Víctor De Genaro, diputado electo bonaerense

“El FAP llegó para quedarse”

El dirigente explicó las diferencias entre el Frente que lideró Binner y otras agrupaciones surgidas como alternativas al justicialismo y el radicalismo. El sindicalista asistió al homenaje a Raúl Suffriti en Diputados.

Mario Cáffaro

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“El Frente Amplio Progresista ha sido un emergente que rompió con el objetivo del poder que era mostrar que no había alternativas, que era Cristina Fernández de Kirchner y su descendencia el PJ o la derecha encabezada por Mauricio Macri”, señaló el diputado electo por provincia de Buenos Aires, Víctor De Genaro. Dirigente de ATE y ex titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), el sindicalista pasó por Santa Fe adonde asistió al reconocimiento que hiciera la Cámara de Diputados a la figura del también dirigente sindical de ATE, Raúl Suffriti. Ante un colmado hall de la Legislatura, De Genaro habló de Suffriti “un amigo, un maestro, hermano. Raúl es un maestro de vida porque no solamente para convencer hay que estar convencido sino que además hay que hacer, y Raúl ha hecho. Es un tipo querible que transmite construcción, organización, voluntad, esperanza y la palabra que siempre utilizó es fraternidad”.

En ese marco y mientras atendía el requerimiento fotográfico de muchas de las participantes del acto, De Genaro conversó sobre el nuevo rol de diputado que ejercerá desde el 10 de diciembre en el FAP. “El pueblo argentino votó a todos los oficialismos en general; a Cristina, a Scioli, a Macri, a Bonfatti. Algunos los votaron porque creen que hacen las cosas bien, otros votan porque tienen miedo al cambio pero también votó al FAP, que mostró una alternativa, hay una esperanza en marcha; a la izquierda de Cristina Kirchner no está la pared, hay una fuerza progresista que avanza, que va a gobernar la Argentina, no tengo dudas”.

El desafío es “aprender a resolver los problemas de la gente; para eso nos votan, no es para ser oficialismo - oposición, nos votan para resolver los problemas de la gente, hacia allí vamos”.

Recordó que el FAP “tiene distintas vertientes ideológicas: Binner viene del socialismo, es más federal, el epicentro está en Rosario, en Santa Fe; Margarita Stolbizer viene del GEN, de lo que ha sido el radicalismo; nosotros con Tony Riestra, Verónica Benas, Claudio Lozano, del peronismo, del movimiento social somos la Unidad Popular. Estamos consustanciado en que hay que gobernar la Argentina con los argentinos; la crisis de representación no se resuelve cambiando un representante, se resuelve dando poder a los representados, hacia allí vamos. El FAP llegó para quedarse y ser una herramienta para millones que aspiramos a que sean parte de esa construcción”.

Las diferencias

De Genaro reconoce que hay malos recuerdos de experiencias de terceras alternativas en el país. “El problema es que hay que discutir y hay que aprender que las diferencias no son las excusas para fracturarse, la diferencia es la riqueza colectiva, todos venimos de diferentes experiencias, pero ninguno está atado a un aparato. No somos el Partido Justicialista, no está la estructura de la UCR que hoy son máquinas de ganar y perder elecciones; no hay sectarismo, hay avance. Habrá que aprender”.

Pero también marcó lo que considera diferencias con otros proyectos políticos. “Primero porque este Frente no nació en Capital Federal, es más amplio. La segunda es que no nacimos en las legislativas o en la Constituyente como le ocurrió a otras fuerzas, nosotros nacimos con vocación de gobierno, nacimos en elecciones ejecutivas, vamos a gobernar la Argentina y para gobernar necesitamos ser millones. Más que fracturarse, hay que ser capaces de contener, hay que abrir los brazos y contener, no a los corruptos, a los genocidas, pero sí a los que piensan distinto y se animan a construir colectivamente”.

“El FAP llegó para quedarse”

De Genaro habló en el acto a Suffriti, quien escucha atento rodeado por Osvaldo Valli y Antonio Riestra.

Foto: Daniel Dapari/Prensa Diputados

Sindicalista

De Genaro no le tema a la palabra sindicalista. “Cuando me decían que no parecía sindicalista como si fuera una cosa buena, siempre dije que no es así, que la mayoría de los sindicalistas son como Raúl Suffriti o como Héctor Quagliaro, o como los compañeros delegados. Hay 4.800 delegados procesados en el país, hoy está prohibido ser delegado en la mayoría de los centros privados de producción. La mayoría de los desaparecidos son delegados sindicales, la mayoría de los perseguidos en la historia de nuestro país han sido delegados sindicales, militantes sindicales. Hay sí una hegemonía de los que se enriquecen, de los que dejan de ser sindicalistas y pasan a ser empresarios. Se visten como empresarios, piensan como empresarios y son empresarios. Esos dejaron la identidad, son los más conocidos, son los que nos quieren vender como lo único posible”.

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