de los 14 partidos que se jugaron hasta aquí. Y más allá de la recuperación que hubo ayer en el segundo tiempo, el balance se pareció más a aquéllas tardes o noches con muchas dudas de Santa Fe que a los partidos rescatables de visitante.

/// SÍNTESIS

Tigre 2

Colón 1

Cancha: Tigre.

Árbitro: Mariano González.

Tigre: Javier García; Casteglione, Echeverría y Blengio; Gastón Díaz, Castaño, Pío y Leone; Morales; Luna y Maggiolo. A.S.: Islas. Estuvieron en el banco: Arzura, Botta y Leguizamón. D.T.: Rodolfo Arruabarrena.

Colón: Pozo; Candia, Pellegrino, Raldes y Lima; Graciani, Bastía, Costa y Moreno y Fabianesi; Higuaín y Fuertes. A.S.: Marcos Díaz. Estuvieron en el banco: Fosgt, Iván Gómez y Luque. D.T.: Mario Sciacqua.

Goles: en el primer tiempo, a los 36 m Luna (T). En el segundo tiempo, a los 28 m Carrasco (T) y a los 29 m Moreno y Fabianesi (C).

Cambios: en el primer tiempo, a los 33 m Caire (C) por Pellegrino. En el segundo tiempo, a los 17 m Carrasco (T) por Maggiolo; a los 18 m Chevantón (C) por Graciani; a los 26 m Galmarini (T) por Pío; a los 35 m Leandro González (C) por Higuaín y a los 36 m Paparatto (T) por Morales.

Amonestados: en Colón, Bastía y Leandro González.

¡Qué lejos está Victoria de Córdoba!, ¿no Colón?

Una salida clave. Maximiliano Pellegrino intentará pegarle a la pelota ante la mirada de Higuaín. Fue en un córner a favor del sabalero, antes de que Maggiolo le meta los dedos en el ojo y lo obligue a salir de la cancha. Hasta ese momento, era el mejor jugador de Colón. Foto: Matías Nápoli

convocados

Son los que tiene Colón a distintas selecciones juveniles. Por un lado están el enganche Juan Casado y el arquero Marcelo Hering, ambos al sub 18. También fue llamado el arquero Ignacio Chicco al sub 15, que jugará el Sudamericano en Uruguay desde el 17 de este mes.

138

días

Fueron los que pasaron desde la última derrota de Colón como visitante, en Rosario y ante Newell’s. El equipo llevaba 7 partidos sin perder en este torneo jugando afuera de su estadio, con cuatro victorias y tres empates (71 por ciento de eficacia).

BAJO LA LUPA

POZO (5).- En los goles no tuvo nada que hacer. Antes del primero de Tigre tapó en gran forma un remate desde afuera.

CANDIA (5).- Se asentó en el segundo tiempo. Queda la duda de la jugada del segundo gol, donde hubo inacción de parte de varios defensores.

PELLEGRINO (7).- Hasta el momento de la salida, era el mejor jugador de Colón. Tanto lo sintió que a los 3 minutos de su reemplazo le marcaron un gol.

RALDES (6).- Se las ingenió en campo amplio, en el segundo tiempo, para salir bien a los costados, sobre todo el de Lima.

LIMA (4).- Es cierto que metió un remate en el travesaño, pero también es verdad que su aporte fue escaso.

GRACIANI (5).- La idea fue que le gane las espaldas a Leone y lo consiguió un par de veces en el primer tiempo. García le tapó un mano a mano.

BASTÍA (5).- Generoso despliegue, a veces complicado por el toque rápido y la movilidad de los volantes de Tigre. Se nota que está mejor.

COSTA (4).- No repitió lo del otro día en Córdoba. Tuvo movilidad pero no encontró la posición en la cancha para hacerse de la pelota y darle fútbol al equipo.

MORENO Y FABIANESI (5).- El mismo concepto que para Costa, sin el fútbol que mostró ante Belgrano aunque esta vez llegando al gol.

HIGUAÍN (4).- Voluntarioso en el despliegue y en la búsqueda de la pelota, pero sin profundidad ni ideas.

FUERTES (5).- No jugó para nada bien, pero su sola presencia siempre es gravitante en algo. No le ganó de arriba ni de abajo a los defensores de Tigre, pero en una sola jugada que pudo escaparse alcanzó para que deje mano a mano a Graciani.

CAIRE (5).- No entró mal, queda la duda de lo que pasó en la jugada del segundo gol.

CHEVANTÓN (4).- Arrancó de punta y terminó de enganche. Le falta.

LEANDRO GONZÁLEZ.- Esta vez fue de punta definido..