Peckinpah: el genial provocador

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Sam Peckinpah en medio de un rodaje.

En 2011 se rodó la remake de “Perros de paja”, la obra maestra dirigida por Sam Peckinpah, en 1971. Un cineasta que reelaboró el western en los ‘60 y generó controversia por su manera de “filmar” la violencia. Repaso de una producción que dejó huellas.

TEXTOS. JUAN IGNACIO NOVAK ([email protected])

 

En un bucólico paisaje británico, un científico en apariencia tímido se enfrenta con un grupo de pueblerinos que abusaron de su mujer. Dos veteranos cowboys se unen para encarar juntos un último trabajo que, de antemano, se encamina al fracaso. Un hombre y una mujer escapan de la ley mientras dejan a su paso un reguero de pólvora. Tras un drama con su hija, un hacendado le pone precio a la cabeza de Alfredo García. Una pandilla de viejos ladrones de bancos enfrenta su destino final. El sheriff Pat Garrett, antes compañero de Billy “The Kid”, lo persigue para entregarlo a la justicia.

Cualquier cinéfilo habrá identificado ya, con esta somera lectura, a qué películas pertenecen estas secuencias, por otra parte inolvidables. Todas ellas forman parte de la filmografía de un tipo llamado Sam Peckinpah, posiblemente uno de los mejores directores del cine norteamericano de los años ‘60 y ‘70. Hoy se lo recuerda por su forma tan particular de mostrar la violencia en sus filmes (una de las marcas de su estilo era el uso de la cámara lenta) y por la controversia que generó entre los críticos y el público por este motivo. Pero su producción va más allá de esa premisa y se preocupa por reelaborar los remanidos códigos de géneros que mostraban signos de decadencia para los albores de la década del ‘60.

Nacido en 1925, dirigió su primer film para la pantalla grande en 1961, bajo el título “Compañeros mortales” (The Deadly Companions) con Maureen O’Hara. Es probable que este film hoy solo sea recordado, en retrospectiva, por haber contado con la dirección de Peckinpah, ya que en su momento tuvo escasa repercusión y no hizo méritos para prosperar. De hecho, algunos críticos marcan la rareza de que el hombre que pocos años más tarde será un integrante esencial del grupo de directores que renovaron al cine norteamericano haya dirigido una película tan desconcertante. Más allá de todo, el cineasta muy pronto dejaría atrás esta experiencia y comenzaría a delinear una serie de obras maestras con sello particular que se prolongaría hasta bien entrados los ‘70.

PRIMEROS PASOS

Randolph Scott era una figura legendaria en 1960. Ya veterano, había logrado un lugar destacado en la historia del western tras protagonizar, en sintonía con el director Bud Boetticher, filmes de bajo presupuesto pero muy bien logrados desde mediados de los ‘50, como “Buchanan cabalga de nuevo” o “Los cautivos”. Aunque algunos años menor, Joel McCrea también era una referencia entre los cowboys: tras numerosos trabajos y a partir de la repercusión de “El virginiano”, de 1946, se había dedicado casi enteramente a este género.

En 1962, Sam Peckinpah los reunió para que protagonicen “Duelo en la alta sierra”. Ácido y triste, el film encuentra a dos viejos pistoleros en horas bajas que, a pesar del avance arrollador del progreso, en el momento de la verdad solo encuentran apoyo en las normas que marcaron sus andanzas. El director daba las primeras muestras de un talento que luego correría a raudales.

El próximo paso que dio Peckinpah resultó en la dirección de “Mayor Dundee”, intensa película ambientada en la Guerra de Secesión de Estados Unidos y protagonizada por un Charlton Heston que ya había sido “Ben Hur” pero todavía no había aterrizado en “El planeta de los simios”, y por un Richard Harris al que aún no habían llamado “Caballo”. Pero, sin dudas, la gran obra maestra que otorgaría a Peckinpah la mayor parte del prestigio que todavía ostenta a casi 30 años de su muerte, llegaría en 1969 y se conocería con el título “La pandilla salvaje” (The Wild Bunch, 1969) un western tan crepuscular como “Duelo en la Alta Sierra”, pero muchísimo más áspero y violento.

TIEMPO DE OBRAS MAESTRAS

Con toda posibilidad “La pandilla salvaje” se ubique entre los mejores westerns filmados. Rodada en 1969, significó un peldaño fundamental que marcó revitalización del género y un pasaje hacia una dimensión más agresiva y crepuscular, donde los aparentemente férreos códigos que caracterizaban al Salvaje Oeste se caen a pedazos. Otros filmes que se sumaron al género en esta época, como “Pequeño gran hombre” (Little Big Man, 1970, Arthur Penn) forman parte de esa relectura.

“La pandilla salvaje” -que se estrenó en la Argentina un 30 de abril de 1970- encuentra a un grupo de veteranos ladrones de bancos acorralados en la frontera mexicana por cazadores de recompensas y el ejército mexicano. Es un amargo relato que muestra el fin de una época: estos hombres son conscientes de que su estilo de vida ya no tiene lugar en un mundo en el que el progreso avanza en forma de industrias y trenes. Pero también es el punto más alto en la filmografía de un director que se animaba ya a mostrar la violencia sin ambages y con cámaras que le toman el pulso al dolor mismo.

Hay que reconocer que buena parte de la condición de clásico del cine que ostenta cuatro décadas después de su estreno se debe a la mano maestra de Peckinpah. Pero también al reparto insuperable: William Holden, Robert Ryan, Ernest Borgnine, Robert Ryan, Edmond O’Brien, Warren Oates y Ben Johnson componen interpretaciones memorables, de esas destinadas a permanecer en la retina por mucho tiempo.

