Censorshit

Jugando a ganar

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Referente: Giovi Novello es uno de los personajes más peculiares de la escena rockera santafesina, y el emblema de Censorshit desde su fundación.

Foto: Gentileza Producción

Con el título de “Piedra, Papel y Tijeras”, la banda santafesina apuesta a su primer disco oficial, en la que abre su línea punk a otra sonoridad, y apuestan a trascender la ácida letrística que los caracterizó.

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Censorshit, una de las bandas referentes del punk joven local, está por lanzar “Piedra, Papel y Tijeras”, su primer disco, que marca una evolución desde aquel primer demo lleno de letras ácidas y divertidas.

La pequeña guitarrista Giovanna Novello, conocida simplemente como “la Giovi” en el ambiente del rock (que la adoptó como uno de sus personajes), es uno de los referentes de la agrupación desde su fundación, y fiel representante del desparpajo “censorshiteano”, arriba y abajo del escenario. Con ella dialogó El Litoral, para saber más sobre lo que se viene.

—Además de que hubo cambios en la formación del grupo, ¿qué cambió del primer material a éste?

—El primer material tampoco era un disco en estudio. Este disco lo grabamos con Alejandro Collados, es de otro nivel el sonido y todo eso, y además ya no es tan punk la banda: hacemos punk, pero metimos un montón de bases de hard rock; es un disco como más rockero.

Y además, a éste lo presentamos como “primer disco oficial”; el otro era de última algo para difundir entre la gente, como para hacernos conocer, hicimos un par de copias gratis. A éste tenemos pensado venderlo y difundirlo por varios lugares.

—Con un buen arte de tapa...

—El arte de tapa es lo que lo está demorando, porque la grabación ya está. Lo que pasa es que acá en Santa Fe es muy limitado todo, y tenés que hacer las cosas a dos por hora, porque además no hay muchos lugares para hacer algo copado.

—El otro era un demo largo...

—Claro, salió en el 2008. Ahora es otra cosa, y este disco muestra la seriedad de la banda, que es básicamente lo que más cambió: ahora es un proyecto más serio.

Evolución

—¿El cambio musical tiene que ver con que escucharon otras cosas o eran cosas que ya escuchaban y las incorporaron?

—En realidad es la evolución musical de cada uno, de cuánto tiempo nos dedicamos al instrumento, porque bandas escuchamos toda la vida, siempre estuvimos metidos en escuchar todo tipo de música, no es que escuchamos punk nada más (risas). Nada que ver, escuchamos de todo, pero también hay que dedicarse al instrumento y cuando pasan los años, eso se va notando en lo que escribís y hacés.

—Lo incorporás y cuando lo podés sacar afuera, sale.

—Claro, hay que practicar. La onda es que también las letras ya no son “vamos a tomar un porrón a la esquina”, ¿me entendés? (risas), están buenas. Es un disco que está bueno para escucharlo entero.

—Es menos “Pomelo”...

—Sí... artista invitado... No... ya tenemos a “Batman” (el baterista Gustavo De Marco), para qué queremos un “Pomelo” (risas).

—Pero tenían letras muy “Pomelo”.

—Sí, terrible... pero viste a la gente que anda en ese ambiente le gusta por ahí más que le escribas “vamos a fumar un pucho y tomar unos vinos a Tribus”, a que le escribas algo profundo. Vos hacés algo profundo y dicen: “Ah, son putos todos éstos”.

—“Cincuenta horas en la cama” era como un récord.

—Ahora, la gente lo sigue pidiendo, por ahí hay que tocarlo, pero ya no nos da la cara para algunas cosas (risas), hombres grandes hay en la banda. Pero es un buen tema igual (risas).

—Porque lo escribiste vos...

—Lo hice yo, sí...

Difusión

—Cuando esté listo el disco, ¿cómo van a moverlo?

—Queremos salir a hacer una gira por donde pinte, ir a Buenos Aires. Tenemos muchos músicos buenos que nos apoyan en esto: por ejemplo los chicos de Cabezones y de otras bandas, que siempre nos están dando una mano, para ayudarnos a organizar cosas. Ahora, queríamos hacer una fecha sorpresa gratuita; sorpresa en el sentido de quien toca además de nosotros (risas).

Pero viste cómo es Santa Fe, no podés conseguir muchos lugares como para armar algo grande, y en diciembre la gente le decís: “¿querés venir a verme?”, y te dice: “Tengo la recepción de la tía...”. Es un mes muy difícil para hacer fechas.

—Pegaron muy buena onda con un montón de bandas del género de Buenos Aires, como Flema.

—Con los chicos de Flema fue terrible... cada anécdota tenemos que es para que vayamos presos (risas). Pegamos buena onda con ellos, los llamamos para hacer una fecha acá, que nos fue mal: fueron 80 personas nomás. Viste que la gente dice: “no viene nadie a Santa Fe”, cuando los traés no van porque la entrada sale lo mismo que dos cervezas.

Vinieron, íbamos a tocar acá y en Paraná; se nos cayó la fecha de Paraná y los chicos decidieron quedarse una semana de vacaciones en mi casa. Imaginate lo que fue eso; la Traffic se fue a la semana y el guitarrista dijo: “¿Y los chicos?”. “Ya se fueron”. “¡Uh!”, y se quedó en mi casa por colgado, estaba en el baño y se fueron sin él: tuvo que quedarse otra semana más.

—Tampoco tenían muchas fechas...

—No, se ve que no tenían nada, le hicimos el aguante nomás. Pero después tocaron en el Willie Dixon (en Rosario) y me invitaron para que vaya y subí a tocar un tema con ellos.

—Te subiste con Cabezones también.

—Sí, son divinos los pibes. Tenemos un amigo en común (que no vamos a decir el nombre porque si no, se pone loco) y por eso nos empezamos a juntar muy seguido. Fuimos a una gira de fin de semana que hicieron ellos en San Justo, y salió la idea de que toque algunos temas en alguna gira con ellos, y salió y estuvo buenísimo.

—Teloneando a un montón de artistas, ustedes se van haciendo contactos. Ojalá que sirva para irse a tocar más seguido con todos los que ustedes les hicieron el aguante acá.

—Claro, esa es la onda, ¿no? (risas). Por ahí todos te dicen: “Vamos a hacer un ida y vuelta” y desaparecen, se borran del Facebook (risas).

—Disuelven la banda.

—Los vagos se separan al otro día (risas). No, con un montón de bandas pegamos muy buena onda y muchos nos la devolvieron, y muchos no porque son demasiado punks para andar organizando cosas.

Lo que viene

—¿Qué soñás para el año que viene?

—Sueño con tener un millón de dólares y vivir en una playa de California (risas). Queremos que el disco pegue: lo vamos a llevar a un montón de radios de Buenos Aires, a todos nuestros músicos amigos (que nos ayuden y hagan todo lo que puedan), pero después está en alguna discográfica que nos acepte a nosotros, nos meta fichas. Ésa es la onda: vamos a llevarlo a muchas discográficas, a ver si alguna nos elige.

—Y a ver si la gente de acá los acompaña.

—A la gente de acá le gusta hablar mucho: por todo sos “puto” o “careta”. Si te levantás temprano, te dicen: “Uh, ésta no durmió, siguió de largo, está drogada”. Y a lo mejor te levantaste para ir a la playa. La gente de acá es terrible. Pero bueno, también estaría bueno si nos apoyan. Un saludo para todos (risas).