En el centro norte de Santa Fe

Chagas: se redujo la prevalencia en los niños y la transmisión vectorial

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En alerta contra la enfermedad. El director del Programa Provincial de Control de Chagas, Marcelo Nepote, explicó los alcances del trabajo realizado.

Foto: Mauricio Garín

El Ministerio de Salud confirmó que descendió al 0,96% la prevalencia de la enfermedad en menores de 15 años (en 2010 era del 2,53%). También se redujo la presencia del vector (vinchuca). Intervención territorial, control epidemiológico y prevención, las claves.

 

Luciano Andreychuk

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El año pasado, la prevalencia del Chagas en menores de 15 descendió al 0,96% en la zona norte de la provincia (en 2010 alcanzaba al 2,53%). A su vez, la prevalencia en menores de 5 años -el grupo de mayor riesgo- fue de casi cero en los últimos años. Desde el Ministerio de Salud aseguran que al lograr reducir la incidencia de la enfermedad en niños y la transmisión vectorial, la llamada “enfermedad de los pobres” está en vías de ser controlada.

Intervención territorial en las localidades más vulnerables -para controlar la presencia de la vinchuca, el insecto más temido-; control epidemiológico -con el monitoreo de los niños menores de 15, de las embarazadas y de los donantes de sangre- y prevención mediante la formación de replicadores -como los docentes, que transmiten cuidados y recomendaciones a los alumnos y éstos a sus familias-, son las claves que han permitido dar una batalla exitosa en Santa Fe contra uno de los males más extendidos en América latina. Y así lo reconoció la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que el año pasado destacó el trabajo de la provincia en la lucha contra esta enfermedad.

Según muestran las últimas estadísticas elaboradas por el Ministerio de Salud de la provincia y el Centro de Investigación sobre Endemias Nacionales de la Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional del Litoral, durante el 2011 se analizaron 3.222 niños menores de 15 años que viven en la zona norte de la provincia, principalmente en los departamentos 9 de Julio y Vera (los más afectados por el Chagas). De ese total se detectaron 31 casos positivos, lo que representa el 0,96 % de prevalencia. En 2005, la prevalencia en esa franja etaria era 4,11 %, y en 2010 del 2,53 %. Otro dato central: la prevalencia de la enfermedad en pequeños menores de 5 fue de casi cero en los últimos años.

Asimismo, hasta octubre del año pasado se habían evaluado 4.221 viviendas del norte provincial (zona de mayor riesgo de presencia de vinchucas). De ese total, se encontraron vinchucas en 135; en 851 viviendas (las “positivas” y las que rodeaban éstas) se aplicó el insecticida apropiado para el control del vector, indicaron desde el mencionado programa. El hecho de que se haya reducido la presencia de las vinchucas fue clave para disminuir la transmisión vectorial.

De acuerdo a los datos de 2010/2011, hay un porcentaje promedio de un 3 % del total de embarazadas de la provincia que están infectadas (en efectores públicos). Y por año, se detectan un promedio de 30 bebés hijos de madres Chagasicas infectados por la vía de transmisión congénita.

Un mal endémico

El Mal de Chagas afecta a más de 10 millones de personas en toda América latina, de acuerdo a las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y en el país, se estima que hay 1.600.000 de infectados, 7.300.000 personas expuestas y unas 300.000 afectadas por cardiopatías de origen Chagasico, de acuerdo a las estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud (2006).

Las provincias de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, San Juan, Mendoza y Córdoba presentan una re-emergencia de la transmisión vectorial de Chagas debido a un aumento de la infestación domiciliaria (riesgo alto).

Chagas: se redujo la prevalencia en los niños y la transmisión vectorial

El insecto más temido. La vinchuca pica y defeca sobre la piel de su víctima, depositando una gran cantidad de parásitos que se introducen en el organismo tras la escoriación por el rascado de la zona afectada.

Foto: Mauricio Garín

Trabajo de campo para controlar el vector

Para detener el avance de la vinchuca -en los entornos rurales, y en las zonas de la periferia urbana más pobres y postergadas-, se despliega un trabajo técnico entre personal de la Provincia y del Servicio Nacional del Control de Vectores, que depende de Nación. “Se seleccionan viviendas de riesgo de determinadas localidades del norte (como Gato Colorado, Santa Margarita, etc.). Se solicita información en dispensarios, comunas, escuelas. A las viviendas de riesgo se les hace una evaluación para ver si hay allí vinchucas”, explicó Marcelo Nepote, director del Programa Provincial de Control de Chagas.

Del total de las viviendas evaluadas, se saca un porcentaje que se conoce como el índice de infestación. “Si el índice da más del 5 %, se hace el rociado total de la localidad. Si da menos de ese 5 % del total de viviendas de riesgo, se rocían sólo las viviendas positivas, es decir, aquellas donde se encontraron vinchucas. Es una estrategia de prevención: se considera que si hay más del 5 % existe un riesgo en general en toda la comunidad”, advirtió Nepote.

