Colón acumuló su décima derrota de local en lo que va del año: inadmisible...


¿Es el “ex Cementerio?”

Superado en todos los aspectos por Racing, la imagen que dejó el equipo de Sciacqua fue flojísima. Marró un penal y fue expulsado Chevantón por una injustificable reacción contra Gio Moreno.

¿Es el “ex Cementerio?”

A la cueva de los lamentos

Mario Sciacqua se dirige a la manga después de la derrota y la mala actuación del equipo. Racing presionó en todos los sectores y lo superó en lo estratégico y en lo individual. Foto: Mauricio Garín

 

Enrique Cruz (h)

¡Diez partidos perdió Colón de local en el año!... Sí, leyó bien. 10 partidos sobre 18 ó 19. Y apenas ganó cuatro. Aún así, la gente se la “banca”, alienta hasta donde puede y si se escuchan silbidos, al final de todo, es razonable y lógico. Es lo que el equipo transmite y es la realidad incontrastable que dan estos números preocupantes y difíciles de digerir. ¿Qué explicación tiene esto?, ¿por qué se ha dicho tanto, a lo largo del año, que a Colón le cuesta menos de visitante que de local? Estas cuestiones “anti-naturales” —y que se están dando a menudo en el fútbol argentino en general, no sólo a Colón en particular— son difíciles de explicar y de razonar. Todos prefieren jugar de local, en la cancha propia y con su gente. Históricamente, este aspecto fue desarrollado, aplicado y “mejorado” dentro de los límites reglamentarios, para que se pueda aprovechar la localía. Y hoy Colón la ha puesto en seria duda respecto de su eficacia, hasta desnaturalizando ese mote que es orgullo para su gente y que estuvo bien ganado en otros tiempos: el de Cementerio de los Elefantes.

Pero específicamente para lo de ayer, hay explicaciones y tienen que ver con lo futbolístico. 1) Racing jugó mucho mejor; 2) Simeone planteó con inteligencia el partido, con mucha presión de los volantes, tapando con Viola la subida de Urribarri y con Pillud apretando siempre a Luque; 3) “Gío” Moreno hizo un partido estupendo en soledad.

Ante estos atributos, lo de Colón fue sencillamente malo. Dejó inexplicablemente que Racing maneje la pelota y controle el partido en lo territorial y en la disposición del balón. El mediocampo sabalero esperó demasiado, jamás fue a presionar en el medio y el proceso de recuperación de la pelota se hizo demasiado largo. Ahí Racing marcó una gran diferencia conceptual y estratégica: la Academia apretó con rapidez e inteligencia en los lugares en los que no debía perder; Colón nunca lo hizo. Por eso jugó tan suelto Moreno y tan tapado Luque, si hablamos de los jugadores más desequilibrantes de ambos equipos. Además de que Colón repitió viejos y ya casi inaceptables errores individuales, como este momento futbolístico tan preocupantemente bajo de Moreno y Fabianesi y de Costa, que son, por naturaleza y aptitudes, dos jugadores que tienen medianamente la capacidad para jugar al fútbol.

¿Error estratégico o de intérpretes?

Se ha dicho hasta el cansancio que Colón tiene un orden futbolístico irrenunciable de parte de su entrenador. El 4-4-2 se hace ostensible, esquemático, pocas veces se modifica. Esto le crea un cierto orden, pero a la vez le quita sorpresa. El problema es si los intérpretes no funcionan o si enfrente hay un equipo (o un técnico) que piensa mejor el partido.

Simeone tuvo muy en claro qué era lo que se debía anular de Colón. Y una de las figuras de la visita fue Viola, que jugó como un wing derecho retrasado, siendo un estorbo casi permanente para que Colón perdiese su salida más clara desde atrás, que es la de Urribarri. Detrás de Viola, estuvo un Pillud muy atento —y también respaldado en forma alternada por Pellettieri y Yacob— a los movimientos de Luque. La conclusión final, fue que el pibe de Colón lo pudo desbordar en tres o cuatro oportunidades, pero no tuvo el mismo peso de desequilibrio individual que alcanzó en otros partidos, cuando quizás por el hecho de entrar en el segundo tiempo se encontraba con rivales más cansados.

El gran problema que tuvo Colón en este torneo fue la escasísima capacidad de juego que mostró el equipo. Ayer, Sciacqua intentó con un mediocampo en el que sacó al volante de mayor recuperación (Bastía) para poner a un jugador de neto corte ofensivo (Luque). Fue buena y hasta generosa la propuesta del técnico, pero el pésimo nivel individual de algunos jugadores hizo que pareciera equivocada a la luz de los resultados. El mediocampo de Colón no tuvo nada de lo que se le puede pedir a cualquier mediocampo del mundo: ni contención ni juego. Y ese sector fue propiedad casi exclusiva de Racing, lo cual hizo que la visita se convirtiera en un amplio dominador del juego desde el mismo arranque del partido.

Con Fuertes y sin Fuertes

Más allá de la grosera reacción de Chevantón ante Gio Moreno, equivocada más allá de que uno pueda entender el tema de las pulsaciones y las “calenturas” propias de un partido, Colón tiene un jugador que parece insustituible hoy por hoy: Esteban Fuertes.

