Un hombre de voluntad incansable

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Juan Carlos Dávila

Este santotomesino por adopción, de 96 años, fue maestro de grado, inspector de escuelas, músico, escritor, profesor de piano y de dibujo. Junto a la Prof. María de Fuga son los autores del himno-canción de aquella ciudad ubicada a orillas del Salado.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. PABLO AGUIRRE.

POR SANTO TOMÉ. “Mi actuación en la vida ha sido en tres ámbitos: docente, escritor y músico. Cuando estaba en la docencia, como director, maestro, vicedirector o director, le hice un himno a cada escuela. Como tenía este antecedente me pidieron que lo hiciera para mi ciudad. La Sra. de Fuga había hecho una letra y me pidió que le pusiera música al himno-canción en 2007, pero prácticamente lo tiraron al cesto por falta de interés. La Sociedad Argentina de Escritores filial Santo Tomé, del cual soy socio y fundador, me pidió hacerse cargo del trámite de registro de propiedad intelectual. Ya hemos hecho un estreno del himno en la Biblioteca Rivadavia y estamos esperando que la Municipalidad resuelva para darle oficialmente una autorización”.

SIEMPRE EN LA LUCHA. “Mi vida ha sido de lucha bastante intensa pero desde hace unos 10 años, con mi señora, también ex-docente, estamos más tranquilos. Llevamos 24 años de casados pero somos reincidentes, ya que ambos éramos viudos cuando nos conocimos. Fue en el banco, cobrando la jubilación. Como siempre digo, el ser humano no escarmienta: nos casamos y estamos por llegar a las bodas de plata. Con mi primera esposa estuvimos 47 años de casado”.

LA DOCENCIA. “Estuve en la docencia desde 1935 (cuando tenía 20 años) hasta el 1975, pero ascendiendo posiciones por concurso, nada de política. Así estuve en escuelas de María Luisa, San Carlos Centro, Acebal y Santa Fe, y luego fui inspector general. También fui uno de los fundadores de la Escuela Normal Experimental Almirante Brown de Santa Fe, junto a otros destacados educadores de la época, como Ana María Caffaratti, Ramón Caropressi o Rolando Hereñú, entre otros. Hace 37 años me jubilé pero no dejé de hacer cosas. Pero como ya no puedo andar en instituciones me dedico a dos cosas: la música y a escribir. Desde muy joven escribo relatos, descripciones y comentarios, que publicaron periódicos gremiales y de pueblos, aunque después lo hicieron Crítica, El centinela del Litoral, Pampa Argentina, El Litoral, Motivos, entre otros”.

LA MÚSICA. “Ejecuto varios instrumentos musicales, como piano y bandoneón. Hice varios himnos para las escuelas donde me desempeñé (como la Nº 42 Las Heras y la Mariano Moreno de Santa Fe, la Sarmiento de San Carlos Centro, la Normal de Esquina, Corrientes, la Fiscal Nº 74 de Acebal), además de algunas piezas de las que escribí letra y música, que registré. Entre otras, están ‘Nostalgias de Amor’ (vals sentimental), en 1934, que dediqué al Dr. Enrique Mosca y familia, quien era el hermano de mi madre, por la ayuda que me prestó cuando tuve que ir a Buenos Aires y arreglarme como pude. ‘Violetas’ (tango canción), en 1937, se la dediqué a mi primera esposa, ‘en testimonio de aprecio’, cuando éramos novios. ‘Capricho Nº 1’, en 1938, fue dedicada al Dr. Antonio Juliá Tolrá, quien me diera el primer cargo de maestro, a modo de agradecimiento. ‘Tres Tríos’ para piano, violín y violoncelo, de 1935, se la dediqué a mis hijos Silvia Elena y Víctor Hugo (quienes tocaban el violín y el violoncelo). En esa época formé un trío con otros músicos (muestra el álbum de fotos con sus presentaciones). Se llamaba Trío Correntino y tocábamos en LT9”.

SÓLO VOCACIÓN. “En la escuela Las Heras de Santa Fe era maestro de grado pero al mismo tiempo daba Música, porque no había maestros especiales en esa época. Alquilaba un piano y les enseñaba el himno y otras canciones. También compramos herramientas para dar carpintería. Una vez vino un ex alumno y le comentó a mi señora que debía ganar bien con tantos empleos en esa escuela, pero no sabía que lo otro lo hacía ad honorem”.

CONSEJO A LOS MAESTROS. “Se han olvidado del niño y tienen más preocupación por los sueldos y los paros que por ellos. Esto no significa que las autoridades también los hayan descuidado bastante. Fui como 20 años dirigente gremial y entonces luchábamos por conseguir cosas muy importantes, que las logramos, sin hacer ninguna huelga. Por ejemplo, conseguimos que cada 5 años se aumentara automáticamente el sueldo, sin necesidad de hacer gestiones; que se crearan los Tribunales de Calificación, donde estaban representados los maestros (cuando hoy la calificación la da el director de la escuela, quien puede tener simpatía o antipatía por ese maestro). También conseguimos armar jurados para concursos de ascenso e ingreso de docentes. Lo logramos sin hacer huelga y ahora no consiguen nada. El maestro es como el médico: hay personas que dependen de nuestro trabajo, lo que hoy en día no tienen en cuenta las autoridades ni los maestros”.

BREVE CV

Juan Carlos Dávila nació en la ciudad de Santa Fe el 4 de noviembre de 1915. Se casó en 1941 con Victoria Schweizer y, tras enviudar, se volvió a casar en 1988 con Odila Vega. Tuvo dos hijos: Silvia y Víctor Hugo, y se radicó en Santo Tomé en 1956.

Cursó sus estudios primarios en la Escuela Normal de Esquina, Corrientes; el magisterio en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta de Buenos Aires; y el bachillerato en el Colegio Nacional de Goya, Corrientes.

Realizó estudios de Procuración en la Universidad Nacional del Litoral, de Dibujo y Pintura en la Universidad Comercial de Buenos Aires, y el Profesorado Superior de Piano en el Instituto Fracasi de Buenos Aires. Posee títulos de maestro normal nacional, bachiller nacional, procurador nacional, profesor superior de piano y profesor de dibujo. Ocupó varios cargos directivos en la Asociación del Magisterio de Santa Fe y presidió la Junta Provincial de la Campaña Nacional de Alfabetización y Educación de Adulto, entre otros cargos.

PREMIOS

Dávila fue declarado Ciudadano Destacado de Santo Tomé en diciembre de 2000. En septiembre de 2001 recibió el Primer Premio Nacional a la Excelencia Humana e Institucional del Instituto Argentino de la Excelencia (IADE), por su aporte a la cultura. En septiembre de 2006 fue distinguido con el Premio Maestro, otorgado por el Instituto Sarmientino de Santa Fe, por participar en defensa de la Ley 1.420 de Educación Común y de los ideales sarmientinos, con los 21 maestros cesantes en 1944. Ese mismo año recibió el Premio Nacional a la Excelencia Humana e Institucional por su trayectoria docente por parte del IADE.

LIBROS COMPARTIDOS

Dávila escribió varios libros con su esposa, Odila Vega, “maestra de toda la vida”, según se define: “Evocaciones” (2008), “Recordando” (2009), “Cosas pasadas” (2010) y “En el ocaso” (2011) son los últimos títulos, junto a “Educando al soberano”, presentado en octubre del año pasado, “y que ojalá pudieran leer todos los maestros”, sugirió. También participaron en la antología publicada por la Sociedad Argentina de Escritores de Santo Tomé “Mi pueblo y otros amores” (2011).