Tribuna de opinión

Desde la fragmentación al Sistema Único Integrado de Salud

Mgter. Dr. Miguel Ángel Cappiello

La fragmentación de los sistemas de salud se define como la coexistencia de muchas unidades o entidades no integradas en la red de servicios de salud. Al respecto, un artículo reciente de OPS, CEPAL y PNUD “El Sistema de Salud Argentino y su Trayectoria De Largo Plazo: Logros Alcanzados y Desafíos Futuros”, sostiene que el sistema de salud nacional padece de tres tipos de fragmentaciones que obstaculizan la construcción de un sistema equitativo: fragmentación de derechos, regulatoria y territorial.

Hemos dicho que nuestro proyecto de salud es el de garantizar la accesibilidad, equidad, universalidad y gratuidad en los casos que corresponda. La fragmentación de derechos, dice el documento citado, “es fuente de inequidades e ineficiencias que reclaman reformas importantes tendientes a lograr mayor integración entre los subsistemas” y que “la multiplicidad de fuentes de financiamiento, con una fuerte participación de recursos de base contributiva, es un obstáculo importante pero no insalvable para lograr un sistema integrado y equitativo”.

Nosotros ya afirmamos que el sistema integrado que pretendemos es la entrega de servicios de salud de forma tal que las personas reciban un continuo de servicios preventivos y curativos de acuerdo a sus necesidades a lo largo del tiempo y a través de los diferentes niveles del sistema, partiendo de la estrategia de atención primaria de la salud hasta la máxima complejidad. La ley de Salud enviada a la Legislatura de Santa Fe pone un marco regulatorio para que no esté ausente la visión integradora (fragmentación regulatoria), tiene media sanción de Diputados y aún no ha sido tratada en Senadores. Tampoco se trató en el Congreso Nacional el Proyecto de Sistema Único de Salud presentado por legisladores del FPCyS de Santa Fe.

Existen diferencias de accesibilidad y equidad en los cinco Nodos de la provincia, lo que también sucede en el resto del país, creando serias desigualdades territoriales. Como resultado de esta fragmentación territorial, nuestro proyecto de salud integra los hospitales a la estrategia de atención primaria y crea redes de servicios para obtener mejores resultados. Prueba de ello ha sido la disminución de la mortalidad infantil a un dígito y la mortalidad materna, sólo para citar algunos. Entonces hay que trabajar en una reforma y fortalecer la presencia del Estado, quien debe garantizar los derechos de los que menos tienen (fragmentación de derechos).

Nuestro programa está basado en la planificación estratégica. Es necesario contar con metas claras a largo plazo. Así, la solución del sistema de salud requerirá la intervención de todos para realizar reformas consensuadas, como el Plan Estratégico de nuestra Provincia construido por quienes participaron en las Asambleas Ciudadanas. Existen numerosos factores que trascienden al sector y tienen gran incidencia sobre la salud, que deben ser considerados al diseñar las políticas sanitarias.

Ahora bien, qué significa confrontar la planificación normativa con la estratégica. Decía la Profesora María del Carmen Troncoso, “poner cara a cara dos modos de planificar”. Esto signfica ponernos ‘cara a cara‘ para resolver cómo construir un sistema de salud, no sólo para los santafesinos, sino para los argentinos.

Sucede que son momentos importantes en el país, de cambios, propicios para dar esta discusión, para pensar en la integración, como también propone el artículo mencionado.

Hace tiempo, en ocasión del Cofelesa, citaba al Premio Nobel de Economía Paul Krugman, quien escribió: ‘El ser progresista significa pretender programas de salud universales’. Y eso queremos. Un sistema público de salud universal en el acceso a los niveles de asistencia, gratuito, equitativo, integral a efectos de garantizar la promoción y la prevención, la curación, la rehabilitación y resolviendo cada caso en los niveles de complejidad adecuados. Y participativo, conforme a las formas organizativas de cada lugar. Esto se vincula con la política de Estado que estamos llevando adelante desde el gobierno, con la regionalización, la participación, que han permitido construir, entre muchos, el plan estratégico de la provincia de Santa Fe, en el marco de la gestión iniciada por Hermes Binner.

Hay una gran necesidad de superar la fragmentación pero fundamentalmente de trabajar para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Y no podemos cometer los errores que otros cometieron en este camino para lograrlo, porque por ellos hay miles de argentinos que no pueden acceder a la salud.

El artículo de OPS al que estamos haciendo referencia dice que en Argentina se gasta el 10% del PBI en salud. Ustedes saben que Argentina destina casi el 8% de su producto bruto a la salud. Y en el convencimiento de que la salud es una inversión, y que de ninguna forma debe determinarse como un gasto, y si tenemos en cuenta los recursos que destinan a ella Nación, Provincia, municipios, comunas, obras sociales nacionales, provinciales y el PAMI, tenemos una masa de recursos que, de ser utilizados más eficientemente, evidentemente tendríamos la calidad de atención que todos los argentinos merecemos y queremos.

No es imposible. Esta discusión no se da solamente en Argentina sino en otras partes del mundo. Sabemos que los recursos no son ilimitados y mucho menos en salud. Siempre hacen falta porque los avances tecnológicos y en tratamientos vuelven al costo en salud cada vez mayor. Tenemos que trabajar en modelos de protocolos y evitar la extrema judicialización de la salud.

Evidentemente los intereses que no quieren que se unifique el sistema hacen que el camino sea difícil. Son los mismos intereses que se llevan una parte sustancial de los recursos que deben ser destinados a la atención. Y en salud se pierde, por ejemplo, si fraccionamos la compra de medicamentos, si fraccionamos la posibilidad de contratar, porque perdemos esa capacidad que tenemos los Estados de establecer precios y de fijar políticas públicas de acuerdo al interés general.

Hay que integrar lo público con lo privado, pero fuertemente hacer una integración de los principales financiadores para lograr ese modelo de atención. Debemos integrar los esfuerzos que distintas comunas y municipios hacen aportando y ayudando al modelo SAMCO, que viene de la descentralización de los servicios de salud de mediados del siglo pasado. Estamos en etapa de proponer alternativas que permitan mejorar estos servicios e integrarlos plenamente a un sistema de complejidad creciente. Este paso que hemos dado en Santa Fe de regionalizar la provincia es fundamental para poder integrar también el sistema de salud. Pero, además, integrarlo al sistema productivo y al sistema social.

Luego está todo el sistema de la seguridad social, donde indudablemente si se pudo descentralizar el sector público, por qué no poder pensar en descentralizar el sector de la seguridad social.

Estamos hoy ante una crisis global que es la crisis del Estado de Bienestar. Ésta tiene solución si pensamos en una alternativa que involucre a la sociedad en su conjunto en la defensa de sus derechos y demandas. Y ésta es una construcción piramidal que nos va a permitir una amplia base de sustentación, pensar en una conducción nacional y un modelo nacional de salud.

Si nosotros no logramos movilizar a la participación a los sectores necesitados del programa de salud, vamos a terminar siempre discutiendo en una habitación los valores que tiene la integración, pero siempre se agotan en el propio entusiasmo de cada uno de los que hagamos estas mesas de debates. Necesitamos avanzar y ese avance se da involucrando a la participación. Por eso, realmente, es un momento importantísimo. Si volvemos a fallar, creo que comenzaremos a asumir la culpa con plenitud. Todavía me resisto a eso.

(*) Ministro de Salud de la provincia de Santa Fe