Abuelos que estudian y se capacitan

Tres historias para imitar

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Papel Nonos. El grupo se formó copiando la experiencia de Mar del Plata. Hacen música con instrumentos caseros de papel. Foto: Luis Cetraro

El momento del retiro de la actividad laboral implica para muchos adultos mayores rendirse a la quietud y al paso del tiempo. Para otros, es el redescubrir y la oportunidad para despuntar gustos personales postergados por la falta de tiempo. Es capitalizar la mente activa y la disposición de los horarios.

Por todo eso, Miriam Kyberoni (70) una jubilada de la actividad pública se sumó en 2001 a “Papel Nonos”, un grupo de 15 adultos mayores que hacen música artesanal con instrumentos de papel que ellos mismos confeccionan. “Son iguales a los originales pero suenan diferente”, aclaró sobre la novedosa iniciativa que conocieron en una asamblea mundial sobre envejecimiento en Mar del Plata y que hoy pasean por escuelas, hogares de ancianos y actos culturales.

“El programa es social, educativo y cultural orientado a promover oportunidades de participación para un envejecimiento activo con inclusión de las personas mayores”, definió Miriam. Eso traducido al día a día es la oportunidad de que “las personas no estén en la soledad de la casa, no sentirse vacío, el entretenimiento de los que luego de la jubilación no saben qué hacer”. Es la forma de seguir activos.

“Para nosotros es muy importante el contacto frecuente con niños, es algo que no se puede explicar con palabras”, comentó Miriam sobre las giras de Papel Nonos.

Cuando la procesión va por dentro, “el envejecer implica una revisión constante y en esa instancia el equilibrio emocional depende en gran medida de la calidad de la comunicación que mantenga con el entorno particularmente, con familiares y amigos”.

Abuela in English

La capacitación en oficios o tomar clases también llegan en el retiro del mercado laboral. Vilma Ereno (70) es ex docente, estudia inglés, computación e hizo el año pasado un curso de fotografía digital de los que habitualmente dicta Pami en la sede de ATE. Además habla fluido italiano.

“Aprovecho todo lo que puedo, lo hago para sentirme bien. El idioma me gustó toda la vida, además supongo que hay que mantenerse activo”, comentó Vilma.

Más allá de la instrucción por sí misma lo que más le atrae es la camaradería y la posibilidad de mantenerse actualizada e informada.

“Manejar la computadora me aporta información, conocimiento, el poder comunicarme y estar actualizada”, expuso la señora aunque aclaró que no tiene una cuenta en Facebook porque es un medio que no le cae simpático. “Uso el mail con mis conocidos”, recalcó Vilma que a la vez se definió como inquieta, una característica que la jubilación no aplacó. “Para mí significó no quedarme sentada en mi casa a ver pasar la vida porque continúa y hay que estar en movimiento con ansias de conocer, relacionarse, no se pueden colgar los guantes”, reflexionó por si quedaban dudas. Y también es encontrar el amor y sus formas. “Tengo unos compañeros de inglés que se pusieron de novios a los 70, se acompañan y complementan”, dijo Vilma.

Un as en la PC

Este es el segundo año que Catalina Javier (76) cursa inglés y computación en ATE, dos saberes que le aportan a sus estudios de genealogía; una disciplina que aborda desde hace 15 años.

“Necesito leer artículos sobre genealogía en inglés entonces estudiar me ayuda mucho y además, aprendo con facilidad”, dijo Cata quien además aclaró que no le gusta no aprovechar su tiempo. “Lo digo como si el cerebro fuera una computadora, como si no cargaras el chip, por eso leo mucho”, reforzó.

Y si de la máquina madre se trata, Catalina la cuida con esmero. “Al cerebro hay que practicarlo como a un músculo; si andás bien de la cabeza podés moverte para todos lados, hacer lo que querés y atesorar conocimiento”, recomendó.

En el momento que no estudia o se dedica a los quehaceres domésticos, Catalina cuida a su esposo por quien también necesita estar en “permanente funcionamiento”.

La tecnología le permite también a esta abuela de 22 nietos y 7 bisnietos estar comunicada vía Facebook. “Con mi nieta que vive en México nos hablamos por el Face. Todo el tiempo me dice que de su grupo de conocidos soy la única abuela que lo maneja”, contó.

También comparte fotos y comentarios con sus familiares de Estados Unidos, Bariloche, Santiago del Estero y Córdoba.


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Catalina Javier. Mediante Facebook mantiene contacto con parte de su familia que vive en otras provincias o en el exterior. Foto: Flavio Raina