En la apertura del año judicial
Gastaldi convocó a una Justicia que dé respuesta a los excluidos
“Muchísimas personas están en una situación que ha sido definida como ‘ajurídica’. Es decir, no están contempladas por la realidad de los derechos”. Foto: Mauricio Garín.
Apuntó a que un amplio sector de la sociedad queda fuera de la concepción clásica de la protección de los derechos, y que los jueces deben estar preparados para atender esa situación.
De la redacción de El Liltoral
La presidenta de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, María Angélica Gastaldi, instó a los jueces a despegarse de “la burocratización y el dogmatismo”, para atender situaciones individuales que son efecto y causa agravante de los problemas de la sociedad.
Acompañada por sus colegas del Alto Tribunal, y ante el gobernador de la provincia y una nutrida representación política e institucional, la magistrada advirtió que “si entendemos y ayudamos a emprender acciones para desactivar la espiral de conflictividad presente en los miles de litigios, eso nos puede ayudar a encarar las soluciones de una mejor manera, de modo tal que pueda ayudar a las personas que viven esos conflictos. Y evitaremos en alguna medida que se traduzcan en circuitos de violencia más graves, con lo cual contribuiremos a la concreción de uno de los objetivos primordiales del derecho”.
Al respecto, subrayó “la profunda relación entre la democracia y el derecho”, en la medida en que la primera “tiene el desafío de hacer posible vivir en la libertad más amplia para todos, y que todos podamos convivir al mismo tiempo. Y ése es el rol que se ha asignado al derecho desde entonces: proteger a los individuos, al mismo tiempo, posibilitar el orden social”.
A continuación delimitó lo que sería el eje central de su exposición, al referirse al hecho de que “muchísimas personas están en una situación que, bien puede decirse con Slokar, es ‘ajurídica’. Esto es, ignorados por la realidad de los derechos. Ésa es la situación de una amplia capa de la población.
“Pensemos por un solo momento si serán iguales las percepciones e ideas que tenemos del derecho quienes estamos en este acto y las que pueden llegar a tener aquellas personas que no tuvieron nunca una sola seguridad jurídica de nada, ni vivienda, ni digna, ni nunca contrataron. Y de seguir esta situación, difícilmente firmen alguna vez un contrato de alquiler, o puedan adquirir otros bienes que los de subsistencia; ni van a tramitar una licencia de conducir automotores, ni a salir y volver a entrar al país, ni puedan expresar opiniones o publicar sus ideas por la prensa. Lo que sí es probable es que muchas de estas personas aparezcan como sujetos muy tenidos en cuenta por el derecho penal”, sostuvo.
Al respecto, Gastaldi hizo notar que “las palabras consagratorias de derechos que se declaran como fundamentales, distan de las vivencias de inmensos sectores de la población. Y no se trata de disfuncionalidades individuales, sino colectivas y masivas. Por ende, sociopolíticas, y van a repercutir diariamente sobre la judicatura.
“Hay también toda una inmensa conflictividad de orden político que está implicada en los fenómenos de inestabilidad económica, penurias, inseguridad laboral; con repercusiones para las personas como la impotencia para encauzar sus vidas, la desvalorización humana, enfermedades, pérdida de cobertura social, morosidad, violencia, maltrato, conductas autodestructivas que repercuten sobre todo el entramado social”, añadió.
Llegado este punto, la presidenta de la Corte dejó en claro que “los jueces enfrentados a lo real ya no pueden acudir a dogmatismos establecidos en búsqueda de certezas. El derecho ya no se ve como algo de sentido único y uniformador de las conductas sociales, sino como algo maleable y orientado a soluciones individualizadas. Y ésta es la complejidad del derecho, que a la vez alienta litigiosidad”.
No escapó a su exposición que los principales problemas a los que estaba aludiendo son incumbencia de políticas públicas atinentes a la distribución de los bienes sociales. Pero mientras éstas no cumplen su objetivo, “en la impotencia de las privaciones, se buscan caminos individuales, que también por multiplicadas vías recalan en los tribunales”, advirtió.
“Al influjo de esta potenciación de la judicatura, en el imaginario colectivo se instala y multiplica la idea de los tribunales como lugar donde debería realizarse ‘la justicia’ con mayúsculas. Como dice Antoine Garapon, una instancia de concreción de una acción ciertamente más individual, pero más próxima, concreta y permanente que los propios mecanismos de representación política”, dijo.
Para Gastaldi, “los jueces, si hemos de cumplir con las misiones del derecho, no podremos responder a la conflictividad que se nos presente con burocratización, dogmatismo o con más violencia que espiralice las frustraciones y los conflictos. Por ello, debemos potenciar toda nuestra inteligencia y todos los mecanismos que permitan negociar esta conflictividad en un sentido tal que no la incrementemos”.