Pacientes con VIH dejan de controlarse por miedo y prejuicios

Es mucho mejor saber un diagnóstico de VIH que negarlo u ocultarlo, de manera de poder enfrentar la situación y recibir y continuar el tratamiento. Ésa es la propuesta del grupo de profesionales del Iturraspe que tratan esta enfermedad, quienes acompañan a los pacientes con respeto y confidencialidad.

TEXTOS. MARIANA RIVERA. FOTOS. amancio alem y el litoral.

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Cada 1º de diciembre, Día Mundial del Sida, personas de todo el mundo aúnan esfuerzos para generar una mayor conciencia de lo que supone esta enfermedad.

La infección por el VIH/Sida sigue siendo uno de los más graves problemas de salud pública con los que se enfrenta el mundo, en particular los países en desarrollo, como el nuestro. Gracias a los adelantos recientes en el acceso al tratamiento con medicamentos antirretrovirales -aquellos que evitan que el virus se multiplique en el organismo, consiguiendo que las células del sistema inmunitario vivan más tiempo y protejan al paciente-, la infección por VIH ha dejado de ser una sentencia de muerte para muchos enfermos.

Sin embargo, todavía hay mucho temor, ocultamiento o negación de esta enfermedad en la población por miedo al qué dirán nuestros afectos, conocidos o empleadores, pudor a hacernos el test o admitir una infidelidad (cuando se trata del motivo de la infección con el virus del sida). Esto trae como consecuencia que muchas personas no lleguen a los servicios de salud para hacerse el análisis de sangre y desconozcan su condición o bien otras que discontinúan sus tratamientos y controles por distintos motivos.

“Nuestro gran desafío es revertir el hecho de que casi un tercio de los pacientes discontinúa sus controles, que deberían ser trimestrales, dependiendo de cada caso”, aseguraron los integrantes del Subcomité de VIH/Sida del hospital Iturraspe.

Según informaron, “en este hospital tenemos casi 400 pacientes en seguimiento actualmente por esta enfermedad (incluso algunos fueron diagnosticados en otros centros de salud y derivados al hospital) pero un tercio ha discontinuado los controles y nos falta captarlos para que los retomen. Sabemos que muchas veces esto ocurre por razones de horarios, laborales, cuestiones económicas, o bien por falta de concientización de que su estado de salud va a empeorar si no realiza su tratamiento y los controles. Muchos otros no vuelven al centro de salud o al hospital por ocultar la enfermedad, una negación psicológica, abandono personal o intolerancia a las pastillas (no les dicen esto al médico, desconociendo que puede cambiárselas)”.

Sin embargo, aclararon que “también tenemos pacientes que realmente cumplen y son metódicos y minuciosos en sus controles. Deben tomar medicamentos antirretrovirales todos los días, de por vida, y los retiran del hospital una vez por mes. Los nuevos diagnósticos se han mantenido con respecto al año pasado: en total, tenemos 26 casos nuevos en lo que va de 2011”.

En este punto, recordaron que “se estima que hay 60.000 casos denunciados en nuestro país pero que serían entre 120.000 y 150.000 las personas portadoras del virus, pero que no están diagnosticadas”, al tiempo que plantearon que “las mujeres siguen siendo un grupo muy vulnerable: a veces las captamos en un screening de laboratorio cuando vienen con sus tests de embarazo y otras cuando a sus parejas el test les dio positivo o porque ya vienen con síntomas, lamentablemente”.

SABERLO Y COMUNICARLO

Los profesionales también mencionaron que “las personas no vienen al hospital para hacerse el test, en general, por el estrés que ocasiona hacerse el análisis, que es genuino y le puede pasar a todos, por ejemplo, cuando nos hacemos una mamografía o una biopsia. Se trata del estrés del resultado. Pero queremos que se corran de esa situación, ya que positivo o negativo no es muerte o vida. Creemos que es mucho mejor saber que negar, ocultar o huir de la decisión de enterarse del diagnóstico y hacer medicina preventiva. Si el problema está, hay que enfrentarlo y tratarlo, contando con este acompañamiento que brindamos. Lo demás son aditamentos: el tema del prejuicio, contar que se va a hacer un análisis o miedo a tener que explicar por qué se lo hace (nadie le va a pedir explicaciones)”.

