Repercusiones del discurso presidencial
La ausencia de Moyano agitó el fantasma de ruptura con Cristina
El titular de la CGT no participó del acto de asunción de la presidenta. Dirigentes de la central obrera le reprocharon que no hubo agradecimientos a los trabajadores. Pero Agustín Rossi negó fracturas.
De la Redacción de El Litoral/DyN
La ausencia del sindicalista y jefe de la CGT, Hugo Moyano, fue una de las más notorias ayer en el acto de reasunción de la presidenta Cristina Fernández. En su discurso, mojón de su segundo mandato consecutivo, la mandataria le confirmó una vez más a la sociedad y a la grey política que ya no hay ni habrá primaveras en su relación con el camionero.
Ausente en el acto en el Congreso, pero con su hijo Facundo como testigo privilegiado entre los nuevos diputados nacionales, Moyano se anotició por los medios de la ratificación de la dura y gélida postura de la presidenta para con su persona y su accionar.
Sin nombrarlo pero apuntándole como inequívoco destinatario, la presidenta dijo que respeta el derecho de huelga pero que no aceptará el chantaje ni la extorsión, con lo cual hay que aceptar definitivamente que es ése el carácter que le otorga a las demandas y métodos de Moyano. Cristina Fernández de Kirchner inscribió la advertencia en el marco de un tramo de su discurso que sonó por lo menos audaz, ya que contuvo un virtual cuestionamiento histórico al mencionar que durante el gobierno de Juan Domingo Perón no existió el derecho de huelga. Parece, entonces, que la mesa estuviera servida para el conflicto, toda vez que en lugar de algún atisbo de anuncio que podría estar esperando el sindicalismo, surgió un nuevo reto con un tono más alto que los habituales, tanto por el contenido como por el contexto en el que se produjo.
¿Conflicto?
Después de escuchar las palabras de la presidenta no es errado empezar a preguntarse cuándo los chisporroteos se convertirán, en la práctica, en cortocircuitos. Máxime cuando otros sindicatos que no son precisamente moyanistas comenzaron a avizorar que la piqueta presidencial puede caer sobre cualquier cabeza y entonces decidieron poner el pie en el freno en lo que inicialmente fue una carrera a toda velocidad para tratar de destronar al camionero. Algunos se animaron a sugerir que no es descabellado pensar que Moyano podría pretender un nuevo período al frente de la central gremial.
Los fantasmas en el mundo gremial comenzaron a reproducirse y a sobrevolar con más intensidad también cuando aparecieron algunas medidas, alimentadas además por diversas versiones, que apuntarían a las obras sociales, el corazón del poder sindical. En ese marco trascendió la posibilidad de una acción también osada de Moyano, que sería una demanda judicial para que el Estado salde una deuda con la obra social de los Camioneros.
Sin ruptura
Esta mañana, el secretario de Capacitación de la CGT, Juan Carlos Schmidt, señaló que en los discursos de la presidenta faltó el agradecimiento a los trabajadores por el apoyo a su gestión. Schmidt dijo que “en ningún momento hubo ruptura” entre la CGT y el gobierno, pero indicó que “hay puntualizaciones (en el mensaje) que están incompletas. Quiero creer que cuando la presidenta agradece a los compañeros que aguantaron a pie firme tiene que agradecer a los trabajadores que trataron de sostener a este gobierno. No sé quién habrá asesorado a la presidenta, pero hubo muchas huelgas en el gobierno peronista”, dijo en declaraciones radiales sobre sus dichos referidos a Perón.
En tanto, el jefe del bloque de diputados kirchneristas, Agustín Rossi, negó esta mañana que el discurso de Cristina y el faltazo de Moyano sean una muestra de la presunta “ruptura política” entre ambos. Además, rechazó que la primera mandataria haya criticado a Perón. “Por favor, bajo ningún punto de vista -aseguró-. Basta analizar este gobierno y cada bandera del peronismo, como la justicia social”.