Chevantón es un jugador interesante, de buena técnica, inteligente; venía jugando un rato en todos los partidos y estaba perdiendo ese “miedo a lesionarse” que lamentablemente se convirtió en un fantasma —para él y para todo Colón— desde aquellos dos desgarros consecutivos contra All Boys y Estudiantes. Pero está claro que entre este Chevantón y esa potencia incomparable del Bichi, existen hoy marcadas diferencias.

Sin Fuertes, Colón pierde potencia y gravitación ofensiva. Y ese Higuaín que entra en las generales de la ley de aquellos que tienen que jugar al fútbol en Colón (como Moreno y Costa), se entiende mejor con Fuertes que con Chevantón, cuestión lógica si se tiene en cuenta la cantidad de partidos que jugaron juntos.

Colón tuvo tres situaciones claras de gol en todo el partido: una fue un cabezazo de Pellegrino que sacó Saja, otra fue un cabezazo de Raldes que se fue rozando el poste izquierdo y la tercera fue el penal que ejecutó muy mal Urribarri. Ninguno de los delanteros generó algo frente al arco rival y esto, con el Bichi en la cancha, habitualmente no ocurre. Él mismo se encarga, ya sea por peso propio o por estar en el lugar y momento indicado, de ser un problema a resolver en cualquier momento por parte de defensores y arquero adversarios. Y ayer, sin Fuertes, Colón fue un equipo de insoportable levedad ofensiva.

Las rarezas de Colón

La ineficacia como local, los 25 puntos que no son malos en la sumatoria pero que resultan escasos si se atienden a las expectativas creadas al comienzo del torneo, el clásico perdido, el poco juego que muchas veces llega como producto de rendimientos individuales que no están a la altura de las circunstancias, forman un “combo” difícil de analizar.

A Colón se le critica que no juega bien, lo cual es cierto; pero aún así está quinto en el torneo (salvo que hoy gane Belgrano) y todavía con la chance de lograr una sumatoria de puntos que, potencialmente y de lograrse, es interesante.

En el único rubro en el que se consiguió un rendimiento aceptable y parejo fue en lo defensivo. Pero allí, justamente, contribuyeron dos jugadores que en el balance final estarán incluidos en el cuadro de honor de las actuaciones individuales: Pellegrino y Raldes. Ellos, más el aporte de Candia y los buenos partidos iniciales —no tanto ahora— de Urribarri, terminaron conformando un bloque ofensivo de aceptable nivel. Después, ni con el mediocampo ni con la delantera se pudo encontrar otro sector del equipo que le siga en un nivel cercano de rendimiento colectivo, salvo alguna rara excepción como fue aquel partido en Córdoba ante Belgrano.

Hay responsabilidades del técnico, es lógico suponerlo y aceptarlo. Ayer, Marito tuvo sus culpas. Pero no se puede hacer mucho con jugadores que no andan bien y que no asumen sus responsabilidades futbolísticas. Algunos de ellos no lo hicieron nunca en el campeonato. Una pena. Y un signo evidente para el DT y los dirigentes: hay que reforzar este plantel con gente que juegue al fútbol.

/// SÍNTESIS

Colón 0

Racing 2

Cancha: Colón.

Árbitro: Federico Beligoy.

Colón: Pozo; Candia, Pellegrino, Raldes y Urribarri; Moreno y Fabianesi, Prediger, Costa y Luque; Higuaín y Chevantón. A.S.: Marcos Díaz. Estuvieron en el banco: Garcé, Quilez, Bastía. D.T.: Mario Sciacqua.

Racing: Saja; Pillud, Martínez, Cahais y Licht; Viola, Pellettieri, Yacob y Castro; Giovanni Moreno y Lugüercio. A.S.: De Olivera. Estuvieron en el banco: Cáceres, Fariña y Vieto. D.T.: Diego Simeone.

Goles: en el primer tiempo, a los 30 m Yacob (R). En el segundo tiempo, a los 11 m Viola (R).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 12 m Lesman (C) por Moreno y Fabianesi; a los 25 m Curuchet (C) por Higuaín y Graciani (C) por Costa; a los 30 m Toranzo (R) por Moreno; a los 34 m Espinosa (R) por Lugüercio y a los 39 m Aveldaño (R) por Castro.

Incidencias: en el segundo tiempo, a los 19 m expulsado Chevantón (C) por agresión a Giovanni Moreno; a los 32 m expulsado Yacob (R) por doble amarilla; a los 38 m expulsado Martínez (R) por doble amarilla y a los 39 m Urribarri (C) marró un tiro penal.

Amonestados: en Colón, Candia y Moreno y Fabianesi.

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¿Es el “ex Cementerio?”

Posibilidad I

Fue en la parte final del primer tiempo, cuando Racing ya ganaba 1 a 0. Urribarri metió un centro al corazón del área y Raldes cabeceó esquinado. La pelota pasó rozando el palo izquierdo ante la mirada de un Saja que ya estaba vencido. Foto: Pablo Aguirre

¿Es el “ex Cementerio?”

Posibilidad II

El penal que malogró Urribarri enviando la pelota por encima del travesaño. Se observa de qué manera el balón va tomando altura para irse por encima del travesaño. Saja se había tirado al otro costado. Foto: Mauricio Garin