Infidelidad

Juzgarán a dos mujeres por el crimen de otra

Télam

Dos mujeres comenzarán mañana a ser juzgadas por el crimen de una tercera, con la que integraban un trío amoroso, quien fue atacada de 34 puñaladas en abril de 2008, en la ciudad de La Banda, Santiago del Estero.

Las acusadas son Dory Argañaraz (35), apodada “La Porteña”, y la enfermera María Esther Bustamante (31), quienes están acusadas del homicidio doblemente agravado de la empleada municipal Elizabeth Argentina Ledesma (38).

La víctima recibió 39 puñaladas durante una discusión que las tres mujeres mantuvieron por una infidelidad.

Durante la instrucción de la causa, ambas sospechosas reconocieron el asesinato, aunque se acusaron entre sí del ataque.

La primera en confesar el crimen fue Bustamante, quien permaneció varios meses detenida en la Maternidad Faustino Herrera, debido a que al momento de ser detenida por el homicidio se encontraba embarazada de ocho meses.

El crimen fue cometido el 8 de abril de 2008, cuando las tres mujeres acordaron encontrarse “para aclarar una infidelidad”, en cercanías del complejo deportivo de Luz y Fuerza, de La Banda, a 5 kilómetros de la capital santiagueña, según reconocieron ambas imputadas durante la instrucción de la causa.

Sevillana en mano

Durante el encuentro se generó una discusión, en el marco de la cual la enfermera Bustamante extrajo una sevillana de su campera y apuñaló a Ledesma y luego siguió haciendo lo mismo Argañaraz, quien fue la primera en escapar del lugar, según la pesquisa judicial.

De acuerdo a la instrucción realizada por el juez Néstor Migueles, Bustamante y Ledesma eran pareja desde hacía seis años y la disputa se originó cuando la primera se enteró de que la otra le había sido infiel con “La Porteña” Argañaraz.

Según confesó la acusada Bustamante entre llantos, su violenta reacción se produjo cuando en ese encuentro Ledesma “admitió” que mantenía una relación paralela con la otra mujer, ahora también acusada. La enfermera relató a la Justicia que, tras cometer el crimen de su pareja, se alejó del lugar por una zona cubierta de tupida vegetación para evitar ser vista, tras arrojar el arma homicida a un canal.

En el lugar, efectivos policiales realizaron un amplio rastrillaje para encontrar la sevillana, aunque nunca la hallaron.

La víctima del ataque era madre de dos hijos y al momento de ser hallada asesinada presentaba 34 heridas punzocortantes en el rostro, cuello, tórax, espalda y miembros superiores e inferiores.