El escenario político-sindical

El Gobierno y Moyano: admiten

tensiones, pero no hay ruptura

El líder cegetista redobló la presión en rechazo del tope salarial. Desde el oficialismo buscarán ponerle límites, pero tratando de evitar que se pase a la oposición.

Stella Garnica

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DyN

Dirigentes del kirchnerismo admiten que aumentó la tensión entre el gobierno y el jefe de la CGT, Hugo Moyano, en el último mes de transición hacia el segundo mandato de Cristina Fernández, aunque confían en que “no habrá ruptura” y que “volverán al diálogo” cuando la jefa de Estado designe al futuro gabinete y un nuevo interlocutor con la central obrera.

“No creo, él ejerce el derecho a peticionar que le otorga la Constitución de defender los intereses de sus representados en la CGT”, señaló el diputado Carlos Kunkel, al ser consultado sobre si el oficialismo considera que con los reclamos presentados por Moyano ante el Ministerio de Trabajo el dirigente camionero avanza hacia un enfrentamiento con el gobierno.

Otra alta fuente del PJ nacional que prefirió el anonimato, atribuyó la tensión -que tuvo su punto más álgido el viernes, cuando Moyano convocó a una reunión al Consejo directivo de la CGT fuera de agenda- a la “transición” y “la falta de diálogo hasta que el gobierno asigne un interlocutor”.

Kunkel relativizó la postura opositora de Moyano al señalar que “todos tenemos derecho a hacer planteos, pero quien tiene la facultad de decidir sobre los temas, le pone la firma, será la Presidenta y el Congreso”.

De esta manera, el diputado kirchnerista se refirió al reclamo de la CGT para que el gobierno impulse una ley de participación de trabajadores en las ganancias empresarias, que fue rechazada públicamente semanas atrás por la primera mandataria y lo limitó a un mero “reclamo sectorial”.

Los dirigentes consultados coincidieron en que “no habrá ruptura”, porque tanto el gobierno como Moyano se necesitan mutuamente para sostenerse en el poder, al punto de señalar que “el gobierno peronista no va a ningún lado sin el movimiento obrero y el movimiento obrero no hace nada sin el gobierno peronista”.

Cómo sigue

El próximo capítulo de cómo continuará la relación será el próximo 15 de diciembre, cuando el líder de los Camioneros encabece un acto en un estadio capitalino, donde algunas versiones vaticinan un pase directo de Moyano a la oposición.

Esta semana, Moyano dio un paso más al convocar a una reunión fuera de agenda del Consejo Directivo de la CGT -entre los que hubo aliados y representantes de los “gordos”- para insistir en un rechazo a un tope salarial en las paritarias del 2012; aumento del mínimo no imponible en ganancias, participación en ganancias empresarias y cobrar al Estado una millonaria deuda que tiene con las obras sociales sindicales.

Sin embargo, a ese encuentro cuasi-opositor faltaron los jefes de los gremios “independientes” como Gerardo Martínez (Uocra), Antonio Caló (UOM) y José Luis Lingieri (Sanidad), afines al gobierno de cara a una sucesión de Moyano.

“Moyano tiene la responsabilidad de adoptar una posición combativa por ser el jefe de la CGT y es entendible. Pero esto no va a terminar mal. Va a seguir habiendo tensiones, esto no tiene una solución porque así funciona por lógica, pero quien tiene la conducción del justicialismo y del gobierno es la Presidenta. Moyano necesita mantener su posición prevalente dentro de la CGT y al gobierno le conviene mantenerlo adentro”, sostuvo la fuente del PJ.

Tensiones administradas

Con esta postura, el kirchnerismo pareciera dejar de lado la estrategia de impulsar a un sindicalista afín a las necesidades del gobierno -esquema que utilizó Carlos Menem en los ‘90- y buscaría mantener a Moyano dentro del oficialismo administrando ciertas tensiones, para evitar que reedite el opositor MTA que fundó para enfrentar las políticas económicas del menemismo.

Los dirigentes del kirchnerismo que admiten esa postura, señalan que “con cambiar a Moyano por Gerardo Martínez o el que sea, la situación será igual: Quien asuma en la CGT va a sostener los mismos planteos”.

Especulan incluso en sostener a Moyano “como premio castigo” al frente de la CGT y ponen como único límite que el líder de los camioneros decida correrse de su actual rol sindical e impulsar un “partido laborista” para proyectarse como futuro candidato presidencial.

“O hacemos del peronismo un partido laborista o sostenemos lo que fue siempre: una síntesis de la sociedad. Por eso es lógico que Cristina Fernández se ponga firme y le diga: ‘hasta acá llegaste’. Con el 54 por ciento de los votos, ella es la conductora del peronismo y del gobierno”, sostienen en el oficialismo y creen que Moyano deberá acatar esa estructura “por presiones desde el propio peronismo y del movimiento obrero”.

El Gobierno y Moyano: admiten tensiones, pero no hay ruptura

Hugo Moyano convocó de improviso esta semana a la CGT y prepara un acto para el 15. Foto: DyN