París entierra al Quijote del Barrio Latino

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Sylvia Beah y James Joyce en la puerta de la mítica librería parisina “Shakespeare and Company”, en una foto de fecha incierta. Foto: Archivo El Litoral

(EFE)

El estadounidense George Whitman, dueño de la famosa librería parisina “Shakespeare and Company”, un laberinto de obras apiladas frente a la catedral de Notre Dame, falleció este miércoles, informaron fuentes de ese pequeño negocio.

Whitman, apodado el “Don Quijote” del Barrio Latino y que según esa librería será recordado por su libertad de espíritu, su excentricidad y generosidad, murió en su casa parisina dos meses después de haber sufrido un infarto y pasados apenas dos días de su 98 cumpleaños.

El estadounidense será incinerado y enterrado en el cementerio de Pére Lachaise, uno de los camposantos más famosos de París por albergar las tumbas de grandes nombres de la cultura, como Oscar Wilde, Édith Piaf, Marcel Proust, Moliére, Apollinaire, Honoré de Balzac o Amedeo Modigliani.

Durante los últimos sesenta años, desde su llegada a la capital gala en 1948, dedicó su vida a asegurarse de que esa pequeña institución cultural fuera no solo un lugar de venta sino también de acogida de escritores y viajeros, que podían dormir allí a cambio de echar una mano en el negocio.

Whitman fundó esa librería en 1951 y la llamó en un primer momento “Le Mistral”, en recuerdo, según contaba, de la primera chica de la que se enamoró, pero inspirado por sus encuentros con la legendaria librera Sylvia Beach, editora del Ulises de James Joyce, cambió posteriormente su nombre por el actual.

Su trabajo y personalidad le valieron en 2006 la Medalla de las Artes y las Letras del Ministerio de Cultura francés, además del reconocimiento internacional de los turistas que se acercaban a ese centro situado en la orilla izquierda de París, frente a la imponente Notre Dame.

Se rumorea, pese a que desde la librería todavía no lo confirman, que Whitman será enterrado bajo una estatua del Quijote, y que durante la ceremonia se entregarán a los asistentes fragmentos de la obra de Miguel de Cervantes.

Lo que sí es seguro es que ese mismo día por la tarde habrá en la librería, regentada por su hija, una fiesta en su honor, manteniendo el espíritu de los versos de Yeats que dan la bienvenida al local, en los que se lee: “be not inhospitable to strangers/ lest they be angels in disguise” (“Sé hospitalario con los forasteros, podrían ser ángeles disfrazados”).