Ayuda para el niño en su paso por un sanatorio

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El juego terapéutico es uno de los recursos con que cuenta la medicina actual para atender las necesidades psicoafectivas de los niños internados y sus familias, apuntando a que su bienestar emocional acompañe la buena evolución de la enfermedad.

TEXTOS. LIC. CAROLINA MICHA (*). FOTOS. EL LITORAL.

Como padres nunca imaginamos que nuestro hijo pueda atravesar una experiencia de internación. Es algo para lo cual no estamos preparados. Recibir la noticia por parte del médico muchas veces angustia y nos llena de preguntas difíciles de responder: “¿Cómo se lo digo?, ¿cómo lo vivirá?, ¿cómo se adaptará?, ¿lo afectará?”. Estas son algunas de las cuestiones que nos preocupan, sumadas a la buena evolución y tratamiento para lo cual fue internado nuestro hijo.

Teniendo en cuenta que los niños cuentan con menos recursos que los adultos y son más vulnerables -dependiendo de su edad, etapa evolutiva, grupo familiar o internaciones anteriores, entre otros- una herramienta de gran contención para el niño durante su paso por el sanatorio es un servicio formado por profesionales especializados en internación pediátrica (psicólogos, clowns) que, a través del Juego Terapéutico y otros recursos, tiene el fin de atender las necesidades psicoafectivas del paciente y su familia, apuntando a que su bienestar emocional acompañe la buena evolución de la enfermedad.

Este tipo de atención tiene por objetivo minimizar los efectos de la internación, ayudando a los niños y a sus familias a superar los retos que ésta impone, generando a su vez un aprendizaje que los enriquecerá para situaciones futuras a través de actividades apropiadas a su desarrollo, que le provean la posibilidad de estimularse, de jugar, así como de expresar miedos, fantasías y emociones en relación a la internación.

La atención se centra en ayudar al niño o adolescente y a su familia a comprender qué pueden esperar durante su estadía, lo cual les brinda mucha seguridad, y otorgarles estrategias respecto a cómo afrontar la situación, usando técnicas lúdicas y un lenguaje adaptado a la edad de cada paciente y acorde a las necesidades específicas de cada grupo familiar.

DIFERENCIAS CON EL JUEGO

El juego terapéutico se diferencia del “jugar por jugar” ya que hay un especialista detrás que hace una mirada y lectura particular del juego del niño, juego que habla y permite una interpretación (porque ofrece la posibilidad de producir la expresión emocional y energía que conduce a mayor bienestar psicológico del niño en el sanatorio).

Por su parte, el juego es esencial en el desarrollo del niño y se vuelve más significativo cuando los adultos participan. Brinda oportunidades de comunicar sentimientos, preocupaciones, malentendidos en su propio idioma y utiliza tanto la expresión verbal como conductual. Enseña a los niños a manejar el mundo e interactuar con el medio ambiente.

Para dar un ejemplo, los juegos en relación a lo médico, donde el niño se ubica en el lugar de actor como doctor vivenciando la experiencia de manera activa, le permite familiarizarse con los materiales, lo cual favorece a su cooperación posterior en la experiencia concreta, ya que el niño la vive de manera menos tensa al conocer previamente de qué se trata.

Durante el juego, el niño es alentado a hacer preguntas para aclarar conceptos erróneos y expresar los sentimientos relacionados a sus miedos y preocupaciones. Las actividades dependen de las necesidades del niño y puede tomar muchas formas.

CUÁNDO USARLO

El Servicio de Juego Terapéutico en Pediatría se debe suministrar cuando un niño o adolescente:

- Ha sido internado y necesita adaptarse a la nueva situación y comprender por qué está allí en un lenguaje adaptado a su edad y a través de técnicas lúdicas (como el juego médico) que le permitan familiarizarse con todo aquello que le resulta extraño.

- Antes de una cirugía, necesita ser preparado en un lenguaje apropiado a su edad, para comprender qué vivenciará paso a paso, antes, durante y después de ésta, y así reducir su ansiedad, sus fantasías y sus miedos.

- Antes y durante un procedimiento (extracción de sangre, phmetría, placa radiográfica, entre otros) para ofrecerle contención y distracción y así poder hacer frente a esta situación, reduciendo el estrés de todos los presentes, y alentar su cooperación. Cuanta más sensación de control tiene el niño, menor es su angustia.

- Ha sufrido un evento traumático o se le ha detectado una enfermedad crónica y necesita apoyo y seguimiento.

Por último, es aconsejable que cuando el pequeño puede trasladarse a la sala de juegos, sea incentivado a que lo haga, dado lo beneficioso que puede resultarle el cambio de escena a un espacio neutro, infantil, libre de procedimientos, donde el niño sí puede elegir qué hacer (frente a la pasividad vivenciada en la habitación) y se puede desplazar libremente como actor, como un niño, dejando de lado el lugar de paciente.

(*) PSICÓLOGA DEL SERVICIO DE JUEGO TERAPÉUTICO DEL SANATORIO DE LOS ARCOS.