Un regalo para uno y para todos

Hasta el 18 de diciembre se puede participar en los talleres abiertos para la construcción de objetos que se van a regalar. El Tríptico de la Imaginación se convirtió en una usina de energía colectiva, ideas y trabajo, al servicio de los santafesinos.

TEXTOS. ANA LAURA FERTONANI. FOTOS. PABLO AGUIRRE.

El sábado pasado se abrieron las puertas de los tres espacios culturales - “el Tríptico de la Imaginación”- para que comience a rodar el trabajo intensivo en la construcción de objetos para regalar. A las 17 en punto se hicieron presente Cuqui, Mariana y Cintia, tres abuelas del barrio que se acercaron por curiosidad y se engancharon con la propuesta en El Molino.

Coordinadas por Guillermo, las tres ocuparon las sillas del primer taller, ubicado al ingreso, dedicado a la construcción de móviles. Mientras hablaban, las tres unían con hilo y aguja las partes de cuerina de los pequeños elefantes y leones. “Es fabuloso para que las nuevas generaciones le pierdan el miedo a la aguja”, ironiza Mariana, haciendo alarde de un antiguo conocimiento universal.

Se trata de la Feria del Afecto, organizada por el Ministerio de Innovación y Cultura, que se desarrolla en El Molino Fábrica Cultural (bulevar Gálvez y Pedro Víttori), La Redonda (Salvador del Carril y Belgrano) y La Esquina Encendida (Estanislao Zeballos y Facundo Zuviría).

Se conformó en distintas etapas: la primera sucedió en noviembre: la preproducción donde los vecinos se arrimaron para donar elementos necesarios para la construcción, llegaron hasta los lugares y entregaron materiales y algunos buena parte de su vida en objetos. También concretaron la preproducción de objetos que agiliza la etapa que está sucediendo. Es la actual: la intensiva de producción donde grandes y chicos ponen manos a la obra.

En otro rincón colorido del Molino hacen pompones. Allí están sentadas un par de mujeres de la ciudad de Mendoza. “Vinimos a Santa Fe por unas jornadas y leímos sobre la Feria del Afecto, y como nos vamos hoy, quisimos saber de qué se trataba... y acá estamos haciendo pompones”. Al lado está Milagros, una niña que fue en familia específicamente a la Feria, “quisimos venir para hacer cosas”, cuenta.

Documentos para el alma, pompones para adornos, batik para bolsos, pinturas en cerámicas y maderas, costura de móviles y almohadillas, origami, envoltura de tarjetas, construcción de trenes, paveras y agendas son algunos de los objetos que están naciendo en estos espacios.

Javier primero se puso a observar la construcción del portadocumentos y luego se animó. Llegó, como varios, movido por la curiosidad y se enganchó rápido en la propuesta. “Lo que tiene el telar es que para que se produzca la trama tiene que ir una tira siempre en contra de la otra”, explica la coordinadora de ese espacio.

Lucía y Mildred le están dando forma a una macetas donde van a emerger plantas de lana. “Ya vinimos en la preproducción, quisimos ayudar, la idea es venir día por medio y hacer cosas diferentes, algunas las tenemos que aprender, otras sabemos hacerlas”.

Cualquiera puede colaborar en la construcción de objetos, los grandes, los chicos, los que saben, los que no... siempre hay alguien que orienta, encamina hacia el objeto mágico/regalo finalizado y su satisfacción.

CARICIAS AL ALMA

La última etapa será en vísperas de Navidad, los días 21, 22 y 23 de diciembre, y para dar una mano en la distribución de los regalos, en cada integrante del Tríptico de la Imaginación hay un lugar para anotarse.

Desde el principio hubo un fin: 5 mil objetos mágicos para regalar a alguien muy especial, alguien que uno no sabe bien quién es pero que se lo merece. Es una red de corazones donde la solidaridad no consiste en regalar el que tiene al que no tiene. La propuesta es regalarse entre todos, comprometiéndose en elaborar un don que irá a manos de desconocidos. Ese don es una objeto mágico, juguete, libro, poesía, panera, móvil, títere, accesorio... de madera, papel, metal, tela, lana e hilo. Un objeto inesperado que dice: “Estamos aquí, te vemos, estamos juntos bajo la misma noche de esta ciudad”.

La responsable de esta propuesta, la ministra de Cultura Chiqui González, explicó desde el principio esta idea que se materializa día a día: “La Feria del Afecto viene a crear otro modelo de solidaridad. La propuesta es tan simple como invaluable. Les ofrecemos que regalen lo mejor de ustedes, serán sus conocimientos o quizás sus talentos, tal vez puedan ofrecer su tiempo. Moldear, coser, pintar, bordar, dibujar, escribir, armar. Los necesitamos. Necesitamos sus manos para crear, sus ganas para dar, brindarse, su corazón abierto para que otras miles de manos lo reciban”.

