Cada vez es más difícil venir a la capital a seguir una carrera

Estudiar en Santa Fe costará más de 3 mil pesos por mes

Redacción El Litoral / Prensa UNL

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Para el ciclo académico 2012, la canasta universitaria -es decir, el consumo promedio de bienes y servicios de un estudiante que llega a la ciudad para estudiar una carrera- será de 3.035 pesos, lo que representa un aumento del 22,3 % respecto del año anterior, cuando ese monto era de 2.481 pesos. Alquileres, material de estudio y coberturas médicas son los rubros que más aumentaron, y que más impacto tendrán en los siempre flacos bolsillos estudiantiles.

El dato se desprende de un relevamiento realizado por el Observatorio Social de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) durante febrero de este año, que estimó el costo promedio de una canasta básica de referencia típica de estudiante universitario que no es de Santa Fe y que inicia los estudios y debe instalarse en la ciudad capital. En el estudio, se observa que algunos rubros tuvieron un aumento mucho mayor que otros. Éste es el caso de los alquileres inmobiliarios, del material de estudio para las distintas materias, de los servicios de medicina prepaga y de Internet, entre otros.

Alquileres y prepagas

El promedio de alquiler de un departamento de una habitación en la zona denominada “entre bulevares” será de 1.360 pesos este año -más impuestos y expensas-, mientras que en 2011 era de 1.033 pesos. En materiales de estudio un alumno deberá gastar en promedio por mes 136 pesos, mientras que el año pasado el gasto era de 83 pesos. En Internet (se calcula 16 horas mensuales en cyber) el costo actual es de 110 pesos, contra de 80 pesos en 2011.

El otro rubro que más aumentó es el de la medicina prepaga. La UNL ofrece a los alumnos una cobertura de Obra Social a través de un convenio con la empresa Nueva Medicina. El alumno debe abonar una cuota mensual de bajo costo para acceder. Este año el monto de cobertura de salud es de 102 pesos, mientras que en 2011 era de 83 pesos.

Comida y transporte

A diferencia de años anteriores, en 2012 el rubro que menos aumento tuvo en porcentaje fue la comida, sólo un 9 %. El año pasado el costo que representaba a un estudiante alimentarse era de 906 pesos, mientras que este año será de 990 pesos. El relevamiento contempla cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena) preparadas en casa y según menú semanal sugerido por nutricionistas.

En transporte, se considera que el alumno se traslada una vez por mes a su ciudad de origen a visitar a sus familiares. En ese sentido, se tuvo en cuenta a los alumnos que provienen principalmente de ciudades del interior de nuestra provincia como ser Rafaela, Venado Tuerto, Reconquista, Tostado, Vera, Ceres. En tanto, para el traslado del alumno desde su casa a la facultad se estiman 40 viajes ida y vuelta en colectivo urbano al mes. De esta manera, el costo promedio que un estudiante tiene en viajes es 155 pesos. En 2011, ese costo era de 147 pesos.

Otras de las necesidades que tienen los estudiantes para mantener su hogar es la limpieza e higiene. Así, el gasto de artículos de higiene personal y limpieza asciende a 67 pesos en promedio por mes (en 2011 era de 48 pesos). En recreación (una entrada cine más una salida a tomar, algo más una entrada al boliche) un joven puede gastar en promedio 115 pesos mensuales (en 2011 era de 102 pesos).

Alquileres

es el rubro que más aumentó.

Un departamento de una habitación en la zona “entre bulevares” -más impuestos y expensas- cuesta 1.360 pesos; en 2011 salía 1.033 pesos.

Comida

fue el rubro que menos aumentó:

sólo 9 %. Este año, un menú mensual -y hogareño- de cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena) costará 990 pesos.

La metodología

Este relevamiento de la canasta universitaria se viene realizando desde 2004 por el periódico universitario El Paraninfo. Sin embargo a partir de 2010 lo lleva adelante el Observatorio Social de la UNL, que está dirigido por Roberto Meyer. El relevamiento este año estuvo a cargo de Beatriz Spagni. La metodología usada en primera instancia fue recurrir a un indicador simple de precios, basados en una canasta de artículos ideal o promedio de un joven que llega desde una ciudad o pueblo del interior a estudiar a Santa Fe.