llegan cartas

La vida es un espejo

Alberto Cassano

DNI 6.220.825

Se acerca fin de año. Para algunos, la Navidad, para otros Papá Noel y para otros tal vez sólo un nuevo comienzo de nuestro calendario, pero también alguna manera de cambio. Para muchos será un momento de felicidad. Para otros tantos, o más, con algo de esperanza, un breve intervalo en sus cotidianos sufrimientos. Los que nos sentimos cristianos, aunque no sea mucho más que eso, seguiremos pensando en los dos mandamientos más importantes que el Flaco de Barba nos enseñó. Pero todos, en estos momentos, quizás nos podamos unir a un texto para la reflexión que he encontrado muy bien traducido y deseo compartir con los lectores.

Una vez le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles son los factores que destruyen al ser humano. La historia relata que él respondió así: La Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad. Y siguió: la vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero; que todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que hay caras amargas, si estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente es enojona, si yo soy enojón; que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido. La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí. ‘El que quiera ser amado, que ame’.

Muchas felicidades para todos.