Se hará efectiva mañana

La elección de Joachim Gauck como presidente de Alemania es “un trámite”

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Todo listo. El exterior del Palacio Bellevue, sede de la presidencia alemana, en Berlín.

Foto: Agencia EFE

La elección del pastor luterano y antiguo disidente de la RDA Joachim Gauck como nuevo presidente de Alemania este domingo por la Asamblea Federal será un puro trámite, ante el abrumador respaldo del gobierno y la gran mayoría de la oposición.

 

De la redacción de El Litoral

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Agencia EFE

Será la primera vez en la historia de la República Federal de Alemania que un candidato a la jefatura del Estado es apoyado por mas de un millar de los 1.240 miembros que componen la Asamblea Federal, formada por los 620 diputados del Bundestag, la cámara baja, y otros tantos delegados de los 16 parlamentos regionales.

Nominado por la oposición socialdemócrata (SPD) y Verde, su candidatura fue avalada posteriormente por el Partido Liberal (FDP), socio menor de la coalición gubernamental, y la Unión de cristianodemócrata y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) que lidera la canciller, Angela Merkel. Para sorpresa de propios y extraños, Merkel renunció a un candidato propio y cedió a la presión de la oposición y de su socio liberal tan solo dos días después de la dimisión en febrero del anterior jefe del Estado, el cristianodemócrata Christian Wulff, acosado por un escándalo de corrupción y tráfico de influencias.

Con Wulff, la canciller sufría la segunda baja presidencial en menos de dos años, después de la dimisión en la primavera de 2010 del anterior máximo mandatario, el también cristianodemócrata Horst Köhler, en esa ocasión por unas polémicas declaraciones en las que justificó las misiones militares alemanas en el extranjero por motivos económicos.

Sobre los hombros de Gauck está ahora la responsabilidad de devolver a la Presidencia de Alemania, un cargo de contenido simbólico y representativo, la autoridad moral perdida, si bien la gran mayoría de los alemanes, según las encuestas, consideran que es la persona adecuada para conseguirlo.

El prestigio de Gauck se basa en su rebelión contra el régimen comunista de la extinta RDA desde su púlpito en la germano oriental ciudad de Rostock, pero sobre todo por su labor tras la caída del Muro de Berlín como primer responsable de la custodia de los archivos de la Stasi, la otrora todopoderosa policía política que controlaba de manera orweliana a los ciudadanos del Este del país.

Elección cantada

La esperada elección de Gauck, de 72 años, traerá consigo además que la RFA cuente por primera vez en su historia con dos dirigentes procedentes de la extinta RDA y de confesión evangélica ante el mismo origen de la canciller federal, Angela Merkel.

El pastor evangélico tendrá como única rival relevante en la votación que se celebrará en el histórico edificio del Reichstag a la cazanazis Beate Klarsfeld, candidata presentada por la formación de La Izquierda, partido que no fue invitado a la reunión en la Cancillería para consensuar al aspirante mayoritario.

Con 124 delegados en la Asamblea Federal, La Izquierda y su candidata carecen de posibilidad alguna, si bien el partido que agrupa a los excomunistas germano orientales y a disidentes del SPD espera poder arañar algún voto inconformista del resto de las formaciones.

Puramente anecdótica es la candidatura del revisionista de la ultraderecha Olaf Rose, quien entre otras cosas sostiene que Rudolf Hess, lugarteniente de Adolf Hitler, no se suicidó a los 93 años en la cárcel berlinesa de Spandau, sino que fue asesinado por los aliados.

Rose es el candidato presentado por el ultraderechista Partido Nacionaldemócrata (NPD), cuya ilegalización discuten el resto de las formaciones y que cuenta con tan solo tres delegados en la Asamblea Federal salidos de su escueta representación en las cámaras regionales alemanas.

Tras la cantada elección de Joachim Gauck como nuevo jefe del Estado alemán, el undécimo en la historia de la RFA, se espera que este mismo lunes asuma sus funciones, aunque no jurará su cargo ante el Bundestag hasta el viernes próximo.

El pastor evangélico tendrá como única rival relevante en la votación que se celebrará en el histórico edificio del Reichstag a la cazanazis Beate Klarsfeld, candidata presentada por la formación de La Izquierda.

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Joachim Gauck: hay un amplio acuerdo para que se convierta mañana en el nuevo presidente alemán.

Foto: Agencia EFE


Murió “Iván el Terrible”

El criminal nazi John Demjanjuk, conocido como “Iván el Terrible” y condenado en 2011 por el asesinato de 28.060 judíos, falleció a los 91 años en un asilo de ancianos de la ciudad alemana de Bad Feilnbach, en Baviera.

Nacido el 3 de abril de 1920 en Dubovi Makarensy (Ucrania), Demjanjuk fue reclutado por el Ejército Rojo para luchar contra la invasión alemana en 1941.

Cayó prisionero en mayo del año siguiente y fue enviado al campo de detención de Chelmno (Polonia), donde aceptó colaborar con las SS alemanas.

Tras recibir entrenamiento en el centro de formación de Trawniki (Polonia), recibió un arma y un carné que le identificaba como guardián de las SS, con el número de inscripción 1393, según los archivos alemanes.

En marzo de 1943 fue enviado al campo de exterminio de Sodibor (Polonia), donde ejerció como guardia hasta septiembre, periodo en el que unos 29.000 judíos, la mayoría polacos, fueron asesinados en las cámaras de gas.

Tras Sodibor, donde estaba encargado de conducir a las víctimas desde los vagones del tren a las cámaras de gas, estuvo en los campos de concentración de Majdanek (Polonia) y Flossenburg (Alemania).

En 1947 trabajó como conductor en una empresa estadounidense en Regensburg (Alemania), donde se casó con una ucraniana y en 1950 tuvo una hija nacida en Ulm.

La familia emigró a Estados Unidos en 1952 y el cambió su nombre de pila de Iván a John y obtuvo la nacionalidad estadounidense en 1958. Se instaló en Indiana y después en Cleveland (Ohio), donde trabajó en la compañía Ford. Otros dos hijos suyos nacieron en EE. UU.

En 1975 su nombre figuró en una lista del gobierno soviético de antiguos colaboradores de los nazis que habían emigrado a Estados Unidos.

Al iniciarse las investigaciones, cinco supervivientes del campo de concentración de Treblinka (Polonia) reconocieron a Demjanjuk como el guardián “Iván el terrible”, llamado así por sus atrocidades.