“El gran hombre enmascarado”

Alemania: perpetua para asesino y violador

EFE

La Audiencia Territorial de Stade, en el norte de Alemania, condenó hoy a cadena perpetua a un hombre detenido en abril del año pasado en Hamburgo por el asesinato de tres niños y la violación de varias decenas de menores, calificado por sus víctimas como “el gran hombre enmascarado”.

Los jueces constataron, además, la especial gravedad de la culpa del asesino y violador de menores confeso, de 41 años, cuyos crímenes fueron calificados por el juez que preside la sala, Berend Appelkamp, de especialmente reprobables.

“Le queda un largo camino por delante”, le dijo el juez al acusado tras la hora y media que duró la lectura de la sentencia, durante la cual el condenado permaneció inmóvil y con la vista fijada en su mesa.

El condenado, Martin N., es un pedagogo procedente de Bremen con antecedentes sexuales, quien en el pasado se había dedicado al tutelaje de menores y en el momento de su detención ejercía como educador de adultos en Hamburgo, ciudad en la que residía desde hacía diez años.

Durante casi dos décadas, el acusado, que incluso tuvo en su casa a un niño de acogida durante cuatro años, llevó una doble vida sin que nadie sospechara de él.

Los menores de los que se ocupaba como monitor en campamentos y casas de colonias no constituían objeto de su deseo ya que se sentía responsable de ellos, señaló Appelkamp.

“Por otro lado llevaba secretamente una vida nocturna”, en la que se convertía en el “gran hombre enmascarado y vestido de negro”, como le describieron sus víctimas, y se colaba en viviendas, casas de colonias y campamentos en las habitaciones de los niños sin que los padres ni cuidadores se percataran.

La acusación

El hombre fue acusado formalmente de los asesinatos de Dennis K., de nueve años de edad, en 2001; de Dennis R. (8 años), en 1995, y de Stefan J. (13 años), en 1992 y de la violación de varias decenas de menores más en el norte de Alemania.

Según los letrados, Martin N., quien lo que más temía era que saliera a la luz su atracción sexual por los menores, mató a sus tres víctimas con el objetivo de ocultar otros delitos.

“Lo que más temía era sobre todo el desprecio de su madre”, indicó Appelkamp, quien agregó que el hombre trató de “evitar por todos los medios” que se descubrieran sus inclinaciones.

La pasada primavera, una antigua víctima del acusado puso a la policía sobre la pista de Martin N.