Mercado de granos

Momento de reflexión y balance

Pablo Adreani

Culmina un año donde los mercados se han comportado con mucha incertidumbre y una gran dosis de volatilidad. Hemos podido ver que “los árboles no crecen hasta el cielo”.

Durante el segundo semestre, uno de los principales factores que han tenido impacto negativo y bajista en el precio de los granos ha sido la irrupción de la crisis de la Unión Europea, aun sin resolverse por cierto. Con todo, la crisis europea no ha tenido, hasta el momento, el fuerte impacto negativo y recesivo que sí tuvo la crisis de 2008 en los Estados Unidos. Existe el convencimiento de que el mundo percibe que la demanda mundial de alimentos sigue estando muy firme y por el momento las relaciones entre las monedas y tasas de interés no han tenido el efecto negativo que sí tuvo la crisis anterior. Durante la crisis de 2008, el consumo de alimentos no decayó; lo que cayó fue el comercio mundial de granos, pues no había líneas de crédito mínimas para poder seguir con la operatoria comercial de exportación a nivel global. En ese momento los precios de los granos y del petróleo se desplomaron en apenas tres meses, llegando a ser una de las peores bajas registradas en las últimas dos décadas. En Chicago, la soja perdía más de 150 dólares y el maíz más de 100 dólares. Tan fuerte ha sido el impacto de la crisis estadounidense que la sequía más prolongada de toda nuestra historia, con mas de 18 meses sin llover, no tuvo ningún impacto positivo o alcista en los precios.

A contrapelo de la crisis europea actual, en estas últimas semanas de diciembre el principal factor alcista para los mercados es sin lugar a dudas el efecto de la prolongada sequía que se está produciendo en el Hemisferio Sur, con epicentro en la Pampa Húmeda y en Río Grande do Sul. La sequía es tan intensa que los precios de la soja y el maíz en Chicago están siendo influenciados directamente por dicho fenómeno. La baja que se insinuaba con fuerza sobre los precios de la soja y el maíz, comenzó a revertir su tendencia antes los sucesivos pronósticos de clima seco y lluvias con escaso volumen y poca cobertura. Fue así que la soja Chicago, que tres semanas atrás buscaba perforar los 400 dólares por tonelada, hoy está cerca de los 450. Una bocanada de aire fresco para los productores, pero a un costo productivo muy alto: la sequía y su efecto devastador sobre los rindes. El maíz en Chicago también ha logrado recuperarse. En estos momentos cotiza a 258 dólares, lejos de los 220 dólares que insinuaba a principios de diciembre.

Movimientos internos

Mientras todo esto sucede en los mercados internacionales, el “nuevo” Gobierno va dando muestras de racionalidad y pragmatismo económico. Mientras se reduce el superávit comercial y fiscal, sigue cerradas las exportaciones de trigo y de maíz. Se ha demostrado, incluso con declaraciones juradas de los propios productores, que todavía quedan sin vender más de tres millones de toneladas de trigo y más de cuatro millones de toneladas de maíz.

Ha quedado demostrado que el Gobierno no come vidrio, y que si lo mastica no lo traga; de ahí surge el nuevo sistema de comercialización de trigo y de maíz, que viene a mejorar el viejo sistema de Moreno. Todo sistema que mejore el anterior debería ser considerado como un paso más hacia el sistema ideal de libertad total de los mercados, manteniendo siempre la “defensa de la mesa de los argentinos”. Lo concreto es que en esta última semana tanto el trigo como el maíz han ido aumentando sus precios disponible y futuro, ya se trate por influencia del nuevo sistema de comercialización o por el factor sequía que comienza a perjudicar el potencial de rindes de los cultivos de maíz.

Mientras siga la sequía, el mercado seguirá firme. Pero cuando se produzcan las lluvias, los precios volverán a buscar una sola dirección: la baja.

Para recordar

Debemos recordar que la sequía del año pasado recién se cortó a mediados de enero. Mientas tanto, el maíz va en busca de los 170 dólares y la soja los 300. Mientras continúe la sequía, el mercado seguirá firme. Pero en el mismo momento en que se produzcan las lluvias, las cotizaciones volverán a buscar un solo sentido: la baja.

/// EL DATO