Colón institución divorciado del Colón equipo

Sobran ladrillos y faltan paredes

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Peratta salvó, Pérez lo hizo. Como Pablo por su casa. Para colmo de males, el “Fantástico” Pablo Pérez -ex jugador de Unión y clave en el ascenso- puso el 1 a 0 con una facilidad asombrosa, metiéndose entre varias camisetas sabaleras y colocándola lejos de Pozo. Antes, Newell’s había errado mucho y Peratta le sacó tres pelotas espectaculares a los jugadores de Colón. Foto: Flavio Raina

Otra derrota escandalosa en Santa Fe después de la siesta ganando 2-0 el clásico. Ayer, fue 3-0 contra Newell’s, que hacía una rueda no ganaba fuera de Rosario. Insultos para todos.

 

Darío Pignata

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La misma institución de la Argentina que -lejos y por goleada- más plata gastó en ladrillos para agrandarse como nunca en obras (estadio modelo, predio de lujo y hasta un hotel propio), como si fuera millonaria, pasa marginalmente a una pobreza “franciscana” a la hora de levantar paredes para hacer tres toques seguidos en una cancha. Hace rato que el fútbol profesional de Colón no tiene rumbo. Puede que sus dirigentes estén plagados de buenas intenciones, entre ellas sumar a Batistuta, pero sin manager o con manager la historia no cambia. Al menos por ahora.

Casualmente, hasta acá, los únicos que salen ilesos del tsunami de insultos son el “Bati” y Sensini, que tiene tres partidos en el banco.

Porque las postales del final fueron las mismas, pero con la bronca subiendo a flor de piel, tanto como la temperatura de ayer en la ciudad de Garay. Las estadísticas marcan que Colón es el equipo que más partidos perdió en casa en el fútbol argentino. Entonces, mientras Lerche pone el grito en el cielo porque el estadio no está municipalmente habilitado, la gente explota en bronca porque el Cementerio de los Elefantes hace rato que está cerrado, clausurado y sin uso: cualquiera saca un puntito acá, cualquiera gana al trotecito. A contramano de la historia. Y lo peor que le puede pasar a un club de fútbol popular y pasional como es Colón es desconocer su historia y traicionar su esencia.

Hace tiempo que Colón, con la excusa del dinero, perdió humildad e incorporó soberbia. No sólo cuando uno escucha la retórica de un presidente que siempre parece tener una hoja más que el libro. Sino también en la actitud de algunos plateístas que se piensan que son hinchas del Madrid y están sentados en el Bernabeu, exigiendo siempre ganar, gustar y golear, con tolerancia cero cuando las cosas no salen. Y también en la insoportable levedad de algunos jugadores que, definitivamente, vinieron a pasear.

La historia es que no se pueden ir todos para que no quede ni uno solo -como implora la gente- porque Colón está siempre por encima de los hombres y los nombres. Y porque quedan 14 partidos, que ponen en juego 42 puntos, de los cuales a la mitad hay que pelearla en Santa Fe. Con el microclima de ayer, adentro y afuera, la empresa asoma como complicada si no hay un golpe de timón.

De la misma manera que acertó la estrategia política/marketing para posicionarse y posicionar a Colón como nunca en el establishment del fútbol argentino al lado de Grondona en AFA, el mismo Lerche fue el primero en darse cuenta que con la pelotita no iba ni para atrás ni para adelante. Con las obras, lo mejor que estaba por venir, llegó. Con el fútbol, no.

Entonces, puso todas las fichas al máximo goleador de la Selección Argentina como manager y rápidamente Gabriel Omar Batistuta entró en funciones. Ayer dio la impresión -aunque puedan revertir esta imagen- de que el uruguayo Alcoba no es más que alguien de abajo y que Gracián por algo no jugó en los últimos clubes donde estuvo, porque el partido de ayer era para que el “10” se pusiera el equipo al hombro y no para que se parara de “4” a 90 metros del arco de enfrente. Cuesta creer que estos dos refuerzos le puedan dar un plus de calidad al equipo. Ojalá me equivoque.

En este Colón todo está patas para arriba. Por eso Higuain salva un gol, al bajar corriendo como si fuera defensor. Y la gente también debe hacerse cargo de sus contradicciones: le piden a los dirigentes que “echen a los viejos”, en referencia a los jugadores de nombre y de más edad. Pero silban cuando sale el chico Graciani, que es cierto que no jugó bien los dos últimos fines de semana, pero apenas tiene un puñado de partidos en Primera.

Si bien no es momento de rescindir contratos, alguien le podría haber avisado a Sensini que la sola presencia de Leandro González era un foco de conflicto cuando tocara la pelota. ¡Cómo será la resistencia que lo silbaron cuando la voz del estadio dio la formación de Colón!. Así, de más está decirlo, es imposible.

El partido se terminó con las expulsiones más que con los goles. Este Colón no está para hazañas. En el receso, Lerche y Batistuta deberán tomar de una vez por todas el toro por las astas. Llegó el momento de no pensar tanto en ladrillos y ocuparse más de las paredes. Esas que hace rato Colón no levanta en una cancha de fútbol.


