Protagonizaron un increíble raid delictivo

Procesamiento y captura para los ladrones de dos heladerías

Robaron un auto con su dueña adentro, fueron en busca de armas y asaltaron dos comercios. Uno se escapó en moto; el otro fugó de a pie después de reventar un neumático en el ingreso a Alto Verde.

Juliano Salierno

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El juez de Instrucción Séptima, Diego De la Torre, procesó a tres de los involucrados en el robo de un auto, la privación de la libertad de su propietaria, y los posteriores asaltos a dos heladerías de la zona norte, ocurridos el 29 de septiembre pasado. Entre los imputados se encuentra uno de los autores de los atracos y sus dos encubridores; mientras que el cómplice de las fechorías fue arrestado algunos días más tarde, en una plaza de barrio Las Flores.

El procesamiento dictado el 2 de noviembre alcanzó a Gonzalo Ernesto Mamías, un joven de 24 años con domicilio en el barrio El Pozo, considerado presunto autor de los delitos de “privación ilegítima de la libertad, y robos calificados reiterados con arma de fuego -tres hechos-”. Los otros dos, Carlos Alberto González, un fletero de 23 años de Alto Verde, y Maximiliano Ariel Sariego, de 24, quedaron procesados por el “encubrimiento” de los hechos antes atribuidos a Mamías.

Consta en el expediente judicial que, tras la fuga, fue Sariego quien llevó a Mamías a la casa de González y éste le prestó ropas “para cambiar su aspecto y escapar hacia Santa Fe”.

Prisión preventiva

De los tres, Sariego y González recuperaron la libertad; mientras que el juez De la Torre dictó “prisión preventiva” para Mamías, tal como lo había solicitado el fiscal Nº 7, Jorge Andrés, ante la gravedad de las imputaciones.

Si bien el procesamiento alcanza sólo a uno de los autores del raid delictivo emprendido contra una mujer y dos comercios, agentes de Seguridad Personal de la Unidad Regional Uno detuvieron después a Jorge Roque Bugliolo, que se encontraba prófugo desde hacía más de un mes (ver aparte).

El increíble raid delictivo que Mamías y Bugliolo emprendieron el jueves 29 de septiembre, a las 20.30, tuvo entre sus víctimas a la principal testigo, que finalmente fue abandonada en la entrada de Alto Verde, gracias al reventón de uno de los neumáticos de su auto y a la oportuna intervención de vecinos que alertaron a la policía.

Según las pruebas recolectadas, Mamías y Bugliolo abordaron a la mujer en avenida Freyre y calle Crespo, la desplazaron del volante y tomaron el control del Volkswagen Suram azul, llevándosela como rehén.

La despojaron de pulseras y colgantes y su teléfono celular y desde allí se dirigieron al barrio San Lorenzo, donde desde una vivienda particular alzaron armas cortas. Luego tomaron rumbo al norte para perpetrar dos asaltos.

Antojo delictivo

El primer hecho se consumó en la heladería Manalú de avenida López y Planes y calle Perú, en jurisdicción de la Comisaría 6a. Una de las empleadas, una joven de 22 años, contó a la policía que estaban trabajando con su compañera cuando un delincuente armado entró al local, las encerró en la cocina y se llevó la plata de la recaudación, sin alcanzar a precisar el monto. En las inmediaciones había quedado el auto azul con el cómplice y la rehén.

El segundo destino fue la esquina de avenida Aristóbulo del Valle y J.P. López, donde está la heladería Nahuel, zona de acción de la comisaría 5a. Bajo la misma metodología, uno de los delincuentes amenazó a empleados y clientes, y a punta de pistola se llevó $ 700 y la moto del dueño, una Motomel Sukua de 200 c.c.

Ayuda de vecinos

Allí los rufianes bifurcaron los caminos, y mientras Bugliolo huyó en moto, Mamías se llevó el auto. No estaba lejos de su guarida cuando en el acceso al distrito costero de Alto Verde, en una mala maniobra, estalló uno de los neumáticos de la Suram.

Fue entonces cuando los vecinos, al advertir que ni el coche ni la mujer condecían con la presencia del hombre que la transportaba, fueron en busca de la policía.

Ante la presencia policial, que llegó al lugar mientras el delincuente intentaba cambiar el neumático, éste último se escapó a la carrera y cubriendo su retirada a los tiros.

Con la mujer a salvo, la policía montó un operativo cerrojo en la zona, pero gracias a la ayuda de sus dos allegados (Sariego y González), el ladrón logró evadirse hacia el centro de la ciudad.

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Los asaltos perpetrados el 29 de septiembre tuvieron una testigo privilegiada, que fue la mujer llevada de rehén, en su propio auto. Foto: Pablo Aguirre / Archivo

Un mes prófugo

Dos semanas atrás, precisamente el sábado 5 de noviembre, la policía detuvo a Jorge Bugliolo, de 30 años, en una plaza de Arenales al 7300, en cercanías del Fonavi de Las Flores I. El prófugo, que se encontraba junto a otro sujeto recostado contra un árbol, llamó la atención de un vecino, que avisó de esos merodeadores cuya presencia le era sospechosa a una patrulla del Grupo de Operaciones Especiales, apostada en la avenida Blas Parera.

Una vez en el sitio indicado, Bugliolo se habría resistido al arresto, e incluso sacó a relucir un arma blanca amenazando al personal policial. Corrió hasta donde pudo, porque en seguida fue atrapado en uno de los departamentos, donde se le secuestraron pertenencias de la dueña del Suram azul.

Actualmente, se encuentra detenido a disposición del Juzgado de Instrucción Séptima. Fuentes tribunalicias indicaron que recién la semana pasada se le recibió declaración indagatoria y que en pocos días el juez De la Torre estaría en condiciones de resolver su situación procesal, muy parecida a la de su compañero Mamías.

Allanamientos y detenciones

A los pocos días de los asaltos, la Justicia ordenó varios allanamientos en los barrios El Pozo, Alto Verde y en el centro de la ciudad, que derivaron en las detenciones del principal implicado, Gonzalo Mamías, y de sus encubridores, Carlos Alberto González y Maximiliano Sariego.

También fue demorado el sereno de un edificio de calle 1º de Mayo al 3100, donde cayó Mamías el sábado 2 de octubre. Ese día, con la llegada de los patrulleros, desde la calle se vieron movimientos apresurados para cerrar las ventanas del departamento del primer piso, donde se creía que estaba Mamías.

El buscado pretendió en vano escapar por los techos y en un intento por descartarse del arma que llevaba, se produjo un único disparo, que se cree habría salido cuando el revólver golpeó contra el piso.

En una casa de calle Estévez Boero al 4100 de El Pozo, la policía secuestró una bermuda tipo capri de la casa de Bugliolo, que luego fue reconocida por las víctimas como la utilizada por el asaltante.