En tres espacios se construyen objetos mágicos con su envoltorio, su papel, su moño... y llegarán a miles y miles de personas. Y ya involucra a los miles de corazones que le están dando forma a esta feria para otros y para uno mismo... porque en cada taller se respira alegría, que se manifiesta con esos personajes de narices rojas que andan coloreando la construcción y de paso ofrecen tereré, y porque dar, también, alimenta el alma, así como construir, crear, jugar, compartir, mirarse y encontrarse...

Manos a la obra

Las jornadas intensivas de producción serán hasta el 18 de diciembre en El Molino, los miércoles y jueves de 17 a 20; y los viernes, sábados y domingos, de 17 a 21; en La Redonda, los miércoles, jueves y domingos de 17 a 20, viernes y sábados de 17 a 21; y en La Esquina Encendida, los jueves, viernes y sábados, de 9 a 12 y de 16 a 20.

Espectáculos que acompañan la construcción

Sábado 10. En El Molino: Cuarteto de Cuerdas VELV; en La Redonda: Grupo de danzas folklóricas de la Esquina Encendida (coordina Cristian Romero); en La Esquina: Show de acrobacias y malabares a cargo de la compañía “Tallarín con Banana”.

Domingo 11. En El Molino: Coro Femenino del Instituto Coral de la provincia; en La Redonda habrá espectáculo pero aún no definido

Miércoles 14. En El Molino: Coro Infantil y de Niños del Instituto Coral de la provincia; en La Redonda: Grupo de Hip-hop de la Esquina Encendida (coordina Matías Graizaro).

Jueves 15. En El Molino: el actor José Ignacio Serralunga con textos de Jorge Luis Borges; en La Redonda: Grupo musical “Los Cohibas”; en La Esquina: Marcela Sabio (narración oral).

Viernes 16. En El Molino: Fernando Boero y sus historias contadas con música; en La Redonda: canciones con Ayelén Almirón y acrobacias aéreas con el grupo de la Esquina Encendida (coordina Lucila Gunno); La Esquina: muestras de los talleres de hip hop, folklore, ritmos populares, etc..

Sábado 17. En El Molino: espectáculo de cierre festejando el primer cumpleaños del espacio con “Una cimarrona fanfarria”; en La Redonda: Lucía Paillet y Fernando Brasca con acrobacias en tela, además de Música con Cuerda de Tambores; en La Esquina: muestras de los talleres de hip hop, folklore, ritmos populares, etc..

Domingo 18. En El Molino: Canciones con objetos, a cargo de Matías Marcipar; y en La Redonda: espectáculo de cierre festejando el primer cumpleaños del espacio, aún no definido.

El contrato

El contrato que se firmó a principios de noviembre para construir la Feria del Afecto S.R.I. (Sociedad de Responsabilidad Ilimitada) dejó las bases sentadas: el primer punto señala: “Las partes definen a la Feria del Afecto como una usina de pensamiento, energía colectiva, imaginación y trabajo, puesta al servicio de la fraternidad y la inclusión. Es un intento de generar una utopía posible y un modo de no separar, el hacer, el sentir y el pensar. El evento propone juego, diversión y educación en valores para nosotros y nuestros hijos, alumnos, amigos, etc..

Más adelante expresa que “la parte contratante se compromete a concurrir al evento con sus herramientas (si las tuviese), la cabeza abierta y el corazón en flor, acompañado de familia y amigos, vecinos y conocidos, con los recuerdos de su infancia bien fresquitos y con su imaginación preparada para aceptar lo múltiple, lo caótico, lo creativo, lo misterioso...

Y también manifiesta el fin de las partes en la construcción de esta feria: “... para construir objetos:

por los solos y solas del mundo, por los que trabajan en Navidad y por los que añoran el trabajo. Por los que están enfermos y el cuerpo les habla de dolor. Por los que tienen miedo e inseguridad. Por los que necesitan afecto, juego y fiesta. Por los que reclaman compañía. Por los que están lejos de su tierra, patria o familia y también por los que tienen lejos a sus seres amados. Por los marinos, los astronautas, los que trabajan en los hielos extremos. Por los niños que creen en todos los misterios, las sorpresas y los afectos. Por los corazones de los niños, que son socios de responsabilidad ilimitada. Por todo lo humano que no se vende ni se compra. Porque nos merecemos ser felices”.