Preocupación de la iglesia

“Se amplió la brecha social”

Lo aseguró monseñor Lozano, titular de la Pastoral Social. “En la Argentina no se puede hablar de pobreza sin hablar de riqueza”, resaltó.

De la redacción de El Litoral

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DyN

El presidente de la Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, advirtió hoy sobre el ensanchamiento de la brecha social y reclamó al Estado un mayor control de los subsidios a empresas privadas al denunciar que, a veces, el dinero se desvía hacia “circuitos financieros especulativos”.

En una entrevista concedida a DyN, el prelado criticó el aumento en las dietas de los legisladores, y expresó “preocupación” por la escalada inflacionaria y por el impacto que tendrá en la economía familiar la quita de subsidios a los servicios públicos. Lozano también refirió a la problemática de la megaminería al rechazar la represión y lamentar que no haya disposición para escuchar las posturas de comunidades locales y pueblos originarios afectados.

Los siguientes son los principales tramos del diálogo entre el prelado y esta agencia de noticias:

—¿La cuestión social sigue siendo la gran deuda del gobierno kirchnerista, que enarbola la bandera del modelo inclusivo?

—La deuda social sigue siendo una cuestión económica, pero sobre todo moral. El país ha crecido económicamente de manera importante en la última década. Es cierto que se redujo la pobreza, pero no al mismo ritmo del crecimiento económico. En la Argentina, no se puede hablar de pobreza sin hablar de riqueza. Mientras unos pocos crecieron en su riqueza subidos a la velocidad de un auto de Fórmula 1, los pobres lo hicieron en bicicleta o monopatín.

—Los aumentos excesivos en las dietas de legisladores, ¿son una cachetada para los ciudadanos que reclaman incrementos salariales que nunca llegan o se licuan con la inflación?

—El Compendio de la Doctrina social de la Iglesia nos enseña que “quienes tienen responsabilidades políticas no deben olvidar o subestimar la dimensión moral de la representación, que consiste en el compromiso de compartir el destino del pueblo y en buscar soluciones a los problemas sociales”. En este sentido, la dirigencia debe saber compartir la situación de sus representados. También es escandalosa la suma que cobran algunos deportistas y artistas.

—¿Se percibe una inquietud en la gente por la quita de subsidios a los servicios públicos, incluidos el transporte?

—La preocupación tiene que ver con el pasado y con el futuro inmediato. Los subsidios no están mal en sí mismos. Al contrario, pueden colaborar en el desarrollo de sectores postergados o más castigados. La desaprobación fue porque se estuvieron subsidiando casinos, countries, domicilios con importantes ingresos económicos lo mismo que a hogares pobres. Hacia el futuro inmediato la preocupación está puesta en el modo en que impactarán estas medidas en la economía real de cada familia. Además, es muy importante que el Estado controle el uso del dinero que entrega en este concepto a algunas empresas o actividades, ya que algunos en lugar de darle el destino adecuado hacen ingresar el dinero en circuitos financieros especulativos.

—¿Se encubre con otros temas, como Malvinas, un tarifazo que finalmente golpeará a los sectores más desprotegidos?

—El reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas es una cuestión permanente. Si se instrumenta o no, se verá de acuerdo con la duración que tenga en la agenda pública. La gente le teme a la inflación, porque ve que con el mismo ingreso puede cada vez acceder a menos cantidad de alimentos, ropa y diversos gastos habituales.

—La problemática de la minería a cielo abierto, ¿puede resolverse mediante un diálogo abierto y federal?

—El diálogo siempre es un camino seguro para la resolución de los conflictos. Pero no siempre hay disposición para escuchar distintas posturas que obedecen a inquietudes o intereses diversos. La cuestión a dialogar no es solamente si este tipo de emprendimientos mineros contaminan y cuánto. También, y sobre todo, conversar acerca de qué modelo de desarrollo proponemos para el país y cada región. Revisar si el porcentaje de regalías que quedan para cada provincia y municipio es justo, como así también si se prevé adecuadamente el futuro una vez cerrada la explotación minera. Es importante dar lugar a la participación de las comunidades locales y a los pueblos originarios que puedan verse afectados.

—¿Es repudiable la represión contra quienes se manifiestan contra estos proyectos mineros y piensan distinto a los gobiernos en este tema?

—La violencia nunca es buena. Siempre han de buscarse caminos de diálogo. Lo que emerge ahora es la preocupación de algunas poblaciones que quieren hacerse escuchar en sus temores por la contaminación de suelos y aguas. Temores que aparecen porque se instala el tema.