Podio. “Cacá” Bueno saluda, Mariano Werner mira hacia el cielo y el “Bocha” Trebbiani no puede creer que estaba en ese sitial tan privilegiado. Foto: Agencia Télam

Mariano Werner, con el Toyota Corolla, logró la victoria más importante de su vida. El paranaense se convirtió en el primer ganador del trazado ciudadano de Capital Federal. Según los organizadores, hubo más de 1 millón de espectadores.

Daniel Monticelli

(Enviado especial a Buenos Aires).

[email protected]

Como la mayoría de los jovencitos del interior del país, Mariano Werner conoció Buenos Aires recién cuando tenía 12 años. Fue en un viaje de estudios cuando finalizaba la escuela primaria en Paraná; allí recorrió junto a sus compañeros de colegio, los lugares más emblemáticos de una de las mayores capitales mundiales. Y ayer, ya con 23 años, yendo a fondo con el Toyota Corolla del equipo oficial TTA del Súper TC 2000, se transformó en el “profesor” de un hecho histórico por donde se lo mire: ganó nada más ni nada menos que en la primera edición del circuito callejero de Capital Federal, ante una multitud de gente que según los organizadores rondó el millón de personas. Segundo y demostrando una vez más que es un piloto extra clase arribó el brasileño Carlos “Cacá Bueno, con el Ford Focus del equipo PSG 16. Mientras que su compañero de equipo, Jorge Trebbiani, se acomodó en el último lugar del podio.

La verdad es que públicamente, Werner no se candidateó nunca como posible vencedor, y menos en un trazado ciudadano de semejante envergadura (delineado entre la avenida 9 de Julio y su Obelisco como estandarte, Diagonal Norte, la avenida de Mayo, con el Cabildo o circulaban muy cerca de la Catedral Metropolitana o del propio teatro Colón, con retome nuevamente a la arteria de 120 metros, que la erige como la más ancha del mundo). Es que “Marianito”, como lo llaman sus 4 hermanas —Julieta, Florencia, Evangelina y Lorena; todas ellas colaboran en el equipo de competición de la Fórmula Renault y del auto de Turismo Carretera, que posee la familia y que comanda papá José—, sabe sobremanera lo que significa correr y no poder vencer en un callejero.

Para muestra, en el circuito santafesino en 2011 logró la pole, largaba en la punta de la carrera y por un error del largador se quedó con las manos vacías de triunfo.

Ayer y en una jornada primaveral, fue totalmente diferente para el entrerriano. En una carrera que pudo ser para el poleman sabatino, Christian Ledesma, quien a raíz de problemas en la caja del Chevrolet Cruze, apenas pudo dar dos vueltas como líder y se retrasó para terminar 13º, a 3 giros del triunfador. En ese mismo instante, ingresaron a boxes también Ortelli porque se le voló el capó de su Renault Fluence y Bernardo Llaver por un golpe en la parte delantera del Corolla.

Desde entonces, heredó la punta el santafesino Facundo Ardusso con el Peugeot 408, seguido de cerca por el propio Werner, López, Pernía, Trebbiani y el resto.

Después llegó el primer (de 3) ingreso del auto de seguridad, en este caso porque al Corolla de Matías Rossi tuvo un principio de incendio, que el “Granadero” supo resolver fácilmente como si fuese un bombero.

En el relanzamiento y mientras Ardusso sacaba diferencias, Ponce de León le daba de lleno a los muretes con el Honda New Civic por falta de frenos y hacía su aparición nuevamente el A.S. También Spataro tenía inconvenientes con el capó del otro Fluence, mientras Canapino se iba a boxes con el Cruze, porque había explotado una manguera del compresor que acciona la caja de velocidades.

A todo esto se arrimaban a lo más alto del clasificador, Girolami (notable, había largado 20º), “Cacá” Bueno pasaba autos de manera descollante y “Pechito” López abandonaba por rotura de la caja del Línea. Otro tanto acontecía con Pernía (Fluence), que estaba cuarto hasta que la temperatura del motor se fue a la nubes.

Cuando se neutralizó la carrera por última vez para sacar el Honda de Ponce que estaba mal ubicado, llegaba la noticia de que al hasta allí puntero, Facundo Ardusso tenía problemas con el powershift de la caja secuencial del Peugeot.

En la reanudación, el de Las Parejas se tiró a un costado y apareció la silueta del Corolla de Werner ocupando todos los espacios posibles. Pero detrás tenía pegado como un sello al Ford de Carlos Bueno, que por todos los medios quiso pasarlo, pero Mariano no le dejó ni siquiera un ínfimo centímetro.

Werner ganó, festejó y se emocionó hasta las lágrimas cuando recibió como trofeo una réplica del Obelisco. La elevó mirando al cielo, quizás para rendirle tributo a su hermano Gabriel (fallecido trágicamente en 2007), quien siempre lo guió en el automovilismo deportivo.

19

Puntos de rating

Algo que impulsa hasta la paranoia a los responsables de los canales televisivos en particular y a los porteños en general es el rating. Ese guarismo registró la excelente transmisión de Canal 13 y TyC Sport para el interior del país.