Dentro de las provincias de riesgo moderado se encuentran la propia Santa Fe, Catamarca, Corrientes, La Rioja, Misiones, San Luis, Salta y Tucumán, según el mapa de Chagas que elabora el Ministerio de Salud de la Nación.

En la provincia de Santa Fe, el mapa actualizado del Chagas (ver aparte) muestra que la zona roja -de mayor riesgo de transmisión vectorial- se encuentra en la zona centro-noroeste. Los departamentos más complicados son 9 de Julio y Vera. “La prevalencia geográfica ha cambiado respecto del último relevamiento que habíamos realizado (de 2005-2006) y la zona roja se achicó, y pasó a ser amarilla o verde (de riesgo moderado o bajo). Ha mejorado la situación del control de la transmisión vectorial”, señala Marcelo Nepote, director del Programa Provincial de Control de Chagas.

La lucha contra este mal se va ganando porque la estrategia de control de la endemia va por todos los carriles: “Esto es, hacemos un control sanitario y epidemiológico de la transmisión vectorial (el vector es la vinchuca) en las zonas rurales de mayor riesgo. Pero además, se controla la transmisión congénita (de madres infectadas a sus bebés), en hospitales y efectores públicos. (Cabe recordar que no todas las madres que tengan Chagas serán transmisoras para sus hijos, pero el riesgo siempre está presente.) Por último, se controla la transmisión transfusional (en donantes y bancos de sangre).

El otro indicador principal es la cantidad de niños que hay infectados. “Este es el indicador clave -subrayó el director- pues muestra si el nivel de transmisión descendió. Se evalúa y se hacen análisis en la franja de menores de 15 años. Al no detectar niños infectados, notamos que la situación vectorial ha mejorado, y ha cambiado muchísimo respecto de lo que ocurría hace 20 ó 30 años”.

“En 2010 y 2011 hicimos controles -los últimos se habían realizado en 2005 y 2006-, y observamos un descenso marcado de niños infectados en menores de 5, a tal punto que en algunas localidades no encontramos ningún infectado. Este es un indicador muy bueno. La OPS ha destacado el avance de las acciones de control sobre la enfermedad en la provincia”, concluyó Nepote.

Migraciones en los barrios del noroeste

Siempre se consideró que el Chagas era una enfermedad rural. Pero con el tiempo se comprobó que por las migraciones de personas del campo a la ciudad -principalmente hacia las zonas periféricas- el Chagas se urbanizó.

De acuerdo a un relevamiento realizado conjuntamente con la UNL -con estudiantes de Trabajo Social- los del noroeste son los barrios de la ciudad de Santa Fe donde se producen las mayores migraciones, y donde hay la mayor prevalencia en Chagas. De acuerdo a datos de 2010 (maternidad del Iturraspe), hubo 8 embarazadas positivas detectadas en barrio La Loma, y 6 madres con Chagas positivo de Loyola Sur. Ninguno de esos 14 niños fueron infectados por la vía congénita.

/// LO QUE HAY QUE SABER

¿QUÉ ES EL CHAGAS? Es una enfermedad producida por un parásito llamado Trypanosoma cruzi, que puede afectar el corazón o el sistema digestivo de las personas que la padecen, produciendo diferentes grados de invalidez, e inclusive la muerte.

¿QUIÉN LO TRANSMITE? Un insecto llamado vinchuca, que vive en grietas y paredes, en techos de paja, en cajas de ropa, en corrales, gallineros precarios y enramadas. Y en todo lugar donde hay objetos amontonados.

¿CÓMO ES LA TRANSMISIÓN? El contagio se da en la oscuridad porque es cuando la vinchuca suele picar. Inmediatamente defeca sobre la piel de su víctima y deposita una gran cantidad de parásitos que se introducen en el organismo de la persona a causa de la escoriación producida por el rascado en la zona de la picadura.

¿QUÉ HACER PARA EVITAR EL CHAGAS? Mantener ordenadas casas, depósitos, corrales y gallineros; mejorar la vivienda tapando grietas y huecos de paredes, alisando los techos, y pintándola. Contruir corrales y gallineros lejos de las viviendas.

PARA EMBARAZADAS: El Mal de Chagas no afecta el normal desarrollo del embarazo, ni causa deformaciones; tener Chagas no es razón de interrupción de lactancia. A los hijos de mujeres con diagnóstico de chagas, se les debe realizar el análisis de sangre par comprobar si están infectados.

Fuente: Ministerio de Salud de la Nación.

 
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Chagas: se redujo la prevalencia en los niños y la transmisión vectorial

Riesgos. Las zonas rurales y las viviendas precarias -como ranchos- son los lugares donde se encuentra el vector de la enfermedad. Foto: Archivo

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Prevención. Una de las claves en la lucha contra el Chagas es el control sanitario, para determinar la prevalencia de la enfermedad en la población.

Foto: Archivo