Un holandés solidario

TEXTOS. MÓNICA RITACCA. FOTO. MAURICIO GARÍN.

DE PASO POR SANTA FE. “En Holanda, donde vivo, hay mucha gente que ayuda a instituciones del mundo. El nivel adquisitivo del país es elevado, por lo que a la hora de colaborar con quienes más lo necesitan nadie lo duda. Mis padres tienen amigos que, a su vez, tienen amistades en Argentina, puntualmente en Santo Tomé. A través de ellos me enteré de una entidad de Santa Fe que trabaja con personas ciegas o disminuidas visualmente, la Asociación Nueva Cultura, y que recibe ayuda de gente de Holanda. Aprovechando una experiencia universitaria que voy a realizar en Buenos Aires, opté por viajar antes y pasar por Santa Fe para conocer de cerca el trabajo de la institución. Concretamente estoy armando un blog para la gente de mi país, ya que muchas personas colaboran sin saber qué es lo que hacen aquí. Me parece que difundir a través de un blog en internet lo que realiza Nueva Cultura contribuirá a que las personas de mi país que ayudan lo sigan haciendo y otras se sumen. En definitiva, mi paso por Santa Fe tiene que ver con un interés particular de conocer la asociación y poder ayudarla de alguna manera, como es la creación de un blog para que los holandeses la conozcan de cerca”.

OTRA CULTURA. “Varias cosas me llamaron la atención de esta ciudad. Una de ellas es que pese a la cantidad de habitantes que tiene parece un pueblo. No hay tantos edificios como creía. Otra cosa es la costumbre de dormir la siesta. En Holanda no existe eso de utilizar parte de la tarde para acostarse a descansar. Allí se trabaja de 9 a 17, y después cada uno a su casa a disfrutar lo que queda del día. Tampoco se ven niños o adultos limpiando los vidrios de los autos o gente que viva en casas de chapa. Nadie vive en construcciones así, tan precarias. También me llamó la atención la tradición del mate. Lo probé, pero no me gustó. Me da un poco de impresión que una misma bombilla pase por varias bocas. La noche también es diferente. Allá los jóvenes salimos, a más tardar, a las 23 horas y retornamos a nuestras casas a las 2 de la mañana. Acá, en cambio, recién salen a esa hora. Culturalmente, el argentino y el holandés son muy diferentes. De cualquier manera, destaco lo abierta que es la gente. Todas las personas con las que conversé durante mi estadía me preguntaban sobre Holanda y se mostraron solidarias conmigo”.

ESTUDIAR EN BUENOS AIRES. “Vine a la Argentina con la principal intención de estudiar Economía en Buenos Aires. El intercambio en algún país es algo que nos exigen en la Universidad de Amsterdam, ya que estudio una carrera internacional. Podía optar por Francia, España, Alemania... Pero elegí este país justamente porque quería conocer un lugar culturalmente diferente al mío. Vine por seis meses, aunque por cuestiones de estudio sólo un cuatrimestre. El primer mes lo pasé en Santa Fe y el último recorreré otros lugares. En agosto, si todo resulta como lo planifiqué, regresaré a Holanda. Mientras tanto, me comunico con mi familia y mis amigos por internet”.

FAMILIA. “Mis padres me apoyan en todo lo que hago, inclusive en ésto. Tengo 3 hermanos, dos mujeres y un varón, que son mayores que yo. Tienen 27, 25 y 23 años. Una de mis hermanas también hizo esta experiencia de estudiar en otro país, pero ella eligió Finlandia y España. Agradezco mucho a mi familia. Nunca me faltó nada, siempre tuve todo. De todas maneras, la vida que llevo en Holanda no tiene nada particular con respecto a la de otros jóvenes. Estudiar durante un tiempo en otro país es algo común allá, algo que hacen todos los estudiantes universitarios y que es tomado con absoluta normalidad”.