SALUD

Cuidá la piel,es la única que tenés

Como el daño solar es acumulable, las exposiciones reiteradas e indiscriminadas producen a largo plazo un envejecimiento prematuro, lesiones precancerosas y cáncer de piel. Consejos para cuidarnos.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. EL LITORAL.

Cuidá la piel,  es la única que tenés
 

La habilitación de nuestras playas el 15 de noviembre pasado son el motivo por el cual muchos santafesinos ya comenzaron a exponerse al sol, aunque otros seguramente ya se rindieron a febo desde los primeros calorcitos de la primavera.

El sol es fuente de vida, nos da calor, luz, permite la síntesis de vitamina D y brinda beneficios en el estado de ánimo. Sin embargo, las exposiciones descontroladas a las radiaciones solares causan efectos dañinos en la piel.

No todos los que se ponen al sol están teniendo en cuenta que debemos cuidarnos la piel de las radiaciones naturales ultravioletas (UV) que emite -al exponerse en horarios inadecuados o sin la protección correspondiente- o las artificiales, propias de las camas solares.

Como no podemos modificar el tipo de piel con el que nacimos pero sí prevenirnos de los daños de esas radiaciones UV, la Sociedad Argentina de Dermatología -para esta fecha- remarca que la forma más eficaz para prevenir el cáncer de piel es la educación: saber cómo, cuándo y cuánto exponernos al sol.

Como todos los años, desarrolló su Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel, cuyo lema fue “Cuidá tu piel, es la única que tenés”, que finalizó ayer en todo el país.

Sin embargo, desde el Servicio de Dermatología del hospital Iturraspe -uno de los centros médicos adheridos de nuestra ciudad- aclararon todo el año ofrecen la atención a los pacientes que voluntariamente se acerquen a la consulta, sobre todo para controlar sus lunares.

Por eso, esta acción ayuda a detectar precozmente lesiones sospechosas, a tomar conciencia sobre los riesgos de la exposición indebida al sol, además de educar y promover cambios de hábito para preservar la salud de nuestra piel.

CUÁNDO CONSULTAR

El cáncer de piel (melanoma) es curable en la mayoría de los casos, según explica esta institución, motivo por el cual es importante hacernos exámenes propios constantes (autoexamen) y visitar al dermatólogo -por lo menos- una vez al año como forma de prevención.

El melanoma resulta de la transformación maligna del melanocito, célula responsable de la pigmentación de la piel. Puede comprometer la piel y las mucosas. Con una incidencia en aumento, es un tumor cutáneo agresivo y, sin tratamiento, da metástasis y lleva a la muerte.

Si bien se está estudiando sobre factores genéticos y niveles de susceptibilidad, se sabe que existe una asociación entre la exposición solar y el melanoma.

Por eso se insiste en la protección cuando nos ponemos al sol, ya que la exposición intermitente (es decir, durante el fin de semana, las vacaciones o cuando realizamos actividades recreacionales) es la más importante en la génesis de este tumor.

Cualquier persona puede desarrollar un melanoma pero existen situaciones o condiciones predisponentes, entre las que se cuentan las siguientes: tener piel y ojos claros; tener antecedentes de quemaduras solares frecuentes en la infancia y la adolescencia; haber usado camas solares; tener múltiples lunares y/o lunares atípicos (con bordes y color irregulares); o tener historia familiar o personal de melanoma.

QUÉ ADVERTIR EN LA PIEL

Los signos más habituales que hacen sospechar un cáncer de piel pueden ser los siguientes:

- Manchas inicialmente planas rosadas o rojizas, ásperas al tacto y que se vuelven cada vez más rugosas o escamosas. Se ven especialmente en la cara, en el dorso de las manos, en el labio inferior y en las orejas.

- Aparición de bultos en la piel que crecen en forma sostenida en el tiempo.

- Lastimadura que no cicatriza a pesar de un tratamiento correcto.

- Herida sangrante, costrosa, no provocada por un traumatismo previo.

- Un lunar que cambia de coloración (un sólo color negro intenso o varios colores en una sola lesión), sus bordes se vuelven irregulares (es asimétrico, cambia su forma) y crece (generalmente de tamaño superior a 6 mm).

- Un lunar que pica o se inflama.

Avances científicos

La Fundación Sales (www.sales.org.ar) informó que científicos argentinos están desarrollando una terapéutica contra el cáncer, apoyados por esa institución, que ingresa con fuerza en la medicina actual: la inmunoterapia con vacunas antitumorales.

Sus investigadores buscan combatir el cáncer por un camino natural, despertando nuestras defensas. Utilizan las células dendríticas, descubiertas por el Premio Nobel de Medicina 2011, Ralph Steinman (canadiense), fallecido en octubre pasado, tres días antes de que se anunciara su Premio.

