Al margen de la crónica

2060: ¿El fin de los días?

Confiemos en las predicciones o no, siempre resultan atrapantes. Sobre todo aquellas que tienen que ver con el fin de nuestros días.

A partir del 2000 fueron varias las fechas calculadas y elegidas para el Apocalipsis. La más inmediata -y que mantiene alerta a muchos- será este mismo año, según los mayas.

Algunos creen que según el calendario de esta antigua civilización, el 21 de diciembre de este año sería el fin del mundo. Otros, más escépticos, sostienen que este día no habrá que esperar ninguna calamidad, sino una nueva etapa para la humanidad, que implicará una completa nueva conciencia cósmica y una transición espiritual mundial.

Pero los mayas no fueron los únicos interesados en este asunto. Estos días se reveló que Sir Isaac Newton, quien fundó las bases de la física clásica y es considerado como uno de los científicos más relevantes de la historia, también estaba obsesionado por esta cuestión.

El dato surgió a partir de que la Biblioteca Nacional de Israel, tomó la decisión de publicar en Internet los estudios esotéricos de Newton, que hasta ahora se mantenían en secreto.

Estos textos dejan ver el interés del físico en lo oculto y su enfoque científico sobre las Sagradas Escrituras. Y cómo a través del análisis de dichos documentos, Newton concluyó que el fin del mundo será en la Navidad del año 2060.

En 1704, basándose en el libro de Daniel (parte del Antiguo Testamento) Newton creyó encontrar las claves de su teoría, según la cual debían pasar mil 260 años entre la refundación del Santo Imperio Romano por Carlomagno, en el año 800, y el Apocalipsis, que por lo tanto debería ocurrir en el año 2060.

Estos archivos llegaron a Cambridge por decisión de los descendientes de Newton, 150 años después de su muerte. La Universidad conservó sólo los textos científicos y devolvió los demás a la familia.

Por su parte Milka Levy-Rubin, curador de la Biblioteca Nacional Israelí, mencionó que Newton fue un cristiano devoto, que creía firmemente en que la Biblia brindaba un “código” aplicable al mundo natural.

“Hoy, tendemos a hacer una distinción entre la ciencia y la fe, pero para Newton todo era parte del mismo mundo” sostuvo Levy-Rubin. “Creemos que el estudio minucioso de los textos sagrados era efectivamente una ciencia en aquellos tiempos que, de ser aplicada correctamente, podría predecir el futuro del universo”.

Por lo pronto, Isaac Newton nos habría regalado unos 48 años más. Tendremos que esperar para saber si en esta materia también se destacará como científico. De todas maneras, nunca viene mal estar preparado...