SANGUINARIO SAM

Ya para los primeros años 70’ la crítica norteamericana le había encontrado un apodo que pretendía resumir la rabia que expresaban las películas de Peckinpah: a partir de entonces se lo conoció como “Bloody Sam” (el sanguinario Sam). Y su próximo film no haría más que dar la razón a los creadores del apelativo: “Perros de paja”, la historia de un cauteloso y reservado astrofísico que se muda con su mujer a un pueblo británico y que a pesar de su afabilidad, se ve obligado a una dura réplica ante las cada vez más violentas hostilidades de algunos habitantes del lugar.

Este estudio de la violencia se basó en la novela de Gordon M. Williams “The Siege of Trencher’s Farm” y contó con el protagonismo de Dustin Hoffman, ya devenido en estrella tras ser Benjamin Braddock en “El graduado” (The graduate, 1967, Mike Nichols). Tras su estreno marcó definitivamente el prestigio del director y abrió la polémica: al mismo tiempo que se convirtió en eje de controvertidos artículos en prestigiosas revistas, cosechó críticas desde diversos sectores por su aparente misoginia y su prosaica violencia que algún sector consideró gratuita.

ÚLTIMA ETAPA

Ya constituido un mito, se despachó con un par de obras de altísima calidad e interés. Como “La huida”, con Steve McQueen y Ali MacGraw, donde adaptó una novela del especialista del policial Jim Thompson. O la espléndida “Pat Garret y Billy The Kid”, con un James Coburn inconmensurable y hasta casi siniestro en algunos pasajes. O la surrealista “Quiero la cabeza de Alfredo García”, de 1974.

Lo que vino después en la filmografía “peckinpahniana” no estuvo quizás a la altura de las que hoy se consideran sus obras maestras. Es que las postales de William Holden afrontando su destino con resignada amargura, de Dustin Hoffman con sugestiva sonrisa tras ver sobresalir su costado violento, de Randolph Scott y Joel MacRea enfrentando juntos a un grupo de bandidos que los superan en número y armamento son grandes momentos, destinados a la supervivencia. Y eso, en materia de cine, no es poco. Sam Peckinpah murió el 28 de diciembre de 1984, a los 59 años.

Conjunción de talentos

“La huida” (The gateway), cinta dirigida por Sam Peckinpah en 1972, es una de esas películas que, sin llegar a ser grandes, mantienen su espacio en la historia por la conjugación de los talentos que obraron detrás de su rodaje. Para empezar, está basada en una novela del especialista en policiales Jim Thompson, recordado por su magnífica “1280 almas”. Y el guionista que se ocupó de adaptarla es nada menos que Walter Hill, quien con el tiempo sería director de filmes inolvidables como “48 horas” ó “Gerónimo”.

Luego, cabe revisar el reparto: está encabezado por el gran Steve McQueen, ya entonces famosísimo tras su trabajo en “Bullitt” y una Ali MacGraw que nada tiene que ver con la sensible estudiante de “Love Story”. Y completado por secundarios como Ben Johnson y Al Lettieri (recordado por su papel del Turco Sollozo en “El padrino”) y Slim Pickens (el actor que monta en una bomba atómica en Dr. Insólito, de Stanley Kubrick). Como propina, la música del film está a cargo del legendario compositor Quincy Jones.

Curiosidades

EL PRIMERO

El inicio en el cine de Sam Peckinpah fue en una película de clase B, que hoy permanece vigente: “La invasión de los ladrones de cuerpos” (Invasion of the Body Snatchers, 1956). Don Siegel, director de aquel maravilloso filme sobre una velada invasión extraterrestre, lo convocó para que trabaje como colaborador en el guión y para que participe, a su vez, como actor secundario.

EN TELEVISIÓN

En su paso por la televisión (previo al cine grande) Peckinpah reunió a un grupo de actores que más tarde intervendrían en varias de sus películas. Son los casos de Strother Martin (“The Deadly Companions”, “La balada de Cable Hogue” y “La pandilla salvaje”); Warren Oates (“Quiero la cabeza de Alfredo García”, “La pandilla salvaje”, “Mayor Dundee”) y R.G. Asmstrong (“Duelo en la alta sierra”).

EL ÚLTIMO

“Clave Omega” (The Osterman Weekend, 1983) fue el último título dirigido por Peckinpah. Se trató de un thriller de espionaje basado en la novela de Robert Ludlum que no tuvo la calidad ni el éxito esperados. Sin embargo, el director contó con un reparto de calidad: Rutger Hauer, Burt Lancaster, John Hurt, Dennis Hopper y Chris Sarandon.

STEVE MQUEEN Y ALI MACGRAW SON UNA PAREJA EXPLOSIVA EN LA FUGA, DE 1972_.JPG

Steve McQueen y Ali MacGraw, una pareja explosiva en “La huida”.

DUSTIN HOFFMAN ALCANZ

Dustin Hoffman alcanza pocas veces la intensidad que tiene su interpretación en “Perros de paja”.

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Grandes actores, filmados por Peckinpah en “la pandilla salvaje”.

DUELO EN LA ALTA SIERRA, MARAVILLOSO WESTERN QUE ENCUENTRA A DOS PISTOLEROS CREPUSCULARES_.JPG

“Duelo en la alta sierra”, el western que reunió a Randolph Scott y Joel McCrea.