 

/// SÍNTESIS

COLóN 0

NEWELL’S 3

Colón: Diego Pozo; Maximiliano Caire, Gerardo Alcoba, Ariel Garcé, Bruno Urribarri; Gabriel Graciani, Adrián Bastía, Iván Moreno y Fabianesi, Leandro González; Federico Higuaín y Esteban Fuertes.

Director técnico: Roberto Sensini.

Newell’s: Sebastián Peratta; Cristian Díaz, Santiago Vergini, Víctor López, Leonel Vangioni; Pablo Pérez, Diego Mateo, Lucas Bernardi; Leandro Torres, Maximiliano Urruti y Víctor Figueroa.

Director técnico: Gerardo Martino.

Gol en el primer tiempo: a los 46 minutos, Pérez (N).

Goles en el segundo tiempo: a los 42 minutos, Tonso (N) y, a los 49, Urruti (N).

Cambios en el segundo tiempo: a los 8 minutos, Martín Luque (C) por González; a los 16, Leandro Gracián (C) por Graciani; a los 20, Martín Tonso (N) por Torres; a los 26, Javier Chevantón (C) por Urribarri; a los 31, Hernán Villalba (N) por Figueroa y, a los 36, Guillermo Ortíz (N) por Díaz.

Incidencias en el segundo tiempo: fueron expulsados, a los 24 minutos, Moreno y Fabianesi (C) y, a los 38, Alcoba (C).

Árbitro: Mauro Vigliano.

Estadio: Brigadier General Estanislao López.

Sobran ladrillos y faltan paredes

La que antes entraba...

La única jugada de toques.

La armaron entre Iván Moreno y Esteban Oscar Fuertes. Le quedó el arco al volante-goleador de Colón pero prefirió asistir al “20”, que mano a mano con Peratta no pudo empujarla al gol. Además de ser un muy buen arquero, el “1” de Newell’s contó con la fortuna a su favor con esta jugada que pudo cambiar la historia. Foto: Flavio Raina

 

Sobran ladrillos y faltan paredes

Ahora se le queda atrás

 

Peratta: buen arquero y suerte

Cuando todo parecía indicar que Fuertes sumaría un gol más a su cargada valija de festejos sabaleros, increíblemente la pelota se le quedó atrás, casi pegada a la espalda de un Peratta que se recuperó y la atrapó antes que viajara al gol. Al “Bichi” le está costando mucho, pero el equipo equivoca camino tirándole pelotazos casi siempre, menos en esta jugada. Foto: Flavio Raina

BAJO LA LUPA

POZO (4): hace tiempo que aparece bajo los caños con una mezcla de fastidio y desgano, como si le pasara algo extrafutbolístico. Y esto va más allá de la responsabilidad en los goles, aunque hace rato que no “salva” a Colón como antes.

MAXI CAIRE (4): se desdibujó por completo, después de dos muy buenos partidos contra Olimpo y Colón. Volvió a mostrar ese lado de jugador con dudas, inseguro y dando ventajas.

GARCE (6): lejos, el mejor de la defensa. El “Chino”, con la responsabilidad de manejar la última línea sin Pellegrino, jugó un partido interesante, casi en soledad.

ALCOBA (4): arrancó pifiando una pelota increíble, se acomodó un poco, fue a buscar bien de arriba pero terminó cometiendo una falta innecesaria, lejos de la zona de fuego y viendo la roja por doble amarilla.

URRIBARRI (4): se transformó en un lugar vulnerable de la defensa, donde no ofrece marca y tampoco proyección. Incluso los rivales se dan cuenta y atacan por ese lado.

GRACIANI (4): se dieron dos cosas a la vez. Por un lado, evidentemente, el chico bajó su nivel de juego. Pero, por el otro, el equipo lo mató a pelotazos en una tarde de 50 grados adentro de la cancha. Inadmisible que se silbe un pibe del club.

BASTIA (5): hizo lo que pudo, en base a un gran amor propio, con mucha garra y despliegue. Pero a esta edad y en una jornada como la de ayer, no puede jugar como el único “5” del equipo.

MORENO (5): era, claramente, el más peligroso de todos para Peratta. Venía de armar una linda pared con Fuertes pero reaccionó mal frente al juez y vio la roja.

LEANDRO GONZALEZ (3): no jugó de nada. No fue volante adelantado, no fue delantero. Como era de esperar, la gente se la agarró con él y no quedó otra que sacarlo. Bajísimo nivel.

HIGUAIN (5): nunca quedó claro como debían triangular los tres de arriba, pero por lo menos fue el que más la pidió y siempre la buscó. Solo contra el mundo, no pudo.

FUERTES (4): el “Bichi” ya no está para salvar al equipo, menos en una tarde como ayer. Tampoco lo colectivo ayuda, aunque ayer le quedó una -pared con Moreno- y perdió con Peratta.

LUQUE (4): es el típico caso del buen jugador -nadie duda de eso- que perdió la confianza y le toca entrar cuando las papas queman. Hay que rescatarlo como sea.

GRACIAN (3): terminó, por momentos, parado de “4” y buscando la pelota ahí, jugando o intentando jugar como en los años ‘50. Inentendible para alguien que jugó en Vélez, Boca e Independiente.

CHEVANTON (-): entró a jugar arriba al lado de Fuertes cuando ya Colón era un manojo de nervios, adentro y afuera de la cancha. No pudo el uruguayo hacer nada.