Generaría regalías millonarias para la UNL y el Conicet

Creado en Santa Fe, el milagro genético de los cultivos recorrerá todo el mundo

Se comercializará internacionalmente un desarrollo de científicos locales, que permitió aislar un gen clave y que confiere a los cultivos de soja, maíz y trigo mayor resistencia a la sequía, aumentando la productividad. Elogios de la presidenta Cristina Kirchner.

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La Dra. Raquel Chan, junto al ministro Lino Barañao, durante la presentación ayer del desarrollo científico que otorga a los cultivos mayor resistencia a la sequía sin perder productividad. Foto: Télam

 

Redacción El Litoral / Prensa UNL

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Un desarrollo científico realizado por investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del Conicet local podrá ser comercializado internacionalmente a partir de un convenio firmado entre la empresa estadounidense Arcadia Biosciences y Bioceres, la actual licenciataria de la patente del gen HAHB 4, que le confiere a las semillas la propiedad de tolerar la sequía sin disminuir -y hasta aumentando- la productividad de los cultivos. El invento -que ya está patentado en países como Australia, China y Estados Unidos, además de la Argentina- generará ingresos millonarios a partir de las regalías de la comercialización.

El hecho alcanzó trascendencia pública tras un acto realizado ayer en Tecnópolis y en el que estuvo presente, a través de videoconferencia, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La mandataria habló de las regalías que generaría la comercialización de la patente, que -arriesgó- “serán de u$s 75 millones sólo por lo producido en la Argentina”, y que si se aplicara en el cultivo de soja de todo el mercado mundial implicaría regalías para el Conicet y la UNL por u$s 2.500 millones al año. Se prevé que la semilla resistente a la sequía sea comercializada recién en 2014/2015.

Propiedades

“La planta tiene muchos genes; nosotros tratamos de identificar cuáles de esos genes son responsables de ciertas respuestas de la planta. Entonces aislamos el gen que le confería al girasol la propiedad de tolerar a la sequía”, explicó Raquel Chan, directora del grupo que logró el descubrimiento y actual directora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), dependiente de la UNL y del Conicet. La investigación continuó tras largos años, e incluyó pruebas antes de ser ensayadas en cultivos.

Para la comercialización, la empresa argentina Bioceres y la estadounidense Arcadia constituyeron una empresa conjunta llamada Verdeca, para el desarrollo, la desregulación y la comercialización internacional de eventos transgénicos de soja utilizados para la obtención de semillas. La comercialización del producto a nivel mundial redundará en ingresos para Argentina en materia de retenciones y regalías, además del aumento de la producción y exportación de alimentos.

En los próximos cuatro años, las empresas participantes del acuerdo invertirán 20 millones de dólares para la desregulación de la tecnología. La estrategia regulatoria implica la habilitación comercial en Argentina, Estados Unidos, Brasil, China e India, principales mercados de producción de soja. También se prevé la aprobación para usos alimenticios en la Unión Europea y en Japón.

Regalías

El grupo de investigación que lidera Chan comenzó a trabajar en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL con diferentes subsidios, con el objetivo de aislar el gen. A medida que las investigaciones avanzaban, se consolidó el desarrollo del trabajo a partir de la unión público privada del Conicet, la UNL y la empresa Bioceres.

Como parte del camino del conocimiento y su transferencia a la sociedad, se gestionó la patente de este invento, que es propiedad conjunta del Estado argentino a través de la titularidad del Conicet y la UNL. Su uso y explotación se licenció a la empresa Bioceres por 20 años.

Quiero felicitar a (Raquel) Chan, por su inteligencia y por ser mujer”.

Cristina Fernández de Kirchner

Presidenta de la Nación

“Logro doble”

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El director del Centro Científico Tecnológico Conicet Santa Fe, Mario Chiovetta, dijo que este nuevo avance del desarrollo científico en agrobiotecnología a cargo de investigadores del Conicet-UNL, representa un “logro doble”.

“En primer lugar, resaltamos el natural orgullo de que una institución de Santa Fe esté desarrollando, a través de la Dra. Raquel Chan -científica reconocida en el concierto mundial-, cuestiones que basadas en la ciencia más avanzada puedan trasladarse con capacidad real de éxito al esquema productivo de la región. Santa Fe es la provincia que en términos de exportación de origen agrario tiene un rol decisivo en la Argentina”, destacó Chiovetta.

“El segundo impacto -añadió- es que más temprano que tarde, estas investigaciones se van a volcar directamente a la capacidad de producir riqueza, e indirectamente a mejorar la calidad de vida de la población”.

Este desarrollo científico-tecnológico consistente en que las semillas cuenten con la propiedad de tolerar la sequía sin disminuir la productividad de los cultivos, “resulta de interés mundial pero se trata de un estudio de varios años de investigación que está inserto en nuestra región, lo que contribuye al principio del federalismo”, subrayó el titular del Conicet Santa Fe.

Finalmente, afirmó que “la importancia de la ceremonia de ayer con participación del Estado y de las empresas privadas, es que demuestra que hay caminos que hacen posible trasladar lo abstracto de la ciencia a lo terrenal y cotidiano, que es tender, en definitiva, a mejorar la vida de la gente”.

“Un largo trabajo que hoy da frutos”

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En diálogo con la prensa, el rector de la UNL, Albor Cantard, resaltó muy especialmente el logro de la Dra. Chan y del grupo de investigadores y becarios del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL). “Hablamos de un trabajo de muchos años, con una continuidad de 8 ó 9 años de labor, que hoy empieza a dar sus frutos. Es un orgullo para todos”, subrayó.

Ayer, en Tecnópolis, el rector participó de la firma de un convenio entre la UNL, Conicet y Bioceres, para el desarrollo del gen contra el “estrés hídrico”. “Hubo un segundo convenio entre empresas, Bioceres con Arcadia, ésta última es la firma norteamericana que tramitará en los próximos años las autorizaciones para la comercialización de este producto en todo el mundo”, explicó el rector.

“Todo esto tuvo una trascendencia muy importante, que mereció que esté presente el ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Lino Barañao, y que estemos en comunicación vía satélite con la presidenta Cristina Fernández”, destacó el abogado.

En los convenios se estipulan regalías muy importantes previstas tanto para el Conicet como para la UNL. “La presidenta arriesgaba algunas cifras. Habló de 75 millones de dólares anuales (a nivel nacional) en el caso de la utilización de este desarrollo en los productos agrícolas alimenticios, como soja y girasol. Se si comercializara a nivel mundial, este desarrollo generaría regalías por 2.500 millones de dólares anuales”, agregó Cantard.