Steinman colaboró en el estudio de una vacuna terapéutica contra el melanoma (el más grave cáncer de piel), que el científico argentino Dr.José Mordoh (discípulo de nuestro Premio Nobel, Luis F.Leloir) viene desarrollando.

El 70% de los enfermos vacunados, en los ensayos clínicos autorizados por el Ministerio de Salud (Anmat), está libre de la enfermedad, siendo que el melanoma no responde bien a la terapéutica convencional.

Como las células dendríticas tienen la capacidad de fagocitarse a los tumores, ellas se introducen en nuestro organismo bajo la forma de una vacuna, y al mostrar las células tumorales que se fagocitaron, despiertan nuestras defensas. Por un camino natural, el sistema inmunológico crece y no es dañado con terapéuticas invasivas o agresivas. Es un importante logro de estos investigadores, apoyados desde hace casi 25 años por la Fundación Sales.

Recomendaciones básicas

- Evitar exponerse al sol entre las 10 y las 16, cuando los rayos ultravioleta son más intensos.

- Usar sombrero de ala ancha, anteojos oscuros con filtros para RUV (Radiación Ultravioleta), camisas con mangas largas y ropa de trama apretada; ubicarse a la sombra (debajo de un árbol, techo, sombrilla o carpa). Esta forma de protección es muy eficaz y barata. La arena, el agua y la nieve reflejan el sol y aumentan nuestra exposición a él.

- Usar en forma habitual cremas protectoras solares que bloqueen la radiación UVA y UVB, de calidad reconocida, cuyo factor de protección solar (FPS) sea mayor a 30.

- No olvidar la protección solar al realizar deportes.

- Aplicar en toda la piel 20 minutos antes de la exposición y renovarlo cada 2 horas con la piel seca o cada vez que uno sale del agua y se frota o se seca la zona. Usar una cantidad generosa sin olvidar sitios como: orejas, empeines, labios, cuello, ‘pelada’ de los calvos y tórax.

- Cuidarse también los días nublados, ya que la radiación atraviesa las nubes.

- Los menores de un año deben estar a la sombra con ropa liviana y sombrero evitando el sol directo y tomando abundante cantidad de líquido para no deshidratarse. A partir de los 6 meses de vida pueden utilizarse protectores solares. No hay razón para disminuir los cuidados frente al sol al adquirir mayor edad.

- Si bien normalmente la piel y los lunares toman un color un poco más oscuro durante el embarazo y la lactancia, no hay que confiarse: los cambios pueden indicar un riesgo.

- Algunos medicamentos (diuréticos, anti-inflamatorios, antibióticos, medicamentos para trastornos cardíacos, etc.) pueden aumentar el efecto del sol sobre la piel. Personas que han recibido trasplantes de órganos o quienes realizaron quimioterapia o radioterapia deben cuidar particularmente su piel del sol. Por eso hay que consultar al médico.

- Conocer la propia piel y revisarla en forma periódica. Si encontramos manchas nuevas o que se hayan modificado, consultar al dermatólogo.

Autoexamen

La piel es el órgano del cuerpo humano más fácil de examinar. Cuidarla es en parte nuestra responsabilidad para mantenernos saludables.

Por eso, la Sociedad Argentina de Dermatología sugiere realizarnos un examen periódico de nuestra piel, ya que el cáncer cutáneo puede ser detectado por nosotros mismos cuando ponemos en práctica este control cuidadoso, un hábito y no una obsesión, aclara.

Ocurre -insiste- que su diagnóstico temprano y un tratamiento correcto logran la cura en la mayoría de los pacientes.

Por eso, explicó que en el autoexamen -que no dura más de 10 minutos- debemos buscar cualquier cambio de coloración, textura, elevación o depresión en la piel. Normalmente, las personas poseen numerosos lunares. Ellos pueden haberse desarrollado en la niñez, adolescencia o en la edad adulta; algunos son de nacimiento. Conocerlos y seguir su evolución es importante. Cualquier cambio puede ser un signo de alarma.

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El efecto de las las radiaciones UV en la piel es acumulativo, progresivo e irreversible.

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Niños, adultos mayores y embarazadas son los que más se deben proteger de los rayos del sol.

+ información

Sociedad Argentina de Dermatología:

www.cancerdepiel.org.ar

www.sad.org.ar.

Tel. gratuito: 0-800-999-0723.

Sección de Dermatología del Iturraspe:

Presidente Perón 3450 (ingreso lateral del hospital), tel. 457-4795 y 457-5757, int. 123.