Y también destacaron que “también hemos advertido una conducta rara en nuestros pacientes cuando manifiestan que su mayor temor al enfrentar este nuevo diagnóstico no es la enfermedad en sí sino tener que comunicarla. Los pacientes perciben que se avanzó muchísimo desde el punto de vista científico con la enfermedad, desde el punto de vista orgánico, pero no avanzamos casi nada para combatir la discriminación”.

“Los pacientes no se quieren enterar que están infectados no por miedo a morirse, como era antes, sino por el drama que resulta para ellos el tener que enfrentar y comunicarlo a su pareja, sus amigos, su entorno laboral o su familia. Todavía tenemos una sociedad tremendamente discriminadora que no está preparada para tener gran parte de la población infectada. Esto nos está jugando en contra a la hora de seguir avanzando.

EL PRESERVATIVO, VITAL

Otra cuestión que preocupa al equipo del Iturraspe es que advierten entre sus pacientes que existe un fenómeno cultural de tener sexo sin usar preservativo, que se está viendo en especial en pacientes de entre 50 y 60 años y no tanto en los más jóvenes, quienes nacieron con la epidemia del sida instalada.

Según mencionaron, en el primer grupo de pacientes “el uso del preservativo está más ligado a evitar un embarazo no deseado y no la transmisión de infecciones de transmisión sexual, muchas de las cuales han aumentado, como la sífilis. Esto hace que se contagien más de esta enfermedad y se coinfecten del virus del sida. Esto ocurre, sobre todo, después de lo que llamamos Fenómeno Post Viagra, que evidentemente ha prolongado la sexualidad en los pacientes de más de 50 ó 60 años, algo que también está descripto”.

Al respecto, cabe recordar que algunas formas esenciales de prevenir la transmisión del VIH, según la Organización Mundial de la Salud, es abstenerse de las relaciones sexuales o practicarlas usando correctamente el preservativo; someterse a las pruebas y el tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual, en particular la infección por el VIH; no inyectarse drogas en las venas o, si ello no se puede evitar, usar siempre agujas y jeringas desechables nuevas; y cerciorarse de que toda sangre o producto de la sangre que usted necesite se haya sometido a pruebas para descartar que esté contaminada por el VIH.

Test gratuito

El próximo jueves 1º de diciembre, de 9 a 12, se va a brindar la posibilidad a la comunidad de hacerse un testeo gratuito, como todos los años, en ocasión del Día Mundial del Sida. Los interesados deberán digirirse al hall central del hospital Iturraspe, bulevar Pellegrini y avenida Freyre.

En esta oportunidad, los alumnos de las escuelas en donde integrantes el Subcomité de VIH del Iturraspe ofrecieron talleres de prevención de esta enfermedad -como el Ipei, el Eempa de Yapeyú y el Comercial de Santo Tomé- mostrarán los afiches que realizaron con mensajes “de jóvenes para jóvenes”.

Apostale a un clásico

“Como la gente no viene al hospital nosotros vamos hacia ellos”, relataron los integrantes del Subcomité de VIH del Iturraspe, y contaron la última iniciativa que tuvieron: “Como es muy importante para Santa Fe el tema del fútbol y teniendo en cuenta que los dos clubes están en primera división, pensamos que era una buena forma de hacer difusión y prevención del sida en las canchas”.

Por eso, en el último partido de fútbol jugado por Colón en nuestra ciudad solicitaron a los jugadores que desplegaran un cartel que reza: “El sida no tiene camiseta. Apostale a un clásico, usá preservativo”. El mensaje también apunta a que la comunidad se haga el test gratuito en el hospital y desmitificar esa situación de concretarlo.

“El test positivo no es una sentencia de muerte. La ciencia está acompañando al paciente infectado con tratamientos efectivos, que les pueden producir un cambio en su estado de salud y prolongar su sobrevida con buena calidad de vida. Incluso, hay que saber que en nuestro país hay un 20% de los pacientes que no requieren hacer un tratamiento porque su recuento de defensas está por encima del umbral que se necesita para iniciarlo, y sólo tiene que hacerse controles”.

Quiénes son

El Subcomité de VIH/Sida del hospital Iturraspe está integrado por Patricia Gambino (infectóloga), Laura Trosch (especializada en Clínica Médica), Alejandro Crespo (infectólogo), Lucrecia Williner (trabajadora social), María Clara Farina (psicóloga), Lucila Ortellao (pediatra), Roxana Eusebio (tocoginecóloga), los técnicos de laboratorio María Rosa Sotomayor, María Albarracín y Sebastián Zunino, y los farmacéuticos Marcos Araya y Yanina Ávalos.

Información y contención

Los martes, de 18 a 20, funciona en el laboratorio del Iturraspe un servicio de consejería sobre sida. Esta iniciativa del Subcomité de VIH/Sida fue incorporada en septiembre pasado porque “notábamos que mucha gente no venía al hospital a la mañana por inconvenientes en el trabajo u otras dificultades, entonces pusimos este horario para estar más accesibles a todos”, reconocieron los profesionales.

La población puede concurrir a realizarse el test (gratuito y confidencial) o buscar información sobre las formas de prevención de esta enfermedad. Pero el equipo también está capacitado para contener a aquellos pacientes cuyo test da positivo. “Brindamos asesoramiento personalizado y contención, en el caso de que les haya dado su test positivo, de manera que sepan cómo encarar ese resultado. Les explicamos cómo se trata esta enfermedad crónica, que ya no es mortal, como años atrás”, comentaron.

También advirtieron que otro problema que ven es que mucha gente se hace el test pero después no va a buscar el resultado del análisis. “Tienen que entender que esto no es una condena a muerte, que hay un tratamiento al que pueden acceder gratuitamente. También insistimos mucho en el uso del preservativo de manera de terminar con falsos conceptos sobre su utilización”, agregaron.

En este sentido, remarcaron que -a pesar de que existe un tratamiento para esta patología- es mejor no infectarnos para mantenernos sanos. “No hay que relativizar esta enfermedad: no tenemos que dejar de lado informarnos, cuidarnos o poner en práctica ciertas conductas saludables porque existe una solución. Esto ha pasado en otros países, inclusos del primer mundo; fue como un efecto boomerang. El sida es una infección crónica que, si el paciente llega a tiempo y adhiere al tratamiento, puede controlarse. Siempre hay que enfatizar en la comunidad que es mejor seguir estando sano”.

Esta consejería sobre VIH es complementaria a la atención que brinda este subcomité por la mañana, de lunes a viernes. Los interesados deben dirigirse al Servicio Social, teléfono 457-5721.

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los jugadores de colón desplegaron un cartel que reza: “El sida no tiene camiseta. Apostale a un clásico, usá preservativo”, una iniciativa del subcomité de vih del iturraspe.

La discriminación infecta

Por Dra. Laura Trosch *

De la postura del ignorante y del negligente se vale el virus de HIV para sobrevivir, aun en esta época en donde la ciencia ha avanzado enormemente para hacerle frente y detener su avance.

Cuando discriminamos lo hacemos porque ignoramos los reales peligros de cómo infectarnos o porque negamos la real posibilidad de correr el riesgo de estarlo. Lo que no sabemos es que, con esta actitud, además de hacerle mucho daño al otro, lo estamos condenando a mentir.

Es allí donde la enfermedad se nos vuelve en contra. Las personas infectadas, por miedo al desprecio, al juicio inevitable y a la soledad ocultan su diagnóstico a su familia, sus amigos y sus parejas. Esta situación -aunque muchas veces involuntaria- expone a los contactos sin protección o con protección parcial en las relaciones sexuales a contraer la enfermedad.

Imaginemos qué sucedería si cuando me entero de que estoy infectado y lo cuento, mis compañeros del trabajo me llaman para preguntar si necesito algo, mi familia se preocupa y mis amigos se acercan aun más en esta angustiante situación.

La realidad dista mucho de esto. Si lo comento en el trabajo corro el riesgo de que me echen, a mi familia la defraudaría y no podría soportar sentirme culpable, y no todos mis amigos entenderían, alguno quizás sí.

La frase “algo habrá hecho para merecerlo” de hace varias décadas y en un contexto político se adapta casi con exactitud a lo que esta sociedad piensa aún hoy a más de un cuarto de siglo de esta epidemia. Lo cierto es que lo que él o ella habrá hecho, yo lo hago cotidianamente. Las relaciones sexuales sin protección, las múltiples parejas y la mentira en la pareja son los pecados de todos nosotros y no asumirlo nos pone irrealmente en el estrado de juez cuando en realidad estamos todos del otro lado.

De lo que se teme generalmente no se habla y menos si realmente nos sentimos expuestos. Cuando dejemos de ver la paja en el ojo ajeno y nos dispongamos a aceptar a estos enfermos como a cualquier otro, sin duda habremos avanzado varios escalones en la lucha contra este mal.

* Médica especialista en Clínica Médica, Subcomité de VIH/Sida, hospital